Cada 13 de septiembre se celebra en todo el mundo el Día Internacional del Chocolate. Las variedades que existen de este alimento son incontables al igual que sus deliciosas recetas. Ahora bien, cabe preguntarse: ¿El chocolate blanco es realmente chocolate?
Lo primero que hay que saber es que el chocolate blanco se elabora con manteca de cacao, azúcar y sólidos de leche. Sin embargo, algunos consideran que no es chocolate, porque a pesar de tener un alto contenido de manteca de cacao, no lleva sólidos de cacao.
La marca Nestlé lo hizo mundialmente famosos cuando comenzó a comercializarlo en 1962, con sus conocidas barritas Galak o Milkybar. Este nuevo sabor fue un éxito entre los amantes del chocolate.
Pero, ¿se le puede considerar chocolate? Técnicamente NO, en realidad es un derivado o subproducto del mismo ya que no contiene pasta de cacao. Además es mucho más rico en azúcares y grasas.
Por otro lado, en términos de salud nunca tendrá las propiedades beneficiosas al cuerpo que tiene el cacao puro. Aun así, es rico en calcio, pues posee gran cantidad de lácteos, y tiene más porcentaje de vitamina A.
Por norma se compone de un 20% de manteca de cacao, un 14% de sólidos lácteos, un 3.5 % de grasa láctea y aproximadamente un 55% de azúcar u otros edulcorantes. Es importante aclarar que no lleva entre sus componentes sólidos del cacao.
Por qué se celebra el 13 de septiembre el día del chocolate
El Día del Chocolate se festeja el 13 de septiembre porque la fecha coincide con el nacimiento del estadounidense Milton Hershey, fundador de The Hershey Chocolate Company y el escritor británico Roald Dahl, autor de ‘Charlie y la Fábrica de Chocolate’, historia que muchos años después Tim Burton llevó al cine con Johnny Depp.
Milton Hershey nació el 13 de septiembre de 1857 en Pensilvania, Estados Unidos. Con poca educación, y después de algunos fracasos -fue a la bancarrota dos veces antes de llegar a los 30 años-, fue el fundador de la exitosa compañía chocolatera The Hershey Chocolate Company.
Roald Dahl, en tanto, nació el 13 de septiembre de 1916 en Oxford, Inglaterra. Novelista, cuentista, poeta y guionista británico, entre sus obras más populares se encuentran Charlie y la fábrica de chocolate, James y el melocotón gigante y Matilda.
Cabe destacar que para la Academia del Chocolate y la Confitería, con sede en Francia, la fecha debería ser el 7 de julio, en referencia a la llegada del cacao desde América a Europa en 1550. Fueron los pobladores originarios de la región de Amazonia quienes descubrieron cómo procesar los granos de cacao, hace más de 3.000 años. Los mayas lo cultivaban y los aztecas fueron perfeccionando el proceso que les permitía obtener una bebida aromática muy valorada.
Cualidades nutritivas del chocolate
Una de las cualidades nutritivas más importante del cacao es la presencia de antioxidantes. Ese aporte complementa el que hacen otros alimentos, como las frutas y los vegetales. La actividad antioxidante genera diversos beneficios para la salud cardiovascular, al igual que los ácidos grasos del tipo Omega 9, que se encuentran en la manteca de cacao.
Por su composición, el chocolate es un alimento energético que aporta grasas y carbohidratos, dos fuentes que pueden ser una buena opción en la dieta de deportistas o personas que necesitan una fuente de energía extra. Del total de la fibra aportada, el 20% es soluble y el 80% insoluble.
El chocolate contribuye, además, a alcanzar los 25 g de fibra que el Código Alimentario Argentino recomienda consumir a diario, complementando el aporte de cereales integrales, frutas y verduras.
Al momento de elegir el chocolate más compatible con hábitos de vida saludables, se debe tener en cuenta que las variedades amargas y semiamargas contienen mayor cantidad de cacao y, por lo tanto, son las que aportan mayor cantidad de antioxidantes y fibra dietaria. Estas son las presentaciones más convenientes para incorporar a una dieta equilibrada si se pretende consumir chocolate frecuentemente. Por tratarse de un alimento energético, es muy importante moderar su consumo para poder disfrutar de sus beneficios sin desbalancear nuestra dieta.
La clave para poder integrarlo a una alimentación balanceada y equilibrada es consumirlo con moderación: entre dos y seis porciones semanales.