Es una de las vías principales para ingresar a Mendoza. Por allí van y vienen turistas de todos lados del país y es uno de los símbolos de la provincia desde hace más de 85 años. “Bienvenido a Mendoza, la tierra del sol y del buen vino”, bienvenidos al Arco Desaguadero, que nos representa como referente de la historia de Mendoza y, a lo largo del tiempo, ha logrado evolucionar arquitectónica y culturalmente.
Es un sitio emblemático, siendo parte de cada uno de los mendocinos cada vez que salen del territorio o ingresan al mismo, viniendo por ruta nacional 7 desde San Luis. Desde la década del ‘30 es parte de la frontera entre ambos territorios y su fachada ha ido mutando con el paso del tiempo.
Está ubicado a 180 kilómetros de la Ciudad de Mendoza y es también una conexión muy importante, ya que “divide las aguas” y es el camino que comunica a las dos vertientes oceánicas que entrelazan al continente americano. De esa manera, se puede realizar una gran aventura, atravesando todo el territorio y ser testigo de conocer tanto el Océano Atlántico como el Pacífico en un viaje con hipnóticos paisajes y un camino increíble.
El Arco Desaguadero es considerado patrimonio cultural de la provincia desde el año 2006 y representa un diseño constructivo de toda una época que caracterizó a la arquitectura de Mendoza. “Es muy interesante que esté representando a modo de portal de ingreso el acceso por ruta 7 desde el Este. Realmente es como un arco que venía a representar la pujanza de la provincia y a reivindicar el rol histórico que tuvo siempre esa ruta en la comunicación, nada menos que entre el Océano Pacífico y el Atlántico. Para ello el rol de Mendoza fue clave, con lo cual ese arco en el ingreso por la ruta es sumamente simbólico”, resalta Horacio Chiavazza, director de Patrimonio de Mendoza.
Uno de los elementos que se pueden apreciar en la zona del Arco es la figura representativa del Santo Patrono Santiago, el patrono de Mendoza: una figura emblemática y actualmente controversial, ya que era conocido como Santiago Matamoros. Él luchó contra los moros en tiempos de lo que se conoce como “La Reconquista española”. Sin embargo, la figura de Santiago apóstol fue cambiando hacia un personaje más vinculado con valores religiosos.
“Es el santo Patrono de Mendoza, que viene a reemplazar a San Pedro, quien fue el primer patrono de la provincia. Santiago comienza a transformarse en un culto que realizan los mendocinos en una celebración para protegernos de los terremotos. Por ello, es una figura muy asociada a la provincia y su historia”, detalla Chiavazza.
Una obra de estilo neocolonial
El arco se presentó en 1936 como parte de una importante serie de nuevas rutas, calles y puentes. El puntapié inicial de esta construcción la dio el gobernador Ricardo Videla y se dio fin al “portal” durante el mandato del gobernador Guillermo Cano. La Dirección de Arquitectura, junto al Ministerio de Industrias y Obras Públicas, fueron el cerebro de esta gran idea, al mando del reconocido ingeniero Frank Romero Day.
Quienes pusieron manos a la obra para su diseño fueron los hermanos Manuel y Arturo Civit, que se encargaron de realizar el formato original.
Desde la Dirección Provincial de Arquitectura decidieron elegir un estilo neocolonial, muy utilizado durante aquella época. A partir de allí, el Ejecutivo dio el visto bueno y se comenzó con la construcción.
Ahora bien, también tiene su parte arquitectónica formal, para la cual la arquitecta Cecilia Raffa, del Instituto de Ciencias Humanas, Sociales y Ambientales del Conicet explica bien desde sus conocimientos: se pensó como una unidad de equilibrada composición. Allí, originalmente se resaltaban las escalinatas externas que llevaban a una planta alta, una galería con arquerías en el primer piso y balcones y la bomba de nafta, que fue reemplazada por un restaurante para atención a los viajeros.
También resalta un dato: la frase “Bienvenido a Mendoza, la tierra del sol y del buen vino” se propuso como símbolo de la recepción cordial de la provincia para todo forastero que ingresara en su territorio. Oficinas para la Policía caminera, control sanitario, correos, un local para reparaciones de automóviles, una cantina, habitaciones para el pernocte de turistas y viajeros y una bomba de nafta, eran los sitios que podíamos encontrar en un principio allí.
La época en la que se realizó esta obra, se destacó por ser una etapa de crisis a nivel mundial y Mendoza tuvo un rol importante en el ámbito de la vitivinicultura y en la de construir una tierra de trabajo y esfuerzo. Esto repercutió positivamente en el desarrollo de la cultura de trabajo en el territorio provincial.
No obstante, en la década del ‘30 se produjo una crisis económica mundial muy importante, de la cual Mendoza no estuvo excluida. En el momento que se estaba realizando esta obra, la provincia estaba experimentando una reconfiguración de las relaciones económicas y de poder en todo el país.
Obras postergadas
En el año 2018, se concretó una remodelación de toda la zona referida a Desaguadero, una parte para las edificaciones y otra para la fachada del Arco en las alas Este y Oeste. En ese momento se invirtieron 20 millones de pesos para mejorar los edificios policiales, municipales, la creación de un museo y todos los espacios que lo rodean. Esto incluyó las dependencias del Ministerio de Seguridad, ubicada en el ala Norte, el Instituto Nacional de Vitivinicultura, la Municipalidad de La Paz y la escuela albergue Rubén Darío.
Quienes ingresan por allí a la provincia se encuentran con el departamento La Paz y, como representante de aquel lugar, el intendente Fernando Ubieta dice orgulloso: “Es un lugar que para La Paz es muy importante. No sólo lo es para el departamento sino también para la provincia, ya que aproximadamente el 80% de personas que ingresan a la provincia de Mendoza, lo hacen a través de Arco Desaguadero”.
Además, en el año 2020 se instaló un punto WiFi para brindar acceso a internet gratuito en la zona, lo que de a poco fue marcando la evolución cultural, arquitectónica y tecnológica del lugar. “Uno recuerda cuando viajaba hacia Buenos Aires y se paraba en Desaguadero. Antes se podía pernoctar y hoy en día está todo abandonado. Hay que darle el valor que merece a ese lugar como punto turístico e histórico, porque allí fue donde antiguamente cuando se viajaba en carreta, esa era una parada obligada. Hay que recuperar la historia de nuestra provincia y tener en cuenta al Arco Desaguadero sería muy importante”, apunta el jefe comunal.
Para este año también están proyectadas obras para mejorar toda la zona. Por el momento, las obras están paralizadas y no se sabe cuándo se pondrán en marcha nuevamente, como explicaron desde el Ministerio de Planificación e Infraestructura. Aún queda pendiente ese objetivo para el paraje, que arrancó con la remodelación en la gestión Cornejo, pero nunca se continuó. Este es un Patrimonio Cultural histórico de la provincia y sus obras dependen del Gobierno de Mendoza.
“Es un lindo paraje que ha quedado postergado durante muchos años. Hemos tratado de reacondicionarlo, pero también se trata de una puesta en común junto al Gobierno de Mendoza. Estas son obras que son necesarias e importantes. Es un hito histórico y cultural de la provincia y está entre los cinco elementos simbólicos más importantes de nuestra Mendoza. Sería importante que Arco Desaguadero pudiera brillar y se pudiesen hacer las obras necesarias. Esto podría generar también empleo genuino para muchas personas de la zona”, concluye Ubieta.