El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, y otros líderes musulmanes condenaron enérgicamente los ataques a dos mezquitas en Nueva Zelanda y los atribuyeron a una creciente islamofobia mundial, mientras que Francia y el Reino Unido reforzaron rápidamente la seguridad en sus mezquitas y otros lugares de culto.
Erdogan pidió a la comunidad internacional que actúe contra la "peligrosa tendencia" en la que se están convirtiendo los ataques a musulmanes en las sociedades occidentales por xenófobos e islamófobos de extrema derecha, a quienes comparó con un "cáncer" que se extiende.
"Pedimos al mundo entero y a los países occidentales en particular que tomen medidas urgentes contra esta tendencia peligrosa", abundó.
"La islamofobia actual es generada tras los atentados del 11 de septiembre de 2001. Es la culpa de esos ataques. Están acusando a 1.300 millones de musulmanes de cualquier acto de terrorismo", sostuvo el primer ministro paquistaní, Imran Khan.
El gobierno de Arabia Saudita también repudió los ataques "en los términos más enérgicos" al expresar en un comunicado que "el terrorismo no tiene ni religión ni hogar".
En Europa, la canciller alemana, Angela Merkel, describió la matanza en la ciudad neozelandesa de Christchurch como un acto de "odio racista". "Debemos permanecer unidos ante semejantes actos de terrorismo. Esa gente estaba rezando en paz en su mezquita", lamentó.
El presidente de EE.UU. se solidarizó con las víctimas."Mis más sinceras condolencias y mis mejores deseos para la gente de Nueva Zelanda tras la horrible masacre en las mezquitas", señaló
Seguridad extra
En el Reino Unido, la policía informó que desplegó personal adicional para proteger las mezquitas del país. Las fuerzas del orden también mantendrán contactos con comunidades de distintas religiones para aconsejarles sobre la mejor manera de reforzar la seguridad de sus templos, señaló la policía británica en un comunicado.
La primera ministra británica, Theresa May, expresó la solidaridad del Reino Unido con el pueblo neozelandés tras lo que definió como "espeluznante" lo ocurrido.
La reina Isabel II de Inglaterra, jefa de Estado de Nueva Zelanda, dijo sentirse "profundamente entristecida" por el atentado y envió sus condolencias y la de su marido, el príncipe Felipe, a todos los neozelandeses.
"El príncipe Felipe y yo enviamos nuestras condolencias a las familias y amigos de todos aquellos que han perdido la vida", señaló Isabel II, jefa de Estado de Nueva Zelanda. El presidente francés, Emmanuel Macron, denunció los "crímenes odiosos contra las mezquitas de Christchurch" e insistió en que "Francia se alza contra toda forma de extremismo y actúa con sus socios contra el terrorismo en el mundo".
El ministro del Interior francés, Christophe Castaner, anunció que ha ordenado un refuerzo de la vigilancia de los centros religiosos y encargado a la policía "la mayor vigilancia y refuerzo de los lugares de culto".