Nacido en la húmeda ciudad de Rosario, Manuel Brunet fue uno de Los Leones que llevó al hockey sobre césped nacional masculino a su capítulo más glorioso: la medalla dorada en los Juegos Olímpicos de Río 2016. No fue hace una década, ni siquiera hace cinco años, pero la vorágine de la vida esfuma los recuerdos más frescos.
Brunet lleva diez años en Europa, donde jugó en la liga de España y actualmente es parte del Royal Leópold Club, el equipo más ganador de la liga de Bélgica, el país que se consagró campeón en el reciente Mundial disputado en India, la tierra originaria de este deporte.
Más allá de la interminable competencia y compromisos, Manu descansó unos días en Mendoza. El aire fresco de las montañas sirvieron para renovar energías de cara a un semestre muy exigente en el campeonato belga y en la Euro Hockey League, que reúne a los mejores equipos del Viejo Continente.
"Fue un año muy bueno. El primer semestre culminó con la clasificación a la Euroliga, que era el objetivo del año. La segunda parte también comenzó muy bien, ya que con nuestro equipo estamos en la tercera posición de nuestro grupo en la liga belga. La meta es estar entre los cuatro primeros para clasificar a los play-off. En tanto, en la Euro Hockey League vamos a competir en las instancias finales, en abril", señaló Brunet a Los Andes.
Su alejamiento de la selección y el presente del hockey nacional
El 2018 no fue muy fructífero para Los Leones. El cuarto puesto en el Champions Trophy disputado en abril no era el objetivo deseado. En tanto, la temprana eliminación en los cuartos de final del Mundial sembró muchas dudas.
Brunet, a finales de 2017, decidió alejarse del combinado nacional por diferencias con el entrenador de ese momento: Carlos "Chapa" Retegui (presente técnico de Las Leonas, nuevamente). Luego, a pesar de que Germán Orozco es el entrenador actual de la selección masculina, eligió dejar de formar parte por discernir con algunos jugadores. "No es el momento de volver al seleccionado", admitió.
Todo camino tiene un inicio. El trayecto de la camada que obtuvo la presea dorada en Brasil comenzó en 2005, con el primer puesto en la Copa Mundial Junior, disputada en Rotterdam, Holanda. "Desde ese título hasta la actualidad, en el seleccionado cambiaron mucho las cosas. Hubo mucho más apoyo y gracias a eso, además de tener a los principales jugadores en un gran nivel en Europa, se llegó a la medalla dorada en Río", destacó Manuel.
Manu Brunet también fue parte del equipo que llegó al podio en el Mundial de La Haya 2014 y fue campeón en los Juegos Panamericanos Guadalajara 2011 y Toronto 2015.
El éxito deportivo debería ser un gran impulso para mejorar y crecer. Sin embargo, sobre todo desde el aspecto estructural, lo logrado por Los Leones pareció en vano: "Yo no veo grandes cambios. De hecho, creo que la dirigencia trabaja mal. Con la cantidad de material que hay, nos debería ir mejor. Por querer ganar a cualquier costo se pierde mucho el foco. Tendríamos que copiar otros ejemplos, como Bélgica. Llevan más de 10 o 15 años en un proyecto sólido".
Con respecto a las distancias con Bélgica, Brunet añadió: "Las principales diferencias son estructurales (planificación, trabajo en conjunto, infraestructura). Ahora estoy trabajando con la federación belga, en el seleccionado sub 16 y se sigue la misma línea porque se busca que los chicos trabajen pensando a futuro, cuando lleguen a la selección mayor".
Bélgica es una de las selecciones más destacadas del hockey, aunque recién el año pasado pudo obtener, finalmente, su primer título mundial. Antes, sólo había conseguido la medalla plateada tras caer en la final olímpica de 2016, justamente contra Argentina. La apuesta por una idea firme y a largo plazo, tal como puntalizó Brunet, dio sus frutos.
La vida en familia y lejos de sus afectos
Manuel está casado con Ana Bertarini, quien es mendocina y ex integrante de la selección italiana. Ambos son padres de los pequeños Lucas y Franco, quienes ya palpitan el deporte a muy temprana edad: "Han salido bastante fanáticos. Lucas es el mayor y desde que era chiquito ya le pegaba a la bocha. Además, le gusta mucho el tenis, el fútbol y el básquet. Cada vez que puede hacer algún deporte lo hace con mucho gusto. La vida en el club es lo más saludable para los chicos. Así crecimos nosotros y trataremos de que ellos experimenten lo mismo".
"Tengo la suerte de volver al país cada tres meses. Cuando no estoy, lo que más extraño es Rosario, mis viejos, hermanas, amigos y gente con la que viví mucho tiempo. El plan es volver cuando se nos termine el contrato, pero veremos", añadió.
Nuestra provincia, el destino elegido
"Mendoza me gusta. De chico me tocó jugar muchos torneos acá, como el Vendimia, que se hacía el mes de febrero y jugábamos contra casi todos los equipos. Además, cuando jugaba para Rosario, Mendoza era una de los seleccionados más fuertes", recordó.
Luego de que conoció a Ana, sus visitas a nuestra tierra son mucho más frecuentes, sobre todo para disfrutar de la naturaleza: "Tiene mucho paisaje y es ideal para mí porque me gusta la vida al aire libre. El año pasado estuve en la Laguna del Diamante y este en Los Horcones. Ojalá pueda subir a un cerro alguna vez".
“Brunet 24”, un campus con enfoque
Además de desplegar su talento en el campo de juego, Manuel inauguró un proyecto llamado "Brunet 24" junto a su esposa, Emiliano Avaca (jugador del club Universitario y entrenador de los seleccionados de Rosario) e Iñaki Álvarez (jugó en Bélgica y en España).
Bajo el lema "Haciendo lo imposible", el objetivo es realizar clínicas, brindar capacitaciones y entrenamientos específicos para clubes y directores técnicos. "Con Emiliano estaremos una semana en México brindando una capacitación para entrenadores y jugadores", concluyó.
