Tal vez por la pandemia, pero mucho más por las condiciones económicas, la calidad, organización y el orden de sus competencias, muchos hockistas de Mendoza decidieron vivir una nueva experiencia en el Viejo Continente. En total es una decena de hockistas que en esta nueva temporada europea han elegido a Bélgica como país para seguir sus carreras deportivas.
Y precisamente en este país, el hockey césped fue siempre un deporte más que interesante, pero desde que su Selección masculina alcanza la final olímpica en Río 2016 y que un par de años después se coronara campeona del mundo, la disciplina del stick es en la actualidad la segunda más practicada después del fútbol.
Este año competirán en los diferentes torneos belgas: Antonella Bruni (Royal Victory), Ana Bertarini (Royal Daring), Rodrigo Arata y Germán Albornoz (Hassel Stix); Priscila Jardel (Royal Daring). En Saint Georges estarán: Ana Belda, Pablo Giménez, Valentina Mícoli, Federica Roby, y en Royal Uccle, Juan Consolli.
Pionero. El primer jugador mendocino en la historia en jugar en Bélgica fue Pascal Lienaux, que comenzó una seguidilla de viajes de diferentes hockistas locales a ese país, producto de un convenio entre Vistalba HC y el Club La Louviere (2003). Así marcharon durante años: Cristian González, Ana Méndez, Gabriela Koltes, Flor Tetilla, Lucas Ghilardi, Maxi Díaz, Gianfranco Lucchini y Alejandro Savina, entre otros. “En la actualidad seguimos con un convenio y una relación estrecha con el Royal Pingouin. Pero no hemos enviado a nadie por un tema económico y por el Covid-19. En 2005 Vistalba trajo una cancha sintética que donó La Louviere”.
Y no fue lo único. Jugadores belgas vistieron también la camiseta de Vistalba como Maxine Bertrand, quien en tierras mendocinas pulió su técnica y juego que lo catapultaron desde su Royal Pingouin natal al Waterloo Ducks, con el que conquistó la última Copa de la Euro Hockey League, primera para un club belga. Anotó un gol en la final ante el germano Rot Weiss de Köln y la definición terminó 4-0 a favor de los belgas. Hoy dirige el Royal Uccle.
Casi un europeo más. Rodrigo Arata hace diez años que está en Europa y llegó a Bélgica en 2015, después de jugar para el Rovigo y HC Suelli de Italia, Haatem (Holanda) y Basilea (Suiza). “Vivo lejos de las grandes ciudades donde hay mucho hockey como Amberes, Bruselas o Brujas. Mi esposa es belga y por eso me vine. En un principio estuve en un club de Amberes, pero después se formó un club en mi localidad y en la actualidad estoy a cargo de los fichajes y juego en Primera. Fichamos a Germán Albornoz, quien viene de Italia, pero nació hockísticamente en Murialdo y en la temporada anterior estuvo Diego Leotta de Vistalba”.
Arata señaló que hoy es un boom jugar en Bélgica. “Es como una moda, como fue Italia o España en su momento. Bélgica tiene mucho potencial. Todos los días se fundan clubes nuevos. Hay cuatro categorías y se formará otra para la próxima temporada. Además, en liga, los sueldos son considerablemente más altos y parten de 1.800 euros, casa con servicios pagados y auto”. “Eso sí, en Bélgica aprendieron porque en un momento hubo jugadores que exageraban en sus curriculums y por eso ahora sólo piden hokistas de selecciones”.
Experiencia femenina. Ana Belda es una jugadora ícono del Club Alemán, que jugó las últimas temporadas en el Iris Hockey Lambersart francés y que llegó al país galo en el 2015, cuando fichó para el Douai. “Este año decidí cambiar e ir a jugar a Bélgica por una cuestión de ritmo de vida. Voy a jugar en el Saint Georges de Courtrai, pero seguiré viviendo en Lille. Es un proyecto deportivo que se complementa más con la vida laboral. El ritmo de trabajo tiene horarios cambiantes y tengo aparte 110 km por día para ir a trabajar, así que terminaba las semanas muy cansada”.
Acerca de las diferencias entre el hockey galo y el belga, Belda apuntó: “La diferencia de estructura se explica porque en el hockey belga los clubes son privados y en Francia dependen de las municipalidades, por lo que hay menos presupuesto. Bélgica, siendo subcampeón olímpico y campeón del mundo, atrae a más gente a jugar”.
En cuanto a sus objetivos, Anita confió que será ascender de categoría con Saint Georges, que es club donde también militarán: Pablo Jinetes, Valentina Mícoli y Federica Roby. “Estamos contentos y expectantes. Es un club muy lindo y es nuestra primera experiencia en Europa”, dijeron casi al unísono, Pablo y Valentina.