En ciernes

Metafóricamente, este verbo puede referirse a un peligro que amenaza con manifestarse de modo inminente sobre una persona o sobre una cosa: “La catástrofe de este pandemia aún se cierne sobre nosotros”.

En ciernes
Imagen Ilustrativa / Foto: Archivo

Leemos y escuchamos, a veces, expresiones como “Un terrible peligro se cierne sobre la humanidad” y “Se ciernen sobre el valle la oscuridad y la sombra”; por otro lado, oímos que alguien “cierne la harina”. ¿Estamos hablando del mismo verbo? A esta pregunta, puede sumarse la locución “en ciernes”, que vemos en expresiones como “Es un negocio que está en ciernes”. Recurrimos, como siempre, a la fuente académica, que nos revela la existencia de dos verbos: “cernir” y “cerner”. El Diccionario integral del español de la Argentina solamente consigna “cernir” y nos da las siguientes acepciones: “Separar usando una criba o tamiz la parte más fina de una materia, de la más gruesa, especialmente la parte más fina de la harina de salvado”: “Para que el preparado quede mejor, cierna cuidadosamente la harina”. Luego, se indica que, desde un punto de vista formal, “cernir” puede equivaler a “distinguir por medio de un análisis una cosa de otra, estableciendo sus límites”, como en “cernir un concepto” o “cernir un objeto de estudio”. Este diccionario consigna también la forma “cernirse” que, referida a un ave o a un insecto volador, toma el valor de “mantenerse en el aire, moviendo las alas, sin moverse de lugar”: “En nuestro escudo universitario, la figura del cóndor se cierne sobre la montaña”.

Metafóricamente, este verbo puede referirse a un peligro que amenaza con manifestarse de modo inminente sobre una persona o sobre una cosa: “La catástrofe de esta pandemia aún se cierne sobre nosotros”.

Se consignan en relación con este verbo “cernido” y “cernidor”. El primero es un sustantivo que denota la separación de la parte más fina, de la más gruesa, a la que aludimos antes: “El operario realiza el cernido del material con sumo cuidado”. En tanto, el “cernidor” es el instrumento con que se realiza aquella separación: “Clasifican los cernidores de acuerdo con la precisión que se desee lograr”. El diccionario académico, en cambio, bajo la entrada “cernir” nos remite a “cerner”. De este verbo, nos dirá que proviene del latín “cernere” y que, en esa lengua, significaba “separar”. Conforme a esa etimología, la primera acepción que aparece es igual a la que, en la primera fuente consignada, se registraba como “separar con cedazo la harina o cualquier otra materia reducida a polvo, de suerte que lo más grueso quede sobre la tela, y lo sutil caiga al sitio destinado para recogerlo”. A continuación, figuran los sentidos derivados: “Atalayar, examinar, observar”: “Con un buen telescopio es posible cerner ese asteroide”. Si se habla de la vid, del trigo, del olivo y de otras plantas, “cerner” es referido a “dejar caer el polen de la flor”. Pero, también, hay otros sentidos de este verbo, cuando se usa como pronominal, “cernerse”: “Andar o menearse moviendo el cuerpo a uno y otro lado, como quien cierne”: “Rítmicamente, las mujeres iban cerniendo sus siluetas, con gran agilidad, mientras barrían el inmenso patio”.

Se nos advierte, en el Panhispánico y en relación con su conjugación, que “cerner” y “cernir” provienen de conjugaciones distintas. Pertenecen a “cerner” las formas del presente “cernemos” y “cernéis”; en el futuro, “cerneré” y demás; en el condicional, “cernería” y otras, y en el imperativo “cerné” y “cerned”. En “cernir”, se encuentran “cernís” y “cernimos” en el presente; “cerniré” y “cerniría”, con las personas correspondientes, en el futuro y en el condicional, y “cerní” y “cernid”, en el imperativo. Son erróneas las formas “*cirniera”, “*cirniese” o “*cirniendo”, pues la “e” de la raíz no se cambia en “i”.

Se encuentra también la locución “en ciernes”, con el valor de “en fase de elaboración o de formación, sin haber madurado”. Si se toma la expresión “estar en ciernes”, se quiere significar con ella que algo está en sus principios, que dista mucho de la perfección. Puede decirse también “en cierne”, aunque es preferible su uso en plural. Referido a la vid, al trigo y a otras plantas, significa “en flor”. Si decimos “estar en ciernes algo”, significaremos que está muy en sus principios. Un ejemplo como “Tengo una nueva novela en ciernes” nos indica que el valor de esta locución adverbial es “en el principio, al comienzo del desarrollo”, equivalente a los adjetivos “incipiente, novel, naciente, emergente”.

Emparentado en cuanto a su origen y, también, por su significado, resulta “discernir”. Su valor es doble: en primer lugar, equivale a “diferenciar: “Creo que ella no discierne claramente entre lo verdadero y lo falso”. Muchas veces, con esta acepción, se construye con la preposición “de”: “¿Sabrá discernir una pintura genuina de una copia?”; la otra acepción se relaciona con “percibir con claridad”: “Aún no había luz suficiente para discernir en qué sitio nos hallábamos”. También, “discernir” puede significar “distinguir por medio del intelecto una cosa de otra o varias cosas entre ellas”: “No alcanzaba a discernir cuándo simulaba y cuándo procedía con rectitud”.

El sustantivo que se relaciona con esta acción es “discernimiento”, definido como “juicio, razón, entendimiento para percibir y declarar la diferencia que existe entre varias cosas”: “Su inmadurez le impide tener capacidad de discernimiento en situaciones conflictivas”.

Vamos a terminar la nota con un verbo emparentado en su parte material con los anteriores: “concernir”. De él averiguamos que, si se refiere a una cosa, significa “afectar o interesar a alguien, o tener que ver con algo”. Lo vemos en “Ese asunto no me preocupa en absoluto porque no me concierne”. Se dan como equivalentes “atañer, afectar, interesar”; es defectivo puesto que no se conjuga en todos los tiempos, sino que solamente aparece en infinitivo, en gerundio, en participio y en las terceras personas, tanto del singular como del plural; lo vemos en ejemplos como “Esas disposiciones les conciernen a los extranjeros”. “Se escucharon los alegatos de las partes concernidas”. Es interesante ver el uso de “concerniente”, vestigio del participio presente latino, con el valor de “que concierne”: “El abogado me asesoró muy bien en todo lo concerniente al trámite sucesorio”.

*La autora es Profesora Consulta de la UNCuyo.

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