Las calles y rutas de San Rafael fueron escenario de una persecución cinematográfica protagonizada por un ladrón de autos, varios móviles policiales y más de 30 taxis.
La persecución a alta velocidad, con choques entre autos y trompos, comenzó con el robo de un remis en el casco céntrico de la ciudad sureña y terminó unos 30 kilómetros después en el distrito de Salto de Las Rosas cuando la policía le cruzó un semiremolque en la ruta para detenerlo.
El delincuente de 28 años fue trasladado a la comisaría 32 por robo agravado pero en el proceso los taxistas casi lo linchan.
El peliculón de la noche comenzó en las inmediaciones de San Juan y Moreno de San Rafael, un remisero se detuvo, bajó a comprar a un kiosco y cuando regresó al vehículo para continuar con su tarea diaria, no estaba más.
El delincuente de 28 años fue trasladado a la comisaría 32 por robo agravado pero en el proceso los taxistas casi lo linchan.
El peliculón de la noche comenzó en las inmediaciones de San Juan y Moreno de San Rafael, un remisero se detuvo, bajó a comprar a un kiosco y cuando regresó al vehículo para continuar con su tarea diaria, no estaba más.
A partir de ese momento se desató una búsqueda en simultáneo, por un lado la policía y por el otro de los taxistas que no iban a dejar que escapara.
La avenida Yrigoyen, la rotonda del mapa, avenida Sarmiento, calle Los Sauces, Pedro Vargas, la zona del barrio El Molino, Pobre Diablo fueron algunos de los lugares por donde pasó el remis robado y toda una comitiva detrás integrada por tres vehículos de la policía y más de 30 taxistas.
“Lo chocaron para volcarlo, para torcerlo en la ruta y no hubo caso, una camioneta de la policía le pegó el quiñe como venía de costado y no lo pudo parar, se fue”, es parte del relato de uno de los taxistas que participó en la increíble persecución.
“Le hizo hacer un trompo al (taxi) 64, iba decidido a no pararse y auto que se le ponía a la par lo sacaba o trataba de volcarlo o lo que fuera”, siguió el taxista.
De acuerdo al conductor, una vez que salieron a la ruta 143 alcanzaron velocidades entre los 140 y 150 kilómetros por hora.
En la zona de Los Sifones en Salto de las Rosas, la policía le atravesó un remolque sobre la ruta y el ladrón no tuvo más opción que tirarse a la banquina y detener la marcha.
“Si no le atravesaban el camión no paraba más hasta que se le terminara el combustible. Fue una carrera grosa, a 140 o 150 fácil, doble fila, como fuera”, fue otro de los comentarios del taxista.
En el preciso momento que el hombre apagó el motor, un grupo de taxistas se le adelantó a los efectivos y desataron toda la furia contenida. Los taxitas lo rodearon y comenzaron a patearlo, por lo que la policía debió hacer un escudo a su alrededor y después lo metió al móvil para ponerlo a resguardo.
Según confirmó la policía, el ladrón no tenía antecedentes delictuales, y si estaba bajo los efectos de alguna sustancia, la hipótesis más fuerte que manejan, debía confirmarse con los estudios toxicológicos.
El hombre de 28 años es oriundo de La Pampa pero hace unos 8 años que se instaló en San Rafael y actualmente es empleado.
Después de la detención quedó alojado en un calabozo de la comisaría 32 por robo agravado.
Pudo ser un desastre
El comisario Eduardo Algaba, jefe de la policía sanrafaelina habló sobre la persecución a alta velocidad por las calles y rutas del departamento del remis robado y aseguró que "nos salvamos de que terminara en una tragedia".
"Ni la policía está autorizada a pasar el límite de velocidad salvo situaciones especiales, esta era una pero los móviles están preparados (balizas y sirena) para hacer eso, en cambio un taxi no, nos salvamos de que esto terminara en una tragedia porque no pensaron los taxistas lo que podía llegar a ocurrir si se atravesaba un perro o peor aún, una persona", afirmó el comisario.
Ante la situación vivida Algaba llamó a la reflexión a los choferes porque "no midieron lo que podía ocurrir, por un lado nunca pensaron lo que podía llegar a suceder si el hombre estaba armado y después lo que podía pasar si había un accidente, el taxista podía perder el trabajo y quedar inhabilitado de por vida mientras que el dueño del auto se quedaba sin nada, en fin ambos perdían todo, quedaban en la calle".