“Si voy”, responde Silvina D'Elía cuando se le consulta si concurrirá con el seleccionado mayor de Mendoza al próximo torneo Argentino, que se disputará en la ciudad de Salta. Es media tarde en Buenos Aires y la ex Marista se toma el tiempo para dialogar con Más Deportes. La Pity arrancó con Las Leonas en el Sudamericano del 2003 y terminó con el Mundial de La Haya (Holanda) en el 2014 y fue una de las tres olímpicas mendocinas en la historia de este deporte.
-¿Qué es el hockey para vos?
-El hockey es mi vida desde que nací. Es mi familia porque desde chica me crié con mis hermanos y papás en Marista donde conocí y empecé a practicar este deporte tan lindo, donde me hice de amigas, viajes y viví muchas experiencias.
-¿Cuando debutaste en Primera?
-A los 16 años, pero no recuerdo contra que equipo.
-¿Qué fue para vos haber jugado en Las Leonas?
-Jugar en Las Leonas fue un sueño cumplido. Todo empezó en los seleccionados juveniles de Mendoza, donde siempre tuve la oportunidad de que me entrenen técnicos que me dejaron muchas enseñanzas. Después vinieron las concentraciones nacionales donde lo tuve a Cacho Vigil y aprendí mucho. Y mi primer torneo en el mayor fue de la mano de él y Luis Ciancia a quien recuerdo con mucho cariño.
Después D'Elía agregó: “Las Leonas es tu club, es tu familia, tus amigas, tu entorno en definitiva porque sin ellos nada sería posible. Y es el esfuerzo que uno hace cuando está convencido del sueño que quiere lograr”.
-Pero para estar en el equipo nacional tuviste que sacrificar algunas cosas?
-Me fui a vivir a Buenos Aires a los 20 años porque me costaba mucho viajar todas las semanas ya que no me gusta volar. Además me sentía muy sola y era chica. Así que decidí irme a vivir y esforzarme por el sueño que tenía.
-¿Cuando arrancaste en Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires?
-Empecé a jugar en GEBA en el año 2007 y me recibieron como si hubiese sido del club toda la vida.
-Vamos al pasado. ¿Cómo llegás al hockey?
-Mi mamá, Cristina Carimato, me llevó cuando era chiquita. En un principio no me gustaba y me iba con mi padre a ver rugby (…)
Pero después empecé a seguirla a mi mamá que jugaba y mi hermana, Florencia también. Ellas fueron mis grandes estandartes y líderes para que yo arranque el deporte.
-¿Quiénes fueron tus formadoras?
-Me formaron Nora Navesi, la negra Zabala, María Losada, María Navesi, Florencia Zardaín, mi hermana y mi madre.
¿Qué es para vos Marista?
-El club me dio cariño, me dio mis amigas, me dio mi formación como jugadora y persona. Siempre estaré agradecida, más allá de que desde los 20 años que no juego allá.
-Aparte de jugar en GEBA, ¿tenés otras actividades relacionadas con el hockey?
-Entreno a la sexta y séptima de Cissab en Buenos Aires. Tengo un emprendimiento con Charo Luchetti que se llama Estilo Hockey, a través del cual damos cursos teóricos y prácticos con nosotras y con Leonas y Leones actuales y entrenadores. Tengo la distribuidora de la Bodega Luminis, esto a través de la ayuda de mi cuñado Martín Castro y mi tío del corazón Cristian Allamand, son los que me dieron la posibilidad de traer y distribuir los mejores vinos en Buenos Aires.
-Cuáles son los partidos que más recordás con Las Leonas?
-(Piensa) La semifinal que le dimos vuelta a Holanda en Rosario por Champions Trophy. La final del mundial de Rosario también contra Holanda y por supuesto, la semifinal que le ganamos a Inglaterra en los Juegos Olímpicos de Londres. Recuerdo con cariño, los primeros partidos en el Sudamericano de Chile en el 2003.
Y sigue D'Elía: “Otros momentos imborrables son cuando Cacho me llamó a entrenarme con el mayor y de jugar de 9 me puso de 2 y lo disfruté muchísimo.La semifinal contra Holanda porque la dimos vuelta, sacando a la arquera nuestra. Ibamos abajo 0- 2 y les empatamos y después ganamos por penales.Y la final del Mundial porque le dimos un paseo bárbaro a Holanda de locales. Ese día no lo olvido más por como se vivió y por como la gente alentó”.
Al finalizar Silvina añadió: “Agradezco a mi familia, a mis sobrinos, a mis amigas de siempre; a mi pareja, a los clubes Marista y GEBA y a la gente que me formó como jugadora y como persona y que siempre creyó en mí, al igual que a Grays, que siempre estuvo conmigo desde que arranqué”.