Roma: una caminata por sus rincones emblemáticos

La Piazza Di Spagna, La Fontana Di Trevi, el Monumento a Vittorio Emanuele II, El Coliseo y el Foro Romano, lugares únicos.

Roma: una caminata por sus rincones emblemáticos
Roma: una caminata por sus rincones emblemáticos

Roma es una de esas ciudades que hemos visto tantas veces en fotos, películas o documentales que tiene un lugar asegurado en la iconografía de nuestras vidas. Era principios de agosto, pleno verano, pero aún así decidí hacer una larga caminata para descubrir algunos de sus variados tesoros. Los carritos ofrecían el artesanal Gelato italiano que abastecía con premura a los acalorados paseantes. Comencé el itinerario en la Piazza di Spagna esperando descender por sus 135 escalones pero ¡Oh sorpresa!

Estaba en proceso de restauración y no se podía acceder. Me conformé con mirar las escalinatas a través de un blindex. Los cascos céntricos de las ciudades europeas son tan desiguales en su trazado de tiempos medievales que aún siguiendo un mapa existe el riesgo de extraviarse en cada esquina.

Me dirigí a un señor que en la lengua de Dante me indicó como retomar el rumbo perdido hacia mi siguiente destino: la Fontana Di Trevi. Iba con la ilusión de colocarme de espalda a sus aguas para arrojar la moneda por encima del hombro, tal como pide la tradición, pero cuando llegué había un gentío digno de un clásico futbolero Roma-Lazio.

Para intentar acceder al borde mismo de la fuente había que ser especialista en lucha greco-romana. Me conformé con lanzar la moneda por encima de la multitud teniendo la precaución de que fuera directo al agua y no a la cabeza de algún turista asiático, esparcidos por doquier. La fachada barroca de mármol de la fuente había sido restaurada hacía muy poco y las columnas y estatuas relucían en todo su esplendor bajo el inclemente sol. Los abarrotados cafés tenían encendidos los ventiladores con vaporizadores de agua helada apuntados a los clientes.

Fui en busca del Monumento a Vittorio Emanuele II, un inmenso palacio (hoy museo) que fue erigido en honor a quien fuera el primer Rey de la Italia Unida. Se inauguró en 1911. Por su imponente tamaño es una de las edificaciones que domina el skyline romano. Allí convergen varias avenidas. Las calesas tiradas a caballo aguardaban a sus pasajeros. No hubiera sido mala idea tomar una pero dejé que mis pies continuaran sumando kilómetros.

Muy cerca de allí se haya el Foro Trajano. Sus ruinas se observan desde unas terrazas naturales donde unos novios estaban haciéndose fotos para el álbum de bodas. Otra pareja se besaba frente a la cúpula de Santa María del Loreto a pocos metros de allí. No es en vano que Roma al revés se deletrea "Amor". Por la Vía del Fori Imperiali continué mi derrotero para arribar a la construcción emblemática que fue elegida como una de las Nuevas Siete Maravillas del Mundo: El Coliseo.

Su nombre original era Anfiteatro Magno pero fue cambiado. Me asombró su tamaño. En las fotos no se capta su real dimensión. Hay que admirarlo personalmente para darse una idea. El gigantesco aforo fue inaugurado en el Siglo I después de Cristo. A su alrededor pululan los vendedores ambulantes y hay tiendas de souvenirs de todo tipo.

Se puede conseguir desde una máscara de gladiador hasta una espada. Es la única de las Nuevas Siete Maravillas ubicada en el continente europeo y la verdad es que hace honor a su elección. Se estaban realizando tareas de restauración en las fachadas exteriores del Anfiteatro Flavio y en las rejas del nivel del Primer Orden. Mantenerlo no es sencillo y los romanos están muy orgullosos de su patrimonio.

Culminé el paseo en el conjunto arquitectónico del Foro Romano, el centro neurálgico de la Roma primitiva. En general la ciudad luce algo avejentada y a muchos edificios le vendrían bien una buena mano de pintura pero seguramente es parte del encanto junto con los adoquines, las motonetas, los cafés, los pinos y las lindas mujeres. También es ruidosa y con tránsito caótico. A orillas del río Tíber sí es posible conseguir un poco de calma y algo de silencio.

Tuve que buscar otra fuente para hidratarme y recargar mi botella. Dice una leyenda que quien bebe sus aguas volverá a Roma. Tomé tanta que seguramente Alitalia ya debe estar emitiéndome el billete de regreso a esta urbe indispensable en la agenda de cualquier viajero.

Datos

Gelato: desde 3,5 dólares el de dos gustos

Plaza España y Fontana di Trevi: gratuitos

Monumento Vittorio Emanuele II: gratuito pero se paga un ascensor a su azotea: 9 dólares

Iglesia Santa María del Loreto: gratuita

Coliseo, Foro y el Palatino combinados: 14 dólares

Castillo de Sant'Angelo: 12 dólares (cerrado los lunes)

Un imán para heladera con la Loba de Rómulo y Remo: 5 euros

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