Sastrería London: el negocio de una vida elegante y sport

Inicialmente estuvo en calle San Martín, en la actual Galería Tonsa. El comerci es parte de la historia del Pasaje San Martín.

Sastrería London: el negocio  de una vida elegante y sport
Sastrería London: el negocio de una vida elegante y sport

"Desde los ventanales del taller de la sastrería, en la calle San Martín, podían verse las mesas de la Confitería La Bola de Nieve, que era todo un suceso en aquella época", cuenta Alicia Campos. Ella, desde 1990, lidera el negocio familiar que inauguró su padre en 1946, en un local -al 1100- que luego fue demolido para la construcción de la Galería Tonsa (1958).

Alicia es la menor de tres hermanas e hija del antiguo jefe de cortadores sastres de la Gran Tienda Casa Arteta, cargo con el que Esteban Florencio Campos (su padre) arribó a nuestra provincia desde Buenos Aires. Años después, junto a su esposa decidieron emprender un negocio propio y el lunes 8 de abril de 1946 -según detalla Los Andes- abrió sus puertas la Sastrería London.

"Mis hijas están ayudando y trabajan por las tardes, espero que pronto la próxima generación continúe con el negocio", confiesa Alicia. La historia de este comercio y de su dueña van de la mano, tal vez porque ella nació 10 días antes de la inauguración oficial del lugar que tiene un blasón medieval como un sello distintivo de elegancia.

“La sastrería se fue haciendo con mucho sacrificio; mi mamá trabajaba en el taller, y yo en el negocio tomaba la mediatarde y también hacía los deberes de la escuela. Recuerdo la calle San Martín de otros tiempos, porque desde los ventanales del taller podía pispear lo que pasaba allá afuera”, relata Campos.

Escenario diferentes

De las galerías comerciales en nuestra ciudad, las más antiguas son el Pasaje San Martín, construido por Miguel Escorihuela Gascón -al frente de la Constructora Andina- en 1926, y la Galería Tonsa (Tonsa SA), que con gran esplendor, se inauguró en 1958 esgrimiendo aires modernos de una atractiva arquitectura europea.

A una cuadra de distancia, la Sastrería London forjó su destino. Durante el mes de abril de este año, en el Pasaje se filmaron escenas de "El Anticuario", una serie para televisión realizada en Mendoza y el comercio -ubicado junto a la entrada por calle 9 de Julio- fue parte de las locaciones elegidas para la tira que protagoniza el actor Gastón Pauls. "Hicimos algunos arreglos para que el negocio se viera mejor; realmente estábamos muy entusiasmados", relata Alicia,

Pero ese sitio que ahora luce mostradores de madera y también amplios ventanales con algunos elementos que lo conectan con el pasado (un teléfono antiguo, el pie de una máquina de coser, etc.), en principio era el Café Puerto Rico. "Cuando mi papá compró este local era un café; se hizo cargo del lugar y también de los empleados. Probó un par de meses como dueño del café, pero como no se sentía cómodo decidió desmantelarlo y remodelar el local para instalar la Sastrería London".

El hombre de la foto en el escritorio fue el presidente de la Asociación de Sastrerías y Anexos de Mendoza, entre otros cargos que ocupó a lo largo de su vida pública. "Mi padre había nacido en Rojas, provincia de Buenos Aires, vivió en España, fue cortador sastre y modisto, y en 1939 se radicó en Mendoza. Fumaba en pipa tabaco achocolatado. Era un buen amigo de sus clientes", sostiene Alicia.

Eduardo Copello, que repartía su tiempo entre los negocios familiares en San Juan -fincas y bodegas-, y la venta de autos en Mendoza, era asiduo en la sastrería. El piloto de carreras, que inició su paso por las pistas con un Renault Gordini y llegó a Europa como integrante de la misión Torino que encabezaban Fangio y Oreste Berta (Nürburgring, 1969), tenía sus cábalas. "Copello era uno de nuestros clientes y amigo de mi padre, él pasaba por el negocio antes de cada carrera y compraba un par de medias azules. Decía que le traían suerte", relata Campos.

Razones de familia

"Las épocas de crisis las hemos resistido siempre trabajando mucho, con esfuerzo y tratando de seguir las reglas de juego. Tenemos una clientela amplia y vendemos ropa con una confección de primera calidad; ya no elaboramos a medida porque la sastrería es un negocio que está en extinción, pero nuestros proveedores -de toda la vida- son fábricas que tienen sastres a cargo de la producción".

"Mi padre me dejó al frente del negocio en 1990 y falleció tres años después. Soy maestra y me recibí en el Magisterio (en una casona de Rivadavia y 9 de Julio). Cuando tenía que dar clases las escuelas me quedaban lejos y mi papá me dijo: 'Por qué no venís y me ayudás con el negocio...  Y me quedé. Mi hija más grande, Gabriela, tiene mellizos, y la menor es Viviana. Espero que ellas pronto continúen con la tradición familiar", subrayó Alicia Campos.

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