Cierta vez, el trovador Gabo Ferro nos contó lo que sintió en una iglesia de la comunidad negra de Carolina del Norte. Los feligreses sentían que Dios aparecía en su voz. Allí, el argentino aprendió a perder la conciencia en la interpretación, el trance del gospel.
Esa conexión espiritual está en la vida de la cantante mendocina Miriam Torres Cavilliotti desde que tiene memoria. Nació en Rivadavia, rodeada de la fe evangélica que su familia ha abrazado desde la bisabuela Simona.
“En mi casa no se escuchaba música secular, así que cuando mis compañeros me empezaron a decir ‘jazzera’, ‘blusera’, yo no sabía bien a qué se referían. Había cantado spirituals toda mi vida. Desde los 11 era la solista de la iglesia”, relata Miriam.
Desde niña, pues, canta los himnos de las comunidades negras en las tierras del Este mendocino. El sonido que atravesaba a los esclavos cuando soportaban su yugo a fuerza de alabanzas.
La entrega musical hacia un nuevo dios que había reemplazado, no en la música pero sí en la forma, a sus creencias africanas.
“El gospel es una fusión artística del espíritu y el pensamiento que expresa situaciones del alma. Nació en las voces de los esclavos en Norteamérica. Pero lo clave es que no es un llanto, no habla de tristezas, broncas o dolores, sino que es un canto cargado de esperanzas”, explica la cantante que, tras estudiar la carrera de canto en la UNCuyo, dirigió sus estudios al género que ya traía consigo y que fluía por su garganta de manera natural.
Todo, gracias a la bisabuela Simona.
- ¿Te considerás afrodescendiente?
- Podríamos resumir la historia de mi familia así. Mi bisabuela nació en un viaje en el que su madre era transportada como esclava mulata desde el norte del país. Las raíces afro, como saben, se tapaban entonces. Simona se instaló en Rivadavia. Un día, escuchó en las calles un canto que le cambió la vida.
Miriam cuenta la saga generacional con especial encanto. ¿Qué canto llegó a los oídos de Simona desde la intemperie? Hace un paréntesis para detallar el origen: "En ese tiempo, la fe evangélica no era aceptada socialmente, de modo que los misioneros no encontraban sitios que les abrieran las puertas. Un grupo llegado de Chile, encabezado por el Pastor Elías, se puso a cantar en las calles de Rivadavia esperando que algún alma recibiera su mensaje.
“Simona dejó lo que estaba haciendo y se acercó a escucharlos. Cantaban el famoso himno que dice ‘Si de enfermo te sientes morir, Él será tu doctor celestial...’”. Miriam canta como si hubiera estado en ese preciso momento en que su bisabuela se encontró con los evangelios. “Y luego nació mi abuelo, a quien en Rivadavia llamaban el pastor negro”.
Miriam es parte de la cuarta generación de creyentes y cantantes de spirituals de esa pequeña comunidad donde confluye lo afro, lo indígena, lo italiano. Hasta los 18 años, no escuchó otra cosa que himnos, aprendidos en la casa o en la escuela dominical, que interpretaba casi siempre en español. Muchos -supo después- habían sido compuestos siglos antes, como “Amazing grace”, escrito por el clérigo y poeta inglés John Newton.
¿Jazzera yo?
Sonríe cuando se acuerda lo mucho que la desorientaba el hecho de que algunos compañeros de la carrera de canto la relacionaran con el jazz.
“Tenía la voz, pero nunca había cantado jazz ni conocía la técnica. Me estaba formando como cantante lírica”. Un día la curiosidad fue más fuerte y, con sus pocos ahorros, se compró dos discos de dos mujeres que le habían apuntado: Sarah Vaughan y Ella Fitzgerald. “De inmediato, quise saber todo sobre ellas”. Se identificó con Vaughan, quien había sido, antes de convertirse en Sassy, la organista de su iglesia.
En la facultad, Miriam acudió a Fenicia Cangemi como mentora. “Pepita un día me invitó a escuchar discos de Martina Arroyo. Me decía que yo era muy parecida, física y vocalmente. Y que alguna vez iba a hacer conciertos como los que estábamos oyendo”.
Interesante parecido estableció Pepita. Así, Miriam descubrió a una ascendente en Martina, una de las primeras afroamericanas que conquistó los escenarios internacionales de ópera.
“La gente dice que sos jazzera”, insistían los compañeros. Al salir de la universidad, ya profesora, contactó a Laura Shelton, una cantante misionera con quien se nutrió de otros géneros de la música negra. Eso es -y sigue siendo- su territorio de pasión y estudio.
Las fusiones de la gloria
El The Gospel Festival propone un viaje desde spirituals hasta el gospel de hoy.
- ¿Qué incluye esa travesía?
- Hay una primera parte en la que las voces de varones dan una nota muy particular al spiritual. Por eso hemos invitado a la coral Víctor Volpe que nos pasea por los colores tímbricos de la voz masculina. Luego hacemos un recorrido por himnos y llegamos a un gospel contemporáneo.
- ¿Qué lo contemporiza?
- Se va adentrando en las otras culturas. Así, por ejemplo, podés escuchar un tema bien New Orleans, bien marcha como la que relacionamos al funeral de Armstrong y luego escuchar un gospel con aires de bolero. Hay, incluso, gospel heavy. Y hasta tango. Al festival hemos invitado también a Fabián Umana, el cantante de La Barca, una banda de rock cristiano.
Eso es lo que caracteriza a la agrupación que Miriam dirige (GHAD, Gospel Himnos Adoración): “Hacemos gospel latino”. A sus conciertos van familias de la congregación pero también van melómanos y, sobre todo, disfrutantes del género.
Y no, no usan túnica. "Yo no me disfrazo de norteamericana", aclara.
Sobre GHAD
En 2015 debutó GHAD oficialmente en el Auditorio Ángel Bustelo. El mismo año grabó su primer demo, con 5 títulos clásicos del repertorio Gospel.
Desde entonces ha participado en numerosos eventos y espectáculos en la provincia. La agrupación, compuesta por 18 músicos, realizó una grabación en estudio de 12 himnos y cantos antiguos seleccionados. Actualmente se puede escuchar en la plataforma digital Spotify.
Este año, lanza el disco “Haz lo que quieras”, que se podrá conseguir en The Gospel Festival.
La dirección del grupo está a cargo de Miriam Torres Cavilliotti, cantante multifacética en estilos, soprano dramática en registro. Cantante Lírica de formación, reconocida intérprete de jazz tradicional (fue cantante de la legendaria West Jazz Band) ha colaborado con varias bandas de rock local.
La Ficha: The Gospel Festival
Dirige: Miriam Torres Cavilliotti. Co-dirige: Flavio Vázquez.
Artistas Invitados: Víctor Volpe (Coral) y Fabián Umana (Cantante de La Barca).
Día y hora: hoy, a las 21.
Lugar: Auditorio Ángel Bustelo (Virgen del Carmen de Cuyo 610.)
Entradas
General: $300
Menores de 13 años: $150
Grupal (comprando dos o más entradas): $250
Online en www.eventbrite.com.ar
O se pueden adquirir en: Librería Cristiana Jerusalén (Av. Godoy Cruz 260), Dios Eterno (San Juan 690, Ciudad) y Mendoza Music (Buenos Aires 292).