México, en crisis por la distribución de combustibles

La medida presidencial de cerrar los oleoductos para evitar robos afecta a varios estados del país.

México, en crisis por la distribución de combustibles
México, en crisis por la distribución de combustibles

Las filas de automóviles formados frente a las estaciones del servicio del oeste de México continuaron ayer por cuarto día consecutivo, mientras el gobierno seguía restringiendo el suministro a través de sus oleoductos con el fin de combatir la perforación de grifos ilegales de combustible.

El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador optó por distribuir el combustible en camiones cisternas en algunos estados occidentales y centrales, pero no hay suficientes camiones y los oleoductos están plagados de grifos ilegales perforados por los ladrones de combustible.

El mandatario dijo ayer que las bandas de ladrones de combustible se han vuelto tan audaces  que han estado robando gasolina y gasoil directamente de las plantas.

López Obrador declaró que los soldados enviados para vigilar depósitos y refinerías encontraron una manguera de tres kilómetros de largo que iba de una refinería a un tanque en el exterior.

Las autoridades informaron el lunes que abandonaron los intentos de reabrir un oleoducto clave después de que se descubriera que la tubería tenía fugas de combustible en numerosos puntos de las tomas ilegales.

El gobernador del gobierno occidental de Jalisco, Enrique Alfaro, dijo que las autoridades de la estatal Petróleos Mexicanos intentaron brevemente retomar la distribución por oleoductos a una refinería en el estado vecino de Guanajuato, pero "el daño del poliducto es de tal magnitud que sería imposible reabrirlo".

La paciencia está agotándose en algunas ciudades donde la gasolina llega solo en camiones cisterna y muchas gasolineras han tenido que cerrar.

También hay personas formadas con contenedores en la mano para comprar cantidades pequeñas de combustible y algunas gasolineras limitaron la venta a entre 10 y 20 litros o menos.

Las largas filas comezaron a fomentar la reventa de gasolina , algo que podría alentar ahora otro tipo de comercio ilegal de combustible, lo que López Obrador intenta combatir.

López Obrador dijo que el robo de hidrocarburos representa pérdidas valoradas en 3.000 millones de dólares al año y que la organización es tan compleja que se ha establecido una red de distribución alternativa, clandestina e ilegal con sus propios depósitos.

El mandatario afirmó el lunes que algunas bandas de hecho edificaron bodegas sobre los terrenos de los oleoductos para perforar grifos ilegales en ellos. Cerca de los grandes proyectos de construcción, las bandas pueden montar puntos de venta para distribuir el gasoil robado. 

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