En Mendoza, la proporción de niños afectados por sobrepeso y obesidad es 40 veces mayor que los afectados por desnutrición. De 100 niños, 40 tienen más peso del que debieran y solo 1 bajo peso.
Según datos del programa Aprender con Salud (del Ministerio de Salud, Desarrollo Social y Deportes) a partir de relevamientos realizados en escuelas primarias, 40% de los alumnos abordados presentaba sobrepeso y obesidad mientras que 1% tenía desnutrición.
El trabajo reemplazó al anterior programa Prosane y abarcó a 25 mil chicos de 193 establecimientos escolares y 53 SEOS, detalló el subsecretario de Salud, Oscar Sagás. Explicó que los números pueden extrapolarse al resto de los niños de todas las clases sociales y que son equivalentes a los que se muestran a nivel nacional y regional.
En tanto, la decana de la facultad de Nutrición de la universidad Juan A. Maza, Cecilia Llaver, señaló que si se toma sólo a los menores de 6 años la proporción asciende a entre 8 y 10% de desnutridos.
Se trata de dos problemáticas vinculadas a la malnutrición pero en sentido opuesto, ambas con consecuencias diferentes pero igualmente complejas.
En lo que todos los consultados coinciden es en que el foco en la actualidad está puesto en el sobrepeso y la obesidad por su tendencia creciente y la magnitud que ha adquirido, por lo que se habla de epidemia.
Para referentes y organizaciones de la salud, lo que más afecta en la actualidad no es la desnutrición sino la malnutrición en los niños (que está incluida aunque afecta a menos chicos).
Se trata de una postura diversa respecto de la que sostiene la Fundación Conin, que se dedica hace décadas a combatir la desnutrición. Las declaraciones del médico pediatra Abel Albino en el Senado de la Nación -quien fundó y preside la organización en el país- respecto de la ineficacia anticonceptiva del preservativo generaron muchas repercusiones sobre diferentes aristas.
Entre ellas se puso en tela de juicio la labor de la Fundación y los fondos millonarios que recibe por parte del Estado, los cuales según ha trascendido, se incrementaron con la gestión macrista.
Según informó el gobierno nacional, en los últimos dos años la organización recibió $ 90 millones, que se suman a los alrededor de $ 350 mil mensuales que el gobierno provincial le paga a Conin por la atención de entre 500 y 700 niños en dos instituciones que tiene en la provincia (ver aparte).
La Sociedad Argentina de Pediatría ha salido con los tapones de punta contra la postura del médico, no sólo en esta oportunidad sino en otras anteriores en las que hizo referencia a la problemática mencionada.
"Destacamos que el principal problema nutricional que tiene hoy la infancia en Argentina no es la desnutrición, que sin dudas existe en grupos determinados y requiere su atención, sino la malnutrición, el sobrepeso y la obesidad, coexistiendo deficiencias nutricionales con excesos de consumo de calorías con baja calidad nutricional", advirtió el año pasado la organización en un comunicado en respuesta a declaraciones de Albino.
Y continuó: "Somos parte de una epidemia mundial que requiere políticas que intervengan en forma preventiva desde la vida intrauterina, educando a la madre en hábitos saludables, nutrición y actividad física y preparándola para la lactancia materna".
Desde Conin no quisieron emitir opinión. Sin embargo, en una entrevista con Los Andes el año pasado Albino se refirió al tema.
"Se habla de malnutrición para no hablar de desnutrición, es para no señalar culpables (algo común en el país). Malnutrición es un cajón de desastre donde se incluyen también la bulimia y la anorexia. El 32% de la población vive en la pobreza y ahí nadie come bien. Entonces cuando una familia vive con muy pocos recursos no compra carne, come farináceas, entonces hay gorditos inflados con miga pero luego no tienen capacidad para estudiar", consideraba entonces.
“Ahora la epidemia es la malnutrición”
Los médicos advierten que los nuevos estilos de vida han cambiado el contexto, que ha hecho necesario enfocarse en esta nueva problemática que gana terreno peligrosamente.
"La desnutrición fue de mucho peso a fines del siglo pasado, en los '80 y '90. No es que ya no exista sino que ahora la epidemia es la malnutrición y las comorbilidades", destacó Cecilia Llaver.
Este factor predisponente para el desarrollo de enfermedades metabólicas como diabetes, dislipidemia, algunos tipos de cáncer y patologías cardiovasculares, entre otros problemas.
"El impacto de una y de la otra es muy grande. Aunque ahora estamos abocándonos al sobrepeso y obesidad, hay que atender a ambas porque aunque la desnutrición sea baja deja secuelas irreversibles para toda la vida", consideró.
Oscar Sagás opinó en el mismo sentido. Dijo que la diferencia porcentual de afectados demuestra claramente lo que más predomina.
"Probablemente en otras épocas había que hacer más foco en el bajo peso. La fundación Conin está enfocada en este tema pero el mundo se está enfocando más en este otro, la obesidad y el sobrepeso", consideró.
Mencionó además que "hoy nos ocupamos más de sobrepeso y obesidad por los estilos de vida que cambiaron. Los hábitos alimentarios incorporaron productos ultraprocesados ricos en grasas, sal y azúcares, con alto aporte calórico y bajo aporte nutricional, además del sedentarismo creciente que son los llamados factores medioambientales".
Y subrayó que actualmente desde el ministerio se destina más dinero a capacitación de equipos para abordar la pandemia de obesidad que al bajo peso. A través de Aprender con Salud se trabaja en detección temprana, derivación y seguimiento pero además concientizando con talleres en la comunidad educativa, con la merienda saludable y propiciando el consumo de agua.