Dormir es considerado por muchos una actividad satisfactoria para llevar a cabo durante un determinado momento del día. Aunque también es un hábito necesario para recuperar fuerzas y energías para rendir mucho mejor durante la rutina diaria.
Especialistas, a través de diversos estudios realizados alrededor del mundo, determinaron que los niños deben dormir más que los adultos. Los recién nacidos deben hacerlo entre 14 a 17 horas diarias. Los niños de edad escolar, necesitan entre 9 a 12 horas diarias. Los adolescentes entre 8 a 10 horas cada noche. Finalmente, los adultos 8 horas, para tener un mejor desempeño.
Los beneficios de tener un buen descanso
Uno de los beneficios que se obtienen durmiendo correctamente durante el día, es que incrementa la actividad. Cuando el cerebro está descansado, la memoria funciona a la perfección, impulsando a una mejor creatividad e imaginación.
También, brinda protección al corazón. Un reciente estudio reveló que las personas que duermen poco, tienen más posibilidad de sufrir una insuficiencia cardiaca, que los que suelen hacerlo de forma adecuada. El insomnio aumenta los niveles en sangre, de las hormonas del estrés, lo que genera una mayor tensión arterial y frecuencia cardíaca.
El llevar a cabo un buen descanso, reduce la depresión. Cuando nuestro cuerpo realiza esta acción, facilita la producción de melanina y serotonina. Estas hormonas contrarrestan los efectos del estrés. Si lo realizamos correctamente, nos desenvolvemos con más felicidad y nos hace más fuerte en cuanto a las emociones.
Otro beneficio es que mejora las interacciones sociales. El ser humano, se caracteriza por ser capaz de establecer relaciones con diferentes personas. La pérdida de sueño reduce la capacidad para dialogar con otros individuos, debido a que nos afecta la capacidad cerebral para reconocer códigos sociales y el procesamiento de emociones.
Por último, se puede decir que ayuda a estimular el sistema inmune, ya que este es nuestra principal defensa contra los agentes patógenos del ambiente. Cuando dormimos bien, estas células incrementan su rendimiento, por lo que se puede afirmar que un sueño confortable, nos ayuda a combatir las infecciones producidas por bacterias, virus, hongos y parásitos.
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