Un hombre fue condenado a siete años de prisión efectiva por dos hechos de grooming. Durante la investigación descubrieron que el sujeto, identificado como Diego Jofré de 31 años, poseía material de abuso sexual y explotación de menores de 13 años.
La causa se inició en el 2024, luego de dos denuncias contra el ahora condenado. Además encontraron material explícito con menores en sus dispositivos.
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Un hombre fue condenado a siete años de prisión efectiva por dos hechos de grooming. Durante la investigación descubrieron que el sujeto, identificado como Diego Jofré de 31 años, poseía material de abuso sexual y explotación de menores de 13 años.
La causa se inició en el 2024, luego de dos denuncias contra el ahora condenado. Estuvo a cargo del doctor Gonzalo Marzal, de la Fiscalía de Instrucción 2, de la Unidad Fiscal de Delitos Contra la Integridad Sexual.
Dada la naturaleza de los delitos denunciados se dio intervención a la secretaría de Grooming, MASNNA (material de abuso sexual de niñas, niños y adolescentes) y MESNNA (material de explotación sexual de niñas, niños y adolescentes), que pertenecen a la misma Unidad Fiscal.
En este contexto, el 10 de diciembre del 2024 se realizó un allanamiento en el domicilio de Jofré. Durante el procedimiento secuestraron dispositivos electrónicos en los que encontraron material relacionado a abuso sexual de menores de 13 años.
Además, encontraron conversaciones que Jofré había mantenido con sus víctimas de grooming. Ese mismo día el sujeto fue aprehendido y, tras un juicio abreviado, que se desarrolló en el Juzgado Penal Colegiado de San Martín, recibió su condena.
Finalmente, el viernes 7 de marzo, Digo Jofré fue condenado a siete años de prisión efectiva por el delito de “distribución de material de abuso sexual y explotación de menores de 13 años de edad en concurso real con tenencia de material de abuso sexual contra menores de 13 años, por dos hechos de grooming y cinco hechos de amenazas coactivas en concurso real”. El sujeto deberá cumplir su condena en la penitenciaría provincial.
El artículo 131 del Código Penal argentino establece una pena de prisión de 6 meses a 4 años para quien contacte a través de medios de comunicación electrónica a un menor de edad con el fin de cometer un delito sexual. El problema es que, en Argentina, las penas que no superan los 3 años son excarcelables.
“Una pena por grooming en Argentina es prácticamente la misma que una pena por emitir un cheque sin fondos”, afirmó a Los Andes el director ejecutivo de Grooming Argentina y fundador de Grooming Latam, Hernán Navarro.
“Por este motivo nosotros (la organización Grooming Argentina) consideramos que la ley 26904, que incorpora el articulo 131 al Código Penal el delito de grooming, es ambigua y deficiente”, agregó Hernán Navarro. La ley 26904 es del 2013. Desde que se sancionó ha habido muchas condenas por el delito de grooming. “Aunque ha habido muchas condenas, la mayoría de los delincuentes ha recibido penas en suspenso”, afirmó Navarro.
Respecto del caso del hombre de 31 años condenado a 7 años de prisión en San Martín, Navarro explicó: “Cuando vi la pena me llamó la atención. Lo ocurre en este caso es que convergen dos tipos penales, los comprendidos en el artículo 128 del código penal - sobre comercialización, reproducción y distribución de contenido de abuso sexual infantil – y los del articulo 131 que tipifica el grooming”.
Como mencionamos más arriba, Diego Jofré fue condenado por dos hecho de grooming y por “distribución de material de abuso sexual y explotación de menores de 13 años de edad en concurso real con tenencia de material de abuso sexual contra menores de 13 años”.
Grooming Argentina es una organización que nació en el 2014 con el propósito de trabajar en la prevención y concientización del grooming en Argentina y América Latina. “El 80% de nuestras acciones radica en la prevención primaria y esto es ingresar a las escuelas, celebrar convenios con los estados para articular políticas públicas. La educación digital es la arista que hoy le está faltando a la Argentina”, explicó Navarro.
“El Código Penal no acompaña y casi te diría que es un delito, que en la lógica perversa de la pedofilia, reviste en una condición de impunidad porque acá tenemos que nombrar las cosas por su nombre y el enemigo es para nosotros es la pedofilia”, afirmó.
Para Navarro, los estados deberían combatir la pedofilia con la misma vehemencia que se intenta luchar contra el narcotráfico. “Hay una industria de matriz perversa, que viene eh arruinando la inocencia del capital humano más importante que tiene una nación que es presente y futuro de niñas, niños y adolescentes y que como sociedad no estamos identificando. No nos ´subimos al ring´ para darle pelea a la pedofilia”, agregó.
Navarro señala que la industria del abuso sexual infantil encontró las tecnologías el vehículo de proximidad y a través de las mismas está corrompiendo y destrozando los proyectos de vida de millones de niños en el mundo.
“Nosotros protegemos a las niñas, niños adolescentes de los delitos que atenten contra su integridad sexual en el ecosistema de internet. Dentro de esa arista nos enfocamos particularmente en estos dos delitos que justamente son el encuadre el caso de Mendoza. El grooming por un lado y la mal llamada pornografía infantil por el otro”, explicó.
“Digo mal llamada porque los niños y adolescentes no son actores porno, sino que son víctimas de violencia sexual. Es importantísimo cambiar la narrativa sin ambigüedades para posicionarnos en el acto violento que ejerce el victimario”, enfatizó.
“En 2024 en Polonia nos sometimos a la única red global que existe a nivel mundial que tiene en su poder las líneas de reporte una en cada país en 54 países del mundo que se llama INHOPE”, continuó Navarro.
Es mismo año por votación unánime se decidió que Grooming Argentina administrara la línea de reporte oficial de contenido de abuso sexual infantil en la Argentina.
“Es un espacio donde recibimos las URL donde observen niñas, niños y adolescentes en contexto de violencia sexual, las incorporamos en un sistema que tenemos con los 54 países y con Interpol, determinamos dónde está alojado el material, remitimos esa URL al país de origen y ese país de origen lo que hace, conforme a la activación de un protocolo operativo nacional con la fuerza de seguridad de su país, lo remueve internet y le da curso a la justicia para que lo investigue”, explicó.
Desde el 2018 Grooming Argentina cuenta con una aplicación gratuita, que funciona tanto para Android como para iOS, a través de la cual se pueden denunciar hechos de grooming con solo apretar un botón. "Automáticamente lo remite al WhatsApp de Grooming Argentina. Lo atiende una persona de carne y hueso, no es la Inteligencia Artificial, es una persona de carne y hueso porque nosotros no queremos perder esa sintonía fina con la con la familia de la víctima”, remarca Navarro.
Una vez recibida la alerta, Grooming Argentina activa un protocolo que tiene que ver con la incidencia del equipo ciberseguridad para preservar la evidencia digital y se realiza una entrevista con un adulto, que sea responsable del menor.
“Esto lo hacemos con la Policía Federal Argentina, hace 3 años que estamos trabajando codo a codo. Una vez cortamos esa llamada volcamos la información formularia y automáticamente lo remitimos a la Justicia”, cerró.
Para terminar, vale destacar que, para Hernán Navarro, la instancia penal debería ser la última instancia. El director ejecutivo de Grooming Argentina destaca la importancia de la educación digital y de la prevención para evitar que las niñas, niños y adolescentes entre en contacto con un groomer.