Quebrada de Matienzo, una caminata por los cerros que limitan con Chile

Un sendero a 4.000 metros lleva a una laguna para avistaje de fauna o al hito donde se rinde homenaje al aviador argentino Benjamín Matienzo que da el nombre al lugar que surca el Río de las Cuevas.

Quebrada de Matienzo, una caminata por los cerros que limitan con Chile
Quebrada de Matienzo, una caminata por los cerros que limitan con Chile

Uno llega hasta la villa de Las Cuevas, a 3.500 metros sobre el nivel del mar, con la idea fija de cruzar para el otro lado de la Cordillera de los Andes. Es la última etapa del viaje de Mendoza que nos llevará a Chile, previo paso por el túnel Cristo Redentor. Tal vez ese objetivo impida a muchos admirar las cumbres más altas a nuestro alrededor. Y las sendas por las que podemos caminar si nos detenemos un poco a observar el maravilloso paisaje de alta montaña.

Metros antes de ingresar al túnel, sobre la derecha, un sendero en ascenso –serpenteante y por arriba del río de las Cuevas– conduce a las montañas nevadas. Es la Quebrada de Matienzo, lugar que toma el nombre del célebre aviador tucumano Benjamín Matienzo, que en 1919 intentó cruzar los Andes en su parte más alta. No lo consiguió, al parecer por falta de combustible en su monoplano, pero logró sobrevivir a un aterrizaje forzoso a 4.500 metros, sobre un cerro. Lamentablemente, el piloto pereció por el frío cuando intentaba llegar a Las Cuevas.

“Desde Las Cuevas hasta donde fue hallado el cuerpo de Matienzo hay exactamente 12 kilómetros”, asegura el andinista Lucas Sbriglio, apasionado de la montaña y las historias que guarda. Por su experiencia conoce muy bien esta zona y cuenta que en el 97 recorrió la Quebrada por primera vez. “Todavía existía el refugio del Ianigla (Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales), aunque ya estaba en ruinas y hoy no queda nada. Me quedé asombrado cuando llegamos hasta la piedra donde hallaron el cuerpo de Matienzo. Ver más de 50 plaquetas, el sentido homenaje que le hace su amigo, el capitán Candelaria, es emocionante”.

Lucas cuenta que a pocos metros de la piedra se encuentra un refugio minero, de donde se extraía cobre. Pero las posibilidades de continuar el ascenso son variadas, para todas las edades: todo depende de lo que desee el visitante y también de sus condiciones físicas y técnicas.

En la publicación “Senderos de Aventura”, se informa que antiguamente esta quebrada se llamó “de las Bodegas” y, entre los principales trekkings se destacan el del exrefugio del Ianigla a 4.000 metros y lleva de dos a tres días; el de Las Cuevas a Refugio Casa de las Minas, de 3 a 5 horas y el de Casa de las Minas al ex Refugio del Ianigla, de 4 a 6 horas.

Quebrada de Matienzo, una caminata por los cerros que limitan con Chile
Quebrada de Matienzo, una caminata por los cerros que limitan con Chile

Paseo de una jornada o más días

Es que hay caminatas de unas pocas horas, de 3 a 5 y hasta de 5 o más días. Por lo visto la oferta es tan rica como el paisaje que se presenta a medida que uno avanza.

“Por la margen oeste del río se puede arribar hasta la Laguna del Potrero Escondido, que se hace en una jornada. Ahora si la idea es subir hasta el hito fronterizo hay que calcular 2 jornadas, con noche junto a una cascada”, explica Lucas. Y agrega: “Desde arriba, en el hito, la vista es espectacular. Hacia Chile se ve un abismo y el cerro Juncal, el glaciar y la Laguna del Inca, además de los caracoles. Y de nuestro lado, es imponente la vista de la pared oeste del Aconcagua”.

“Es un paraíso para la actividad, tiene sitios muy picantes como muy suaves”, resalta Juan Pablo Forconi, quien posee un emprendimiento turístico en Las Cuevas. Cuenta que este sitio, permite dejar el auto sobre la ruta 7 “y caminar simplemente hacia una cascada, mirar un glaciar, cruzar ríos y observar la rica fauna compuesta por guanacos, zorros, liebres, pumas y cóndores. Lamentablemente 9 de 10 mendocinos que pasan por aquí, no conocen este paraíso de la montaña”.

Área protegida

Tanto Forconi como Sbriglio nombran los cerros que se distinguen, entre ellos el Matienzo, México, Pedro Zanni, Pan de Azúcar o Caracoles y Lucas añade que lo ideal para desarrollar el turismo en estos sitios es realizar circuitos que unan las localidades de montaña. Esta Quebrada, junto con la de Horcones y de Punta de Vacas forman parte del Parque Provincial Aconcagua.

“Si bien esto es positivo desde el punto de vista del área protegida, el lado negativo está dado por el limitante para desarrollar actividades en el lugar. Hoy, un particular debe contratar un guía para acceder a ciertos lugares, es muy limitado lo que uno puede hacer en forma independiente. Y lo debe hacer en temporada, es decir desde el 15 de noviembre hasta Semana Santa”, asegura Lucas. Y recuerda que aquí se practica esquí de travesía en el invierno y solo unas pocas empresas cuentan con habilitación para organizarlas.

En temporada, para acceder a la Quebrada se debe tramitar un ticket de ingreso a través de la web. “A los 25 minutos de caminata hay un control de guardaparques que controla el ingreso”, comenta Juan Pablo. Y resalta: “este sitio siempre se trabajó con un perfil no tan sofisticado, como un santuario del senderismo, del trekking en sus formas más simples, para cualquier persona, sin tanta cantidad de equipos. El cerro Pedro Zanni, por ejemplo, es para un andinista de nivel medio. Pero aquí ha venido gente de 80 años a caminar, a vivir la experiencia de caminar hasta una cascada, mojarse los pies y contemplar el paisaje, para concluir con un lunch”.

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