Tanto el insomnio como la falta de sueño, son los disparadores para que surjan problemáticas psicológicas, agravándose en trastornos como pueden ser ansiedad, depresión, fatiga crónica o quedarse dormido durante las horas de vigilia.
Son síntomas para tener en cuenta, ya que el correcto funcionamiento cerebral está empezando a afectarse. Hay una fuerte relación causal y bidireccional entre los trastornos psicológicos y la mala calidad de sueño.
La dificultad para conciliar el sueño puede verse afectada porque estemos atravesando por alguna preocupación que nos mantenga alerta, disparando nuestra ansiedad para resolver dicha problemática y surjan de forma continua pensamientos negativos que nos desvelen durante la noche.
Pero, además, puede haber una mala calidad de sueño por alguna problemática biológica u hormonal, que se puede detectar por estudios del sueño, como la polisomnografía donde se monitorea la actividad cerebral, la respiración, el ritmo cardíaco, el movimiento de los ojos, la actividad muscular y otros signos fisiológicos mientras la persona duerme.
*El autor (MP 85367) es Licenciado en Psicología. Egresado de la Universidad del Salvador. Especialista en Trastornos de Ansiedad y Entrenamiento en Habilidades. (Fundación Foro). Posgrado en Sexología Clínica (Sociedad Argentina de Sexualidad Humana).