Cómo es “Gauchobot”, el robot mendocino que se lució en el mundial de Singapur

Alumnos de la escuela Edison obtuvieron el segundo puesto en el campeonato mundial de robótica con este prototipo, que cumplió una serie de requisitos de utilidad, diseño y mecánica.

Gauchobot logró posicionarse segundo ante proyectos de 191 países. | Foto: gentileza
Gauchobot logró posicionarse segundo ante proyectos de 191 países. | Foto: gentileza

Gauchobot, un robot diseñado por estudiantes de la escuela Tomás Alva Edison de Mendoza, cumplió con todos los requisitos establecidos durante el Mundial de Robótica First Global, en Singapur, y logró posicionarse segundo ante nada menos que 191 países.

Gauchobot mide 50 x 50 centímetros y su función es recolectar pelotitas y soltarlas en una suerte de recipiente. El diseño permite que dicha “caja” se eleve dos metros (uno de los requisitos del certamen) y quedar colgado. También posee ruedas omnidireccionales, es decir que se despliegan hacia delante como las ruedas normales, pero se deslizan hacia los lados con fricción.

“No son como las ruedas convencionales sino que permiten un desplazamiento diagonal”, explicó a Los Andes desde aquel lejano país Lucas Cuello, de 16 años, alumno del establecimiento y futuro ingeniero.

“Para ganar, el robot debía estar bien posicionado dentro del ránking de países y eso dependía, en parte, de las pelotitas recolectadas”, agregó el talentoso joven.

“Creo que el excelente resultado se dio por la mecánica y el diseño del robot y especialmente por el conductor de nuestro equipo, Nicolás Expósito, que nos asesoró permanentemente”, completó Cuello.

Alrededor de las 18 horas de Singapur, 7 de la mañana en Argentina, se dieron a conocer ayer los resultados del certamen y la emoción del equipo mendocino fue “indescriptible”. “La primera reacción fue llorar de la emoción y abrazarnos. Nunca me imaginé tanto y creo que todavía no caigo. Estamos felices, pasamos mucho nerviosismo”, reflexionó Lucas.

La delegación mendocina permanecerá en ese país hasta el próximo 16 de octubre. En total, habrán sido 10 días de emociones compartidas, de conocer estudiantes de todo el planeta y de competir por un objetivo, además de conocer lugares inimaginados.

“A partir de ahora continuaremos el cronograma recorriendo colegios y universidades orientados en la tecnología”, adelantó el estudiante. Y aclaró que ya no tiene dudas de que su futuro en la universidad estará relacionado con la ingeniería en Mecatrónica. “De todos modos, todavía me queda tiempo, estoy en tercer año”, aclaró Cuello.

Pocas horas después de su llegada al país dará inicio el Nacional de Robótica y, según confesó el joven, está ansioso por participar.

Trabajo en equipo

Lucas Cuello y sus compañeros estuvieron mano a mano con sus pares de países de todo el mundo, mientras que la final se disputó con delegaciones de China, Tailandia, Vietnam, Kazajistán y Team Hope, un grupo de refugiados de guerra.

“Primero jugamos los play off y luego pasamos a partidos de unos dos minutos y medio cada uno. La suma de puntos en la tabla era lo que nos permitía avanzar”, detalló el estudiante consultado.

Graciela Bertancud, presidenta de la fundación Tomás Alva Edison, destacó en diálogo con este diario que la delegación mendocina trabajó a razón de 30 horas semanales para lograr el objetivo. Mencionó a los profesores Matías Gaviño, Melania Martínez y Franco Miranda.

También participaron en el apoyo permanente los docentes Emiliano Mirábile y Franco Aguilera asistiendo con el armado y la construcción del robot.

“Esta participación se pudo concretar a partir de una invitación de Educabot, que tuvo en cuenta nuestra trayectoria en la formación de robótica y la performance de los estudiantes y profesores del colegio”, puntualizó Bertancud.

Educabot es un proyecto de educación tecnológica con una impronta en robótica, es decir, pensar la robótica dentro del ámbito de la educación. Y el nombre refleja la combinación de la educación y la robótica.

