Algunos de los niños estaban dormidos cuando los socorristas los sacaron en camilla de la caverna de Tailandia en la que pasaron más de dos semanas bajo tierra y ahora se recuperan en un hospital.
Las autoridades difundieron ayer las primeras imágenes en el hospital de algunos de ellos, donde aparecen sentados en sus camas con máscaras en la cara y saludando a la cámara. Tailandia exultaba ayer tras el éxito de la peligrosa misión en las entrañas de la cueva de Tham Luang, en el norte del país, para rescatar a 12 niños y a su entrenador de fútbol.
La exclamación "Hooyah", heredada de la marina estadounidense y que tiene como objetivo levantar los ánimos, proliferaba en las redes sociales tailandesas.
Los socorristas, aguerridos buzos extranjeros ayudados por miembros de élite de la marina tailandesa, fueron celebrados como héroes por haber sacado a los niños de la gruta donde habían quedado atrapados el 23 de junio por la crecida de las aguas en su interior.
Los chicos, de 11 a 16 años, y su entrenador, de 25, fueron extraídos en tres días. El último grupo salió a la superficie el martes por la noche.
Las autoridades se negaron en un primer momento a dar detalles sobre el desarrollo de la operación de rescate. ¿Cómo pudieron salir los niños, que no tenían ninguna experiencia de buceo, de la cueva con túneles inundados, pasos estrechos y sin visibilidad? ¿Cómo lo hicieron si un buzo tailandés murió por falta de aire durante los preparativos de la evacuación?
Otro video publicado ayer por la marina tailandesa en Facebook brinda algunos elementos de respuesta. En el mismo se ven imágenes de algunos de los niños en camillas y vestidos con equipos de buceo durante el rescate. También aparecen buzos tailandeses y extranjeros usando poleas, cuerdas y tubos de goma para sacarlos de la red subterránea.
Varios de los niños salieron "dormidos", afirmó un exmiembro de la marina tailandesa que participó en la operación. "Algunos de ellos estaban dormidos, otros movían los dedos (como si) estuvieran groguis. Pero respiraban", explicó el comandante Chaiyananta Peeranarong, que fue el último buzo en salir de la cueva. Varios médicos se colocaron a lo largo del recorrido de salida de la gruta para comprobar el estado de los niños y tomar su pulso.
El jefe de la junta que dirige Tailandia, Prayut Chan-O-Cha, afirmó el martes que los socorristas habían dado un "tranquilizante ligero" a los niños para evitar que entraran en pánico.
Tailandia recurrió a expertos extranjeros para ayudar a sus propios buzos en la operación. Trece buzos "de clase mundial" participaron en el rescate, entre ellos el australiano Richard "Harry" Harris, anestesista y buzo, sin el que no se podría haber llevado a cabo el rescate, según el jefe de la célula de crisis, Narongsak Osottanakorn.
Los socorristas aplazaron en un primer momento la evacuación para dar tiempo a bombear el agua en el interior de la cueva, con el fin de tener que recorrer el menor tramo posible buceando. Pero ante la amenaza de nuevas lluvias, iniciaron la operación.
El martes, mientras los últimos socorristas abandonaban la cueva, las bombas de extracción de agua se averiaron, volviendo impracticable un paso por el que poco antes pudieron caminar hacia la salida.
“Si no se bombeaba el agua en ese lugar, sólo se podía salir con una botella de oxígeno”, explicó el comandante Peeranarong.
Los 12 niños quizás lograron salir adelante "porque estaban juntos, como un equipo, ayudándose los unos a los otros", consideró el inspector general del ministerio de Salud, Thongchai Lertwilairatanapong, que destacó el papel del entrenador de fútbol de 25 años.
Los cuatro primeros salvados serán dados de alta el domingo
Los cuatro primeros chicos rescatados de la cueva Tham Luang Nang Non, al norte de Tailandia recibirán el alta médica el domingo.
El doctor Thongchai Lertwilairattapong, inspector general del Ministerio tailandés de Sanidad Pública, dijo que este primer grupo de muchachos, de entre 11 y 16 años, que salió de la caverna el domingo pasado, ya "come con normalidad y duerme bien, sin necesidad de sedantes".
Cavaron un túnel para calentarse
El entrenador les hizo cavar un túnel para mantenerse calientes y les enseñó técnicas de meditación para que consumieran menos oxígeno, según relató ayer a la BBC el almirante de la Marina tailandesa Arpakorn Yuukongkaew.
El responsable de la operación de rescate admitió que cuando conocieron por primera vez la situación de los niños su equipo solo albergaba "una pequeña esperanza" de encontrarlos con vida.
Califican al rescate de irrepetible
Los niños tailandeses rescatados de una cueva inundada salieron buceando, a veces totalmente a oscuras por media hora. En algunos lugares, fueron conectados a cables y bucearon en fila bajo cuevas rocosas, dijo un líder del contingente estadounidense involucrado en la operación, la cual calificó de "rescate irrepetible".
Derek Anderson, de 32 años, especialista en rescates de la Fuerza Aérea de Estados Unidos asignado en Okinawa, Japón, dijo que la docena de niños de entre 11 y 16 años y su entrenador fueron "increíblemente fuertes". Ellos quedaron atrapados en la cueva durante más de dos semanas antes de ser rescatados en los días recientes.
“Lo que es realmente importante es que el entrenador y los chicos se unieron y hablaron sobre la necesidad de ser fuertes, tener la voluntad de vivir, tener la voluntad de sobrevivir”, dijo Anderson en una entrevista ayer.
El equipo estadounidense entendió realmente la escala del desafío que enfrentaban los socorristas de Tailandia, Gran Bretaña, Australia y otros países cuando llegó a la cueva en el norte de Tailandia en las primeras horas del 28 de junio, bajo una lluvia pertinaz. El gobierno tailandés había pedido la ayuda de Estados Unidos.