Pero eso no fue todo. Además, tras vendarles los ojos con toallitas femeninas, les habrían metido salchichas en la boca y, a la denunciante, una morcilla en la zona genital, entre la bombacha y la calza, únicas vestimentas con la que la víctima contaba.
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Los presuntos abusos sexuales habrían ocurrido en el baño del Club Alemán, según la denuncia. Foto: Diario Los Andes.
“En el momento no entendía que había pasado. Me sentía mal, estaba angustiada, no podía ponerle palabras. Sabía que estaba mal y que cuando le contara a mis padres se iba a armar un tema. A medida que pasaban los días me di cuenta de la dimensión de lo que había pasado, por cómo reaccionó el club, las chicas, ahí dimensioné el asunto. Pero en el fondo siempre supe que estaba mal lo que hicieron”, afirma.
Es que la situación vivida no había sido considerada entre sus expectativas de jugar en primera división del hockey femenino de Mendoza: “Yo iba a que me tiñeran el pelo. Era lo único que pensé que me iban hacer. En el momento, por las ganas de pertenecer, dije 'tengo que pasarlo'. Nunca supe que me filmaron hasta que me sacaron la venda. Yo no di consentimiento para nada. Me sentí tan humillada, yo se los dije. Una hora y medio riéndose de mí, mientras decían hasta cosas de mi mamá”.
Las "ganas" de pertenecer a un grupo
Llama la atención del caso que de las seis menores que participaron del rito iniciático, sólo una interpretó haber sido abusada y denunciar.
“A ellas las ganas de pertenecer a un grupo las superaron. Al principio dijeron 'la pasamos mal', se les fue las manos, está mal. Si vos hablás, saltamos todas, lo tengo en el chat. Pero al final nadie saltó. Una dijo 'no nos van a creer'. Creo que no hablaron por querer seguir jugando en primera, por seguir perteneciendo, seguir saliendo a W... (boliche en Luján) con ellas. ¿A qué jugadora no le gusta jugar a primera?”, se pregunta.
En cuanto a la decisión de los padres de las adolescentes implicadas de no sumarse a la denuncia, la víctima considera “las ganas de pertenecer a un grupo que tiene dinámicas de una secta es más fuerte, por sus relaciones interpersonales, el asado de fin de semana entre ellos, esas cosas. Algunos llegaron a decir que yo soy muy sensible o que me lo tomé así porque dicen que soy virgen”.
La sensación de la joven, a dos años de los sucesos narrados, es la siguiente: “Estas chicas siguen jugando, se siguen juntando entre ellas, no tuvieron ningún tipo de consecuencia. En cambio yo me cambié de club, perdí todo mi círculo social, en ese club pasé nueve años. Después dejé hockey, me quedé sin amigos ni deporte porque me dejó de apasionar”.
“La he pasado muy mal, me quedé sola. Fui a declarar 50 veces, mis papás dejaron de trabajar para acompañarme, tenía que dejar el colegio, cada vez tenía que revivirlo, con detalles específicos”, cuenta.
Después de pasar por declaraciones en Cámara Gesell y pericias, la joven sostiene que desde que fue a la última entrevista psicológica, su objetivo "es que no se repita y que haya consecuencias, todo ha recaído en mí que soy la víctima”.
Lo que dice la denuncia por abuso, en detalle
Según consta en el expediente que investiga la fiscal Mercedes Moya de la Fiscalía de Delitos contra la Integridad Sexual, el hecho se registró el 20 de abril de 2023 en el club Alemán cuando el primer equipo femenino estaba concentrando en las instalaciones de Guaymallén para jugar un torneo regional.
La denunciante jugaba en ese club desde los 8 años, capitaneando algunos equipos de distintas divisiones inferiores. En ese momento formaba parte de la quinta división y, por sus habilidades, fue convocada para la primera. Además, era entrenadora de las niñas de la novena.
Según la denuncia, la velada iniciática empezó cuando la capitana de la primera fue a buscar a las menores diciéndoles que todo estaba listo en el baño de la institución. Luego, las hizo formar fila en la puerta y pasar de a una. Después, otra jugadora les dijo a las niñas que se desnudaran, quedando sólo con bombachas o bien con las calzas.
Otra adulta les dijo que tenían 30 segundos para ponerse una suerte de "top creativo", que no era otra cosa que cubrirse los senos con papeles u hojas de árboles sujetadas con cinta Scotch. Las órdenes habrían sido dadas por al menos cuatro adultas –algunas profesionales, todas identificadas con sus nombres- y habrían sido 10 las que participaron del hecho.
En ese momento, una de las adolescentes le dijo a otra jugadora que hicieran lo que quisieran. "Pero no nos graben", suplicó, algo que finalmente habría ocurrido.
Luego, otras tres jugadoras se encargaron de vendarles los ojos con toallitas femeninas. Repentinamente, una chica, que tiene fobia a los peces, sintió olor a atún y comenzó a llorar. Después les ordenaron que se pusieran "en cuatro patas" y fueran hacia otra parte de los baños. Entonces, una mayor dijo: "Ponete en cuatro patas y mordé este hueso; sos un perro", mientras otras hacían comentarios de índole sexual en relación a la posición de las menores, aderezados con risas y comentarios humillantes.
Siempre según la denuncia, una de las jugadoras adultas comenzó a frotarles ají picante en los labios y la denunciante le dijo varias veces que no lo hiciera porque tenía una reacción alérgica. Pero la maniobra siguió, a pesar del llanto de la adolescente, mientras algunas le refregaban por el cuerpo una mezcla "asquerosa".
Así vivencia el momento hoy la denunciante: "Yo estaba muy incómoda con la situación. Me sentí vulnerable, humillada, y sentí tanto miedo de que reaccionaran mal si les decía que me quería ir, que no podía hablar".
Pero la particular "bienvenida" continuó. "A la cuenta de tres, griten gol, pero con mucha emoción", fue la consigna siguiente. Cuando las chicas lo hicieron, les habrían introducido salchichas en la boca. Una cayó al piso y otra se cerró la boca pero igual se les suministró su dieta de embutidos.
Mientras seguían siendo untadas por una sustancia viscosa, M. F. A. una de las presuntas agresoras, le introdujo a la denunciante una morcilla entre la calza y bombacha. "Yo moví la morcilla porque me daba asco que tocara mis genitales y ella me decía que no lo hiciera", dice la joven.
Luego vino la etapa de decoloración de pelos, que dejaron como saldo ardor y quemaduras, pero al menos se les permitió sacarse "las vendas". Pero antes, y tras llevarlas a las duchas, una jugadora "de Primera" le dio a probar a la joven una sustancia que ella cree que fue yogur rancio o con ajo. Luego le tiraron ese yogur en el cuerpo y una le arrojó un profiláctico diciéndole que esa sustancia blanca "venía de ahí".
Ya en ese momento, por la humedad, a la joven se le había desprendido el "top creativo" y estaba desnuda de la cintura hacia arriba, "pero a pesar de avisar, siguieron filmando". Por último, las dejaron bañarse.