El Gobierno argentino confirmó este miércoles su retiro del Grupo de Lima, el conglomerado de 14 países conformado en 2017 y al que adhirió Mauricio Macri para buscar una salida democrática a la crisis social, política y económica de Venezuela, liderada por Nicolás Maduro.
A través de un comunicado, Cancillería expresó que “las acciones que ha venido impulsando el Grupo (de Lima) en el plano internacional, buscando aislar al Gobierno de Venezuela y a sus representantes, no han conducido a nada”.
“Por otro lado, la participación de un sector de la oposición venezolana como un integrante más del Grupo de Lima ha llevado a que se adoptaran posiciones que nuestro Gobierno no ha podido ni puede acompañar”, aclaró, en referencia a Juan Guaidó.
“Reiteramos que la mejor manera de ayudar a los venezolanos es facilitando que haya un diálogo inclusivo que no favorezca a ningún sector en particular, pero sí a lograr elecciones aceptadas por la mayoría con control internacional”, indicaron desde el Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto.
Para el gobierno de Alberto Fernández, “en un contexto en el que la pandemia ha hecho estragos en la región, las sanciones y bloqueos impuestos a Venezuela y a sus autoridades, así como los intentos de desestabilización ocurridos en 2020, no han hecho más que agravar la situación de su población y, en particular, la de sus sectores más vulnerables”.
Según la Cancillería, entonces, fue la pandemia, y no las políticas de Maduro, las que afectaron los derechos humanos en ese país, con un saldo de muertes y torturas incluidas en el informe que la expresidenta chilena Michelle Bachelet presentó por encargo de Naciones Unidas.
El Grupo de Lima fue un problema para Fernández desde antes de su asunción. El objetivo de ese grupo es propiciar una salida pacífica a la crisis en Venezuela y condenar la ruptura del orden democrático.
Pero la permanencia de la Argentina en el foro ha sido uno de los ejes de las disputas al interior del kirchnerismo duro, ya que el sector ligado a la vicepresidenta Cristina Kirchner exigía al Presidente que abandonara el foro regional.
“Con este espíritu, la Argentina continuará sosteniendo su compromiso con la estabilidad en la región, y buscará encaminar soluciones pacíficas, democráticas y respetuosas de la soberanía y de los asuntos internos de cada Estado”, concluye el comunicado oficial del Gobierno.