Bertancud explicó que la actividad tuvo que ver con la construcción de un robot utilizando los mismos componentes. “El desafío era enfrentar ese objetivo con plazos y con tablas de puntajes. Llevamos tres días compitiendo, hicimos 10 competencias de la preselección. Luego otras cuatro más y ahora la última, la correspondiente a la final, que nos dejó este resultado maravilloso”, manifestó la orgullosa presidenta de la fundación.

Entre los auspiciantes, la docente mencionó al Gobierno de Mendoza, la fundación Tomás Alva Edison, Probot School, Microsoft, Educabot, Consejo Federal de Inversiones (CFI), UNCuyo, UTN, Agrocosecha, Mecanalis, Halpern, Concejo Deliberante de Guaymallén, Tres Gorditos e Impront Creativa EGG.

También bodega Lagarde, Entre Dos, D&R Diseño, Presidente, Entradaweb, Banco Macro, IT Patagonia, Golosinas Plin, TTM Desarrollos Electrónicos, Tango Gestión, Southern Juices, Masi Tupungato, Cumbrar, Textil Dixit, Félix Suarez repuestos, Vaieretti y Tri Dolce.

Orgullo argentino

La competencia se inició el pasado 7 de octubre a las 19 horas de Singapur, y en representación de nuestro país participaron chicos de entre 15 y 18 años.

El Tomás Alva Edison es el primer colegio argentino de robótica. Es parte de Probot School, la primera escuela de programación, robótica y desarrollo de videojuegos de Argentina.

En este mundial los estudiantes pudieron potenciar sus conocimientos en ciencia, tecnología, ingeniería, arte y matemáticas para abordar problemáticas reales mediante el juego.

“Una vez más, Argentina ha demostrado que tenemos un nivel de competición, conocimiento y capacidad de trabajo en equipo que está a la altura de los desafíos globales. El trabajo y compromiso de los estudiantes del colegio Tomás Alva Edison ha sido muy importante y les ha permitido destacarse no sólo en el formato de alianzas, en el que ocuparon el segundo lugar, sino también en lo individual, llevándose el cuarto puesto entre 191 países”, afirmó Matías Scovotti, CEO y cofundador de Educabot.

“Durante todos estos días en los que los chicos tuvieron que viajar y compartir con pares de todo el mundo, aprendieron a armar y a colaborar con equipos dinámicos integrados por pares de diferentes partes del mundo. Aprenden de sus diferencias, costumbres y modos de conocer el mundo y, desde allí, se potencian para alcanzar objetivos comunes”, agregó.

“La clave para enfrentar los desafíos del futuro es cooperar y trabajar juntos. Necesitamos seguir trabajando de esta manera para construir una generación global que trabaje unida para construir ese futuro. Instancias como el First Global nos inspiran e invitan a diseñar propuestas para impulsar ese espíritu de colaboración”, concluyó Scovotti.

Con foco en energías renovables

El desafío de la edición 2023 del First Global Challenge, considerado el Mundial de Robótica, se centró en la importancia de las energías renovables, en particular el hidrógeno. De este modo, los distintos grupos tuvieron que diseñar, construir y programar un robot que pudiera completar una serie de desafíos, como cargar y descargar celdas de combustible, transportar moléculas y operar equipos que funcionan con hidrógeno.

Los integrantes del equipo son Sebastián Martínez, Sara Lamagrande, Gerónimo Herrera, Ignacio Moreno, Nicolás Expósito, Lucas Cuello, Franco Mancini y Martín Perello. Estuvieron acompañados por los tutores Matías Gaviño, Melanie Martínez y Franco Miranda, de la Universidad Nacional de Cuyo, y Rodrigo Pérez, de la Universidad Tecnológica Nacional.

El grupo estuvo confiado desde el inicio del certamen en obtener buenos resultados, aunque coincidieron poco antes de viajar que la experiencia de conectar con jóvenes de todos los países del mundo sería lo más trascendente.

El First Global Challenge es una oportunidad única para que los estudiantes de todo el mundo se reúnan y colaboren para resolver problemas del mundo real. La organización está inspirando a la próxima generación de líderes en ciencia y tecnología, y está ayudando a crear un futuro más brillante para nuestro mundo.

En esta edición, el desafío Hydrogen Horizons se jugó en una plataforma elevada de 7 por 7 metros. Seis equipos, integrados por estudiantes de entre 14 y 18 años, compitieron con sus robots durante los dos minutos y medio de juego.

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