El presidente Mauricio Macri advirtió ayer que la "tormenta" financiera aún está sobre la Argentina y llamó a un acuerdo político, incluyendo a empresarios y sindicalistas, para asegurar la reducción del déficit fiscal que causa fragilidad a la economía del país.
Fue en Tucumán, donde el jefe de Estado encabezó el acto de conmemoración de los 202 años de la independencia de la Argentina. Expresó un mensaje conciliador y reflexionó que la situación actual también responde a "errores propios".
“Quiero convocar a todos los gobernadores a colaborar desde su lugar para que tengamos un presupuesto 2019 ordenado. Así vamos a poder ir terminando con el déficit fiscal, para vivir con los recursos que tenemos”, dijo el Presidente.
El armado para dar la batalla por el Presupuesto 2019 arrancará hoy bien temprano, con dos reuniones en la Casa Rosada, según confirmaron fuentes gubernamentales a este diario.
En el primero de los encuentros, Macri se reunirá con todo su gabinete, las autoridades del Senado y Diputados. Y sumará a la mesa a legisladores del radicalismo, como demostración de fortaleza de la Coalición de Gobierno.
Allí estará sentado por ejemplo el cordobés Mario Negri, jefe del interbloque Cambiemos en la Cámara baja. Los radicales están que arden por las chicanas de la jefa de la coalición cívica y pata clave de la coalición Elisa Carrió.
En una reunión posterior, la cúpula del Gobierno se verá las caras con los gobernadores de Jujuy, Gerardo Morales; de Corrientes, Gustavo Valdés; y de Mendoza, Alfredo Cornejo, quien también preside la UCR.
A ellos, a los mandatarios peronistas y también a sus principales socios políticos, María Eugenia Vidal y Horacio Rodríguez Larreta, les habló Macri ayer. Abiertamente, les solicitó "dejar atrás los enfrentamientos".
Al Presidente parece desesperarlo la posibilidad de no tener presupuesto aprobado por el Congreso para 2019. Sería, entienden en la Rosada, un mensaje de debilidad cuando el mercado financiero está ávido de señalas de fortaleza y seguridad sobre lo que viene.
En ese contexto, Macri celebró ayer los “avances” del Congreso con la “Ley Justina” o la integración de los barrios populares. “Son cosas que pasan cuando dialogamos. Este no es el momento de oportunismos ni demagogias. No es momento de ser egoístas”, enfatizó.
Empresarios y sindicalistas
Sin realizar una convocatoria formal a un gran acuerdo político, Macri nombró también en su arenga a los empresarios y sindicalistas. Los invitó a "reflexionar" o, en otras palabras, a ceder cada uno un poco para sortear la crisis.
Dijo el Presidente que los sindicalistas y los movimientos sociales "saben del esfuerzo" que hizo y "seguirá haciendo" la Argentina para que el "camino de transformación" tenga "los menores costos para todos".
Y aclaró que "es necesario que muestren un mayor aporte" los empresarios argentinos, después de que el mundo haya dado su respaldo al plan Cambiemos. "Sepan que ya no hay un Estado que aplasta ni pone trabas, y que no cambia las reglas de juego ni aún en las tormentas porque es fundamental que haya previsibilidad", les dijo Macri.
“Es hora de retomar la marcha. No nos quedemos a medio camino. No bajemos lo brazos. El país que queremos no es una abstracción, no hay espectadores, todos somos protagonistas”, afirmó el jefe de Estado.
La tormenta
Si bien el 16 de mayo pasado el jefe de Estado había dado por terminada la crisis cambiaria, ayer el mandatario admitió que la Argentina “está pasando una tormenta fruto de muchas circunstancias”.
Y mencionó entre esas causas errores de su propia gestión, tensiones de los mercados externos y de las políticas de administraciones anteriores. Pero aclaró que él sabe a dónde lleva su Gobierno a la Argentina.
“Comparto las angustias del momentos. Pero el rumbo del barco está claro, sigue siendo el mismