"Lo único que me ofendió es que Pignanelli me tratara de ignorante", dice Fernando Iglesias en una columna publicada recientemente en Los Andes de Mendoza.
Y es que Fernando Iglesias sí es un ignorante. Para empezar, se presenta como periodista pero maneja pésima información, que utiliza al solo efecto de injuriar a los que considera sus enemigos. En lo que a mí respecta, revoleándome dos causas de las que, evidentemente, conoce poco y nada.
La firma “Cofeme” a la que hace referencia y que me vincula con el marido de la señora Diana Conti, jamás funcionó, nunca llegó a conformarse. En cuanto a la acusación por administración fraudulenta durante la liquidación del Banco Medefín, todos los procesados fuimos absueltos. En mi caso, porque mi designación como director del BCRA fue posterior a dicha liquidación.
Me resulta importante destacar que entre los procesamientos dictados por el juez Torres a una veintena de funcionarios por este mismo hecho, figura el Dr. Fabián Rodríguez Simón, también absuelto y hoy abogado del presidente Mauricio Macri. Resalto este punto porque Iglesias parece dividir su mundo entre buenos y malos, peronistas y antiperonistas, en una suerte de absurdo totalitarismo, más propio de un kirchnerista de pura cepa.
Dividir a nuestra patria entre corruptos peronistas y próvidos “gorilas” es, como casi todos advertimos, no haber entendido nada. Los argentinos ya aprendimos las consecuencias de apuntar al enemigo interno, y sabemos que los autoritarismos, totalitarismos, juegan deliberadamente con ello, dejando dolorosas secuelas de muerte u odio.
Ante la destreza periodística del Sr. Iglesias, cabe resaltar además que jamás participé de un gobierno de signo K. No obstante, hubo varios compañeros que decidieron dar la pelea desde adentro: Martín Lousteau, Roberto Lavagna, Sergio Massa, Graciela Ocaña, entre tantos otros. No se me ocurriría denostarlos. Los admiro.
Insisto: me cuesta creer que Iglesias sea parte de una secta tan parecida, tan especular, al último kirchnerismo. Ése que supo romper lazos democráticos haciendo, de los adversarios, enemigos.
Me sorprende que desconozca que miles de peronistas fueron amenazados y perseguidos durante el gobierno de la última década.
Por último, refresco la memoria. De la cruenta crisis de 2001-2002 salimos gracias a una gran concertación. Una gran mesa de diálogo en la que tuve el honor de trabajar con don Raúl Alfonsín, con el entonces cardenal Jorge Bergoglio, con Luciano Miguens y toda aquella Mesa de Enlace y tantos más.
Allí, en esa concertación, supe transitar la democracia o, mejor, un estadio que entiendo superador a ésta: todos juntos, espalda contra espalda, dando lo mejor de sí.
Y lo hicimos bien. En mayo de 2003 entregamos un gobierno saneado y el país creciendo al 6% anual.
Hoy participo de un Frente que hace tres años da pelea contra la corrupción y brega por la necesidad de que los mafiosos no sólo vayan presos sino que devuelvan lo robado. Y, con alegría, veo a peronistas, socialistas, radicales, PRO, acordando por un país mejor.
La Argentina está superando los extremismos. Los K "puros y duros" y los más castos "gorilas", están quedando en la historia.
Iglesias debería aggiornarse y no ser tan ignorante.
