Una investigación hecha a nivel nacional enumeró las diversas variables que mejoran o afectan el desempeño de los chicos en la escuela. Especialistas en Educación han señalado el notorio impacto que tiene el nivel socioeconómico de los estudiantes en su desempeño, el trabajo puso en relieve otros aspectos que inciden y que incluso pueden revertir este condicionante.
Es que hay escuelas de entornos de nivel socioeconómico menos favorecido o pobres que logran desempeños por encima de lo esperado. En ese sentido, Mendoza se encuentra entre las provincias con mejores resultados.
El informe “El nivel socioeconómico no lo define todo: el rol de las escuelas en el rendimiento”, del Observatorio de Argentinos por la Educación, con autoría de Mariano Tommasi, Cecilia Adrogué, María Victoria Anauati (CEDH), Leyre Sáenz Guillén y María Sol Alzú (Observatorio de Argentinos por la Educación), mencionó entre los más relevantes la asistencia a sala de 3 y los libros en el hogar.
Además refieren que el clima escolar, la formación y antigüedad del director, las horas de clase y la formación docente son factores que se asocian con mejores desempeños de los estudiantes, tanto en escuelas estatales como privadas.
Advierten que estos elementos pueden compensar la incidencia del nivel socioeconómico, en tanto, algunas provincias concentran un porcentaje significativo de escuelas que rinden por encima de lo esperado en función de este. Justamente por eso, señalan que las familias y las escuelas pueden apuntar a mejorar estos condicionantes para fortalecer trayectorias que aparecen con condiciones más desfavorables.
Mendoza con buen desempeño en la escuela
El trabajo toma los datos de la evaluación Aprender 2023 de primaria y del Relevamiento Anual 2023 de la Secretaría de Educación de la Nación. Analiza cuánto influyen las condiciones sociales en el rendimiento académico de las escuelas, pero también indaga en el impacto de variables propias de la escuela y del aula, como el clima escolar, la formación docente y el tiempo de clase.
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El clima escolar, la formación y antigüedad del director, las horas de clase y la formación docente son factores que se asocian con mejores desempeños de los estudiantes, tanto en escuelas estatales como privadas.
Los expertos señalan que es sabido que el rendimiento escolar se ve muy influenciado por factores previos al ingreso de los alumnos a la escuela, como el nivel socioeconómico, la educación de la madre, la presencia de libros en el hogar o la asistencia a la sala de 3 años. Por eso, resalta que estos dos últimos factores pueden y deben ser estimulados desde políticas públicas focalizadas y también reforzados desde cada familia.
A partir de estas condiciones iniciales, los autores del informe estimaron un rendimiento “esperado” para cada escuela y lo compararon con el rendimiento real. Encontraron que, a nivel nacional, el 35% de las escuelas supera lo esperado según el contexto de sus estudiantes, lo que demuestra que es posible lograr buenos resultados incluso en condiciones desfavorables. En tanto, un 39% de las escuelas rinde por debajo de lo esperado en función de su contexto social.
En ese marco, Mendoza queda posicionada como una de las provincias en las que se logra mejor desempeño y supera la media nacional. A nivel local, 38% de las escuelas supera en desempeño lo esperado para sus condiciones. Queda tercera, detrás de Neuquén (41%) y Chubut (40%) y en paralelo a Entre Ríos (38%).
Por el contrario, Formosa (59%), Corrientes, Santiago del Estero y Misiones (53%) concentran la mayor cantidad de escuelas con desempeños por debajo de lo esperable según el contexto.
La familia y la escuela influyen en el desempeño
Las conclusiones de los investigadores son alentadoras. Es que muestran que el rendimiento escolar no está completamente determinado por el origen social de los estudiantes: aunque existe una relación positiva entre el nivel socioeconómico y los resultados académicos, hay escuelas que logran desempeños destacados incluso en entornos desfavorables. Si bien las condiciones familiares de origen influyen fuertemente en el rendimiento escolar, lo que ocurre dentro de las escuelas también es determinante, aseguran.
Entre estos factores institucionales, los más relevantes son el clima escolar, la formación y antigüedad del director, la cantidad de horas de clase y la formación docente: todas estas variables se asocian positivamente con mejores desempeños.
Ciclo lectivo
La escuela puede ser la que rompe el círculo vicioso de la pobreza, pero sola no puede.
El informe también indaga en los factores que distinguen a las escuelas que obtienen buenos resultados en contextos muy vulnerables. Entre las escuelas del cuartil más bajo de nivel socioeconómico (es decir, las que atienden a estudiantes provenientes de los hogares más pobres), hay cuatro factores que marcan una diferencia clara en el rendimiento académico: la antigüedad del director, el clima escolar, la formación docente y las horas de clase. Los resultados muestran que las escuelas tienen márgenes de acción para promover mejores aprendizajes, incluso en contextos adversos.
La escuela sola no es garantía de buenos desempeños
“La escuela puede ser la que rompe el círculo vicioso de la pobreza. Pero su mera existencia y la asistencia de niños y jóvenes no garantiza que lo sea. El desafío es grande. El compromiso, la formación y experiencia del equipo directivo y docente, así como el tiempo efectivo de clases –y evitar el ausentismo– son fundamentales para que los niños y jóvenes aprendan y tengan mayores oportunidades en la vida”, afirma Cecilia Adrogué, coautora del informe e investigadora del Centro de Estudios del Desarrollo Humano (CEDH) y la Universidad de San Andrés (UdeSA).
“Si bien el contexto social influye, no determina por completo el destino educativo de los estudiantes: la escuela cuenta con márgenes de acción. El informe señala que ese margen varía según la provincia y el tipo de gestión escolar. Y que hay ciertos factores institucionales –como el clima escolar, la estabilidad y formación de los directivos, y las oportunidades efectivas de aprendizaje (cantidad de horas de clase y capacitación docente)– que resultan determinantes para explicar estas diferencias”, señala María Victoria Anauati, investigadora del CEDH y coautora del informe.
“La ya conocida relación positiva entre el contexto socioeconómico de los estudiantes y sus logros educativos puede instaurar un panorama desalentador. Sin embargo, el presente informe muestra que, si bien dicho contexto es un factor condicionante importante, el vínculo no es concluyente. Más allá que las condiciones de origen desfavorables significan importantes barreras para el logro de un desempeño escolar exitoso, el determinismo no es absoluto. La evidencia de que existen escuelas resilientes constituye una luz de esperanza y una guía para llevar a cabo acciones de política”, sostiene María Marta Formichella, investigadora independiente y docente del Conicet-UNS.