“¡Que pare el agua!”, exclama Mónica, quien camina apurada por la calle aprovechando un paréntesis de las lluvias que ayer azotaron a la provincia, sobre todo en la mañana. Es que aunque estamos en plena primavera, y a poco más de un mes de la llegada del verano, el tiempo se asemeja más a la estación que dejamos atrás que a la que viene.
A ello debe sumársele eventos meteorológicos inusuales, como la caída de granizo de gran tamaño en General Alvear, y la precipitación en la zona de la alta montaña, al punto que dejó varado a un micro por la acumulación nívea.
Los especialistas destacan que en esta situación podría tener que ver el conocido fenómeno de El Niño. De todas formas, desde el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) aseguran que por ahora las condiciones son "neutrales".
Esto quiere decir que no se puede determinar una fase extrema por el momento, aunque esperan que las temperaturas estén levemente por encima de lo normal y que no haya más lluvias, pero sí que sean localmente más intensas.
"De acuerdo con los modelos dinámicos y estadísticos, en el trimestre noviembre-diciembre-enero (NDE) 2018 y 2019 hay 73% de probabilidad de que se desarrolle una fase del fenómeno El Niño. En caso de que esto suceda, estaríamos ante un fenómeno tardío. Esta probabilidad se mantiene alta en lo que resta de la primavera y el verano", indican desde el SMN.
Juan Rivera (doctor en Ciencias de la Atmósfera y los Océanos, especializado en Hidroclimatología) explicó que si bien hay condiciones de temperaturas anómalamente cálidas sobre el océano Pacífico tropical (en la región donde se define la ocurrencia de eventos El Niño y La Niña), aún no puede decirse que estemos en presencia de este fenómeno, dado que por definición es necesario que estas condiciones cálidas se mantengan durante cinco meses consecutivos.
“No es posible declarar un evento de El Niño todavía. Sí se puede considerar que, teniendo en cuenta los pronósticos, es probable que se desarrolle en una severidad de débil a moderada y con una duración corta, ubicada seguramente entre el fin de esta primavera y el otoño del año próximo”, indicó.
Rivera dijo que, en particular, las temperaturas experimentaron una fuerte variabilidad "intraestacional" durante la primavera, con un setiembre más cálido de lo normal (lo cual marcó un récord a nivel país desde 1960), un octubre normal y un noviembre que comenzó levemente más frío.
“Este tipo de variabilidades son explicadas por una oscilación tropical denominada de Madden-Julián, la cual puede interactuar con el fenómeno de El Niño para potenciar también las precipitaciones. Establecer un nexo entre estos modos de variabilidad y las condiciones actuales de temperatura y precipitación requiere una investigación pertinente, y no son los únicos responsables de la variabilidad climática en la provincia”, señaló.
Lluvias intensas
Tal como explicó Rivera, el fenómeno de El Niño se da como consecuencia de un calentamiento anómalo en la temperatura superficial del mar en el océano Pacífico tropical. Este calentamiento debe superar los 0.5°C por 5 meses consecutivos o más para establecerlo. Por el contrario, los eventos de La Niña responden a un enfriamiento anómalo en las aguas del océano Pacífico tropical, de la misma magnitud (-0.5°C) y que debe prolongarse cinco meses o más.
“Mientras más anómalo sea el calentamiento o enfriamiento, más severo es el fenómeno y más evidente su influencia en las precipitaciones regionales. En líneas generales, en nuestra región, durante los eventos El Niño, suelen registrarse mayores precipitaciones. En tanto, en los casos de La Niña suele haber un déficit en la acumulación de lluvia o nieve, aunque la relación no siempre es directa y este nexo es más fuerte en la región centro-este del país”, detalló el especialista.
Vale decir que respecto de las precipitaciones, desde el SMN indican mayor probabilidad de ocurrencia de precipitación superior a la normal sobre la región del Litoral, provincias del norte del país, este del NOA, Córdoba, Santa Fe, Buenos Aires y este de La Pampa.
Para Cuyo, en cambio, será normal, así como para el centro-norte de la Patagonia; y normal o inferior a la normal sobre el extremo oeste del NOA y sur de la Patagonia.
De todas formas aclaran que no descartan se sucedan lluvias localmente más intensas (como lo sucedido en las últimas jornadas sobre el centro y norte de la Argentina) durante el transcurso de los próximos meses. “La coincidencia en los pronósticos sumada a la propia climatología y al posible desarrollo de un evento de El Niño aumenta las chances en la frecuencia de estos eventos con sus respectivos impactos”, aclaran en un informe específicamente dedicado a la temática.
“En cuanto a las lluvias, el panorama indica que tendríamos valores normales de precipitación, que en Mendoza representan aproximadamente unos 100 mm. entre los meses de diciembre a febrero, siendo febrero el mes más ‘llovedor’ del año: 41 mm. en promedio”, puntualizó Rivera.
Sobre la temperatura, los meteorólogos del SMN aseguran que hay mayor probabilidad de ocurrencia de marcas superiores a la normal sobre las provincias del NOA, norte y extremo noreste del país; normal o superior a la normal sobre la región de Cuyo; normal sobre el resto de la zona central del país y centro-norte de Patagonia; y normal o inferior a la normal sobre el sur de Patagonia.
Según Rivera, se espera un verano con temperaturas de normales a levemente por encima de lo normal. "Para Mendoza, los valores medios de temperatura máxima están entre 29°C y 30°C, mientras que la temperatura mínima oscila en promedio entre 17°C y 18°C, con lo cual puede esperarse en promedio para el trimestre de verano temperaturas superiores a estos valores", detalló. También puede darse la ocurrencia de olas de calor de corta duración (tres a cinco días) que sean las que muevan el termómetro y la estadística hacia valores cálidos.
Agua, piedra y nieve
Fernando Jara, meteorólogo del SMN, comentó que lo sucedido estos últimos días (la precipitación de nieve en cordillera, la piedra en General Alvear o los 100 milímetros de agua que cayeron en San Carlos) se explica por un sistema de baja presión de superficie importante en el centro del país y un sistema de alta presión en el Atlántico.
“Entró aire húmedo marítimo, en Buenos Aires, La Pampa y Cuyo. Esta situación meteorológica hizo que tuviéramos humedad y que la atmósfera esté cargada potencialmente de energía. A esto se le sumó una baja presión en altura desde el Pacífico, que ingresó de oeste a este”, informó Jara.
Lo que explicó el meteorólogo, entonces, es que se encontró aire húmedo cálido en superficie, que al subir se expandió y enfrió. “Si el aire tiene humedad, se condensa y se produce la nube. Y si a este fenómeno se le inyecta aire frío, suceden las precipitaciones importantes. Por eso es que se produjo granizo en Alvear. Generalmente cae ahí porque los sistemas pasan de oeste a este y es en esa zona donde encuentra menos altura de la cordillera. Lo mismo en la zona del Valle de Uco”, detalló Jara.
Para lo que viene, el especialista del SMN indicó que la situación meteorológica de los días próximos "irá mejorando", aunque hay que decir que "persistirá la inestabilidad en el este y el sureste".