Está feliz. Mia Gamietea observa con la mirada perdida en el horizonte: “La inclusión e igualdad es lo principal, no solamente en el tema trans, no hay que excluir a nadie”, apunta antes de un diálogo fructífero e interesante.
La joven deportista vino a Mendoza para dirigir en el torneo Copa Igualdad, que todas las temporadas organiza la Fundación Estilo de Vida (FEV), que lucha por la inclusión de todos en el deporte del stick y la bocha.
Mia es auxiliar en enfermería y taxista. En sus ratos libres, su vida se resume en una palabra: hockey. Gracias a este deporte logró posicionarse como la única árbitra transexual del país. Es tan ‘fana’ de este deporte que fundó su propio club: Unión.
“Estoy tan contenta de haber podido dirigir y jugar en este torneo que busca la igualdad, que el hockey llegue a todos y que, por más que no tengas dinero, lo puedas practicar igual”, dice Mia Valentina Gamietea, puntana por adopción pero bonaerense de nacimiento, y quien hoy tiene 30 años.
“Llegué al hockey después de haber hecho varias disciplinas como fútbol, pero no veía ni cuadrada la pelota. Desde los 14 a los 16 jugué al vóleibol en Aseba, pero en unas vacaciones vi a unas chicas jugar hockey y me gustó (...) Comencé en el club Chancay entrenando con mis compañeras. Hacíamos amistosos con otros clubes, hasta ahí jamás tuve un problema”.
En la vida deportiva de Mia no hubo inconvenientes hasta que en 2013 recibió su nuevo DNI con nombre femenino, su nueva identidad, la verdadera, la que sentía desde que tuvo uso de razón. “Cuando quise federarme me dijeron que hay una ventaja física entre el hombre y la mujer y que no se puede”.
“Entiendo -sigue- que todo se desarrolla a través del entrenamiento. Si usted juega un partido con Vanesa Williams tendría que ganarlo usted, por ser hombre, pero eso no es así, porque ella le ganará, porque todo esto pasa por un desarrollo físico; ella se entrenó para eso y usted, no”.
Después agregó: “No puedo jugar a nivel federativo en San Luis porque la Confederación Argentina no lo permite. En San Luis me dijeron que si jugaba, los equipos se bajarían de la competencia. Pero el COI permite que existan chicas trans. Hablando con otras hockistas de San Luis ellas no tienen impedimento de que yo juegue. He jugado con varones y no llego al nivel de ellos; tengo la fuerza de mujer pero entrenada”.
Y añadió: “Este año salió un dictamen de Inadi por una denuncia que hice y gracias a esto salió un recurso de amparo a mi favor. Soy la primera chica trans que tiene un dictamen firme de Inadi y que dice que sufro discriminación. La idea es que esto cambie a nivel nacional. Por más que el COI tenga parámetros, estamos en Argentina y la ley hay que respetarla, por eso tenemos un grupo de jugadoras trans que hemos ido hasta el Congreso de la Nación para contar nuestros casos”.
Sobre como llegó al referato, Mia contó: “El año pasado empecé a arbitrar, hice un curso y me metí, porque veía que faltaba capacitación en esta área y además me sirve para enseñar a las chicas. Y explicarles que se cobra; soy muy explicativa cuando dirijo y así ellas también aprenden. Es por amor al hockey que empecé a arbitrar”.
“En la actualidad -indicó- solo entreno; formé un equipo que representará a San Luis en el Nacional de hockey social e iremos con chicas no federadas y trans. El hockey para mí es todo y la verdad me gustaría hacer mi vida con esta disciplina, como árbitra y como entrenadora. Además he conocido a mucha gente que no tiene inconvenientes y eso es lo más lindo, porque eso te suma como persona”.
-¿Cómo llegaste a jugar los torneos de la Liga Municipal de Godoy Cruz?
-El año pasado me contacté por Facebook con Sonia Ruocco. Le pregunté si podía competir en su torneo porque soy una chica trans. ‘¿Cómo no vas a poder jugar?’, me contestó. Desde ese momento la amé”.