Es el denominado rest day o día de descanso en el ámbito del XXI Champions Trophy entra tranquilo a dialogar con Más Deportes, la charla se realizó en el piso 17 del Sheraton Mendoza, donde es el búnker del seleccionado mayor, Las Leonas, en esta competencia que es como un mini mundial, pero más Premium.
Es mediodía en la ciudad de Mendoza, el cielo limpio se puede observar todo el tejido urbano de la capital cuyana. Santiago Capurro, que jugó hockey desde los siete años hasta los 32, mira, y espera tranquilo la primera pregunta.
-¿Cómo andas Santiago?
-Bien.
-¿Te gusta el vino a vos?
-¿El vino? Muy poco, tomo nada más algún domingo a la noche, muy esporádicamente cuando hay alguna reunión familiar o cena, pero por lo general gaseosas o agua.
-Fuiste a Salta, ¿probaste el vino de allá? ¿Tomaste el de acá?
-Sí, fui a Salta y probé el de allá y el de acá también, pero no le encuentro diferencia..
-¿Encontrás todos iguales?
-Síí, para mí son todos iguales, es lo mismo (sonríe).
-¿Cómo llegás al hockey césped y no hiciste voleibol o fútbol?
-Porque mis padres jugaban al hockey y tanto acompañarlos me gustó.
-¿Papá en qué club jugaba?
-En YPF
-Y ¿mamá?
-En YPF
-¿En Núñez?
-Sí.
Después, el coach de Las Leonas agregó: “Arranque ahí y ya a los siete años, me crucé de calle a Ciudad de Buenos Aires, y ahí empezó mi carrera deportiva”.
-¿Cuáles han sido los mejores momentos, que has tenido con el hockey?
-Disfruté todos los momentos, la verdad. Desde los inicios encontré amigos excelentes y en cada momento lo pasé bárbaro (...). Ciudad de Buenos Aires en ese momento desde la séptima a primera eran muy buenos equipos y siempre estaban peleando los primeros puestos y cada vez que se pasa de división a división, los grupos eran importantes y las personas excelentes.
-Pero siempre hay hitos importantes en la carrera de cada deportista ¿cuáles son los tuyos?
-Sí, en todas las categorías obtuve campeonatos, pero el más lindo es el que ganás el primero en la primera división.
-¿Cuándo fue el primero ?
-En 1994. Ese año subí a primera y salimos campeones.
-¿Y otros momentos?
-A los 17 años me integraron a un Sub 21 y ahí comenzamos a viajar con el sub 21. Fui a dos panamericanos a los 17 y otro a los 21 y un Mundial 21 en el medio y desde ahí al mayor. Es como tocar el cielo con las manos, porque llegás al seleccionado mayor y es el sueño de todo pibe. Después tenés mundiales y juegos olímpicos.
-¿El primer juego olímpico?
-Atlanta 1996. Fui el jugador más chico en edad, me hicieron un lugar y me trataron muy bien. Jugué en ese equipo con jugadores que yo admiraba mucho y que eran más grandes como Gabriel Minadeo, los hermanos Lombi, Carlos Retegui, y Fernando Ferrara, entre otros, que eran ejemplos para mí. Y estar dentro de la cancha en Atlanta con ellos, era importante para mí.
-Después ¿como empezó a germinar la semilla de ser coach? ¿Cómo empezaste?
-A los 17 años entrenaba equipos de menores, me empezó a gustar y me encantaba el tema de la docencia en mi club, hasta que un día dieron a entrenar una de las primeras de damas, porque aun jugaba.
“A los 32 años dejé de jugar, había nacido mi hijo Bautista, que juega en octava en Ciudad, y empecé a entrenar caballeros y también damas; siempre en el equipo ‘B’. En algún momento fui ayudante de Carlos Geneyro en la primera y nos fue muy bien y así empecé a entrenar algún seleccionado de Buenos Aires y ahí hago media dupla con Chapa y ahí empezamos a ser un cuerpo técnico y cuando a él lo designan como entrenador de Leonas, me pide que sea ayudante del mayor (...) cuando se que organizar el cuerpo técnico de Las
Leoncitas con vista a los Juegos Olímpicos de la Juventud paso a ser el DT de ese equipo y clasificamos a Singapur, no viajé, fue mi asistente José González, porque estaba el Mundial de Rosario (...) este grupo fue que jugó el juniors del año pasado, que perdimos la final con Holanda, por penales y ahora hay varias Leonas, entre ellas Luciana Molina.
-¿Que te parece Luciana Molina?
-Cuando empezó era muy chiquita, calladita, pero creció y ganó un lugar para el mundial Sub 21 (...) es una jugadoras muy habilidosa, te puede resolver una situación en una baldosa. Cuando me designaron entrenador, la incorporé, porque tiene talento (...) ella seguirá entrenando, estoy contenta con ella.
¿Y Gabriela Koltes?
-Hace tiempo, que la seguía, pero un momento se perdió y ahora cuando en julio cuando la vi muy bien y por eso la incluimos en la lista del proceso.