Este jueves se completó la segunda etapa del megajuicio contra el juez Walter Bento, acusado de encabezar una asociación ilícita que se encargaba de cobrarle coimas a presos para otorgarles beneficios judiciales. Habló por primera vez en el proceso que se lleva adelante en Tribunales Federales.
Fue en el marco de la identificación de los imputados, instancia en la que deben presentar sus datos personales ante el tribunal y aclarar sí están prestos a ser indagados. Bento se sentó en el banquillo y tras saludar a las juezas del Tribunal Oral Federal N° 2, Gretel Diamante, Eliana Beatriz Ratta Rivas y María Carolina Pereyra, confirmó que declarará las preguntas que le realicen.
“Si, señora presidenta, voy a declarar hecho por hecho. Sobre todos los hechos”, dijo con tono enfático el magistrado suspendido.
Luego pasó al frente su hijo Luciano Bento (29), quien aclaró que vive con sus padres en Palmares y afirmó que “llegado a la parte patrimonial, voy a prestar declaración”. Lo siguió su hermano Nahuel (31), quien manifestó que “lo mejor es que declare llegada la parte patrimonial”. Cabe señalar que ambos están imputados por lavado de activos.
La última integrante del clan en hablar fue Marta Isabel Boiza, quien dijo que es procuradora suspendida por las causas de enriquecimiento ilícito y lavado de activos. “Voy a declarar sobre lo patrimonial”, indicó.
Los abogados también quieren responder
La banda que encabezaba Bento tenía como alfiles a varios abogados. En primera línea se encontraban los letrados Jaime Alba y Luciano Ortego, junto al despachante de aduanas asesinado, Diego Aliaga. Los dos están imputados por asociación ilícita en carácter de organizadores, por cohechos activos agravados. La particularidad también es que se defienden a sí mismos en el juicio.
Alba se encuentra con prisión domiciliaria y a su turno explicó que atraviesa un tratamiento psiquiátrico. “Estoy muchísimo mejor a cuando estaba en el penal. Realmente estar con mi familia me cambió la vida, n obstante, sigo privado ilegítimamente de mi libertad”, comentó ante las juezas.
Y manifestó que quiere ser indagado: “Creo que soy uno de los más interesados en prestar declaración indagatoria para que el tribunal pueda conocer la realidad de lo que me pasó y sobre todo, por la publicidad tan gratamente están dando de estas audiencias, que también la opinión pública y el periodismo, la puedan conocer. Estoy sumamente interesado”.
Por orden alfabético iba a ser uno de los primeros en declarar, pero solicitó que se le otorguen pruebas sobre un allanamiento a su casa, por lo que se demorará en hacerlo, al menos una jornada más.
Por su parte, Ortego atraviesa la prisión preventiva en la cárcel y manifestó ante el tribunal que va a “declarar pronto”. Para eso le requirió a las autoridades que le provean el soporte de su primera declaración, porque asegura que en varios pasajes la fiscalía utilizó “supuestas respuestas” que no dio y fueron “absolutamente contrarias”.
“Inclusive en muchas oportunidades, ante preguntas de la Fiscalía, respondí con sarcasmo o ironías o repregunté y las mismas se han vertido como afirmaciones mías. Entonces necesito que me las puedan brindar”, completó. La jueza Diamante accedió al pedido.
Otro de los abogados señalados como los que “entraban y salían” de la organización delictiva era Luis Francisco Álvarez, también imputado por integrar la asociación ilícita y cohechos. Se encuentra cumpliendo prisión domiciliaria en General Alvear y protagonizó un episodio llamativo ante las cámaras. Al momento de hablar sobre su situación personal dijo que “lamentablemente” está divorciado y que tiene dos hijos “hermosos de 7 y 10 años”, entonces se quebró y comenzó a llorar.
Tomó un vaso de agua y tras pedir disculpas, prosiguió: “Estoy desesperado por declarar, prometí que no iba a llorar pero es fortísimo todo lo que estamos viviendo. Quiero declarar, que se conozca la verdad y se le dé publicidad porque tanto yo como mucha gente hemos sido maltratados por la prensa. He perdido clientes de Buenos Aires a montones, y quiero declarar urgente”.