El miedo a una crisis en la economía mundial se incrementó en las últimas semanas tras los aranceles impuestos por el gobierno de Donald Trump a la mayoría de los socios comerciales de Estados Unidos, provocando el derrumbe de los mercados.
Este fenómeno es bastante común en tiempos de recesión en los mercados, donde los consumidores compran activos que tengan menos impacto en su billetera.
El miedo a una crisis en la economía mundial se incrementó en las últimas semanas tras los aranceles impuestos por el gobierno de Donald Trump a la mayoría de los socios comerciales de Estados Unidos, provocando el derrumbe de los mercados.
Ese temor a una recesión mundial podría atentar contra las inversiones de las empresas y el consumo de los hogares, mucho más cuidadosos a la hora de hacer gastos cuando se ven los nubarrones en el horizonte económico.
De todos modos, hay algunos productos que suelen aumentar sus ventas incluso en época de recesión y algunos de ellos no son de primera necesidad.
En la economía se lo conoce como efecto pintalabios, una teoría que indica que en tiempos de crisis, los consumidores dejan de adquirir productos de lujo, pero siguen dándose pequeños caprichos y compran productos que no suponen grandes gastos, como es el caso del pintalabios.
En otras palabras, los consumidores dejan de comprar autos caros o joyas, pero compensan ese “ahorro” adquiriendo más pintalabios o productos estéticos como perfumes.
"En economía existen los bienes inferiores, que son aquellos cuya demanda aumenta cuando baja la renta de las personas porque sustituyen a bienes más caros a los que ya no pueden hacer frente. En el caso de los cosméticos parece que vienen a sustituir a otros caprichos que algunas personas ya no pueden consumir debido a una crisis económica", explicó Leticia Poole, profesora de Economía y Empresa en la Universidad Europea de Valencia.
El llamado "efecto pintalabios" tiene sus raíces en la Segunda Guerra Mundial. En aquel entonces, Winston Churchill decidió que el lápiz labial debía considerarse un artículo de primera necesidad en una Gran Bretaña que intentaba mantener la moral mientras las bombas alemanas caían del cielo.
Churchill creía que ver a las mujeres con los labios rojos tenía un impacto positivo en el ánimo nacional, por lo que el uso del pintalabios se convirtió en un asunto de Estado. Pintarse los labios pasó a simbolizar patriotismo, y los medios de comunicación impulsaron campañas para promover su uso. Una de las más conocidas apareció en Vogue en 1941, con el lema: "Beauty is your duty" (La belleza es tu deber).
Ahora bien, ¿existe una relación directa entre la venta de pintalabios y el comportamiento de la economía? Según estudios como el de la consultora Kline & Company, no se puede afirmar una correlación clara, ya que ha habido épocas de crisis en las que las ventas también bajaron, y momentos de bonanza en los que crecieron.
Aun así, hay ejemplos históricos que apuntan a que el fenómeno sí se ha dado en ciertos momentos. Por su parte, la analista Karen Grant ha estudiado el comportamiento del sector de la belleza en general, y concluye que este suele mostrar una notable resistencia durante las recesiones económicas.
Más allá del contexto bélico de los años 40, también se observó un aumento en la venta de pintalabios durante la Gran Depresión posterior al crack de 1929. Sin embargo, el término "efecto pintalabios" fue acuñado por Leonard Lauder, presidente de la firma cosmética Estée Lauder, quien destacó que durante la recesión de 2001 las ventas de labiales en Estados Unidos crecieron un 11%.