Cannes, por estas fechas, parece una "babel" contemporánea. No sólo el francés, se oye en los pasillos, en las calles, en las playas, especialmente en la zona cero de las alfombras en las que se celebra el 71° Festival Internacional de Cine. También se oye, por estas horas, un español con color especial, de "ll" suavizadas y de frases finales terminadas con atropello. Es el acento mendocino, que inundó también una de las pantallas de la muestra "Une certain regard" con la presentación de "Muere, monstruo, muere", la película del director local Alejandro Fadel, que se presentó ayer.
La cinta no pasó desapercibida. Luego de las fotos de rigor en la alfombra roja, en donde Fadel y los actores mendocinos Tania Casciani, Romina Iniesta y Víctor López se divirtieron haciendo gestos, cuernitos y riéndose distendidos, luego, la película mostró todo el poder perturbador del que ya hace gala Fadel con sus relatos.
La cinta recibió el estreno internacional en esta competencia: un dato que, por sí mismo, ya es motivo de orgullo. “Muere, monstruo, muere” comienza con una imagen perturbadora de una mujer con un corte profundo en el cuello, que intenta componerse sin éxito.
Hace unos días, en una entrevista para Los Andes, Fadel había descripto su película sencillamente como "de terror" y había resumido la trama al decir: "La ficción está ambientada en un Valle de Uco inventado, una zona rural de alta montaña donde un grupo de policías intentan, sin demasiado éxito ni voluntad, resolver una serie de crímenes contra mujeres que aparecen brutalmente decapitadas".
Cabe recordar que esta nueva película del director mendocino (antes, guionista de películas de Pablo Trapero y director de “Los salvajes”) no está en competencia, sino que forma parte de una reputada exposición de nuevo cine en este celebérrimo festival de cine francés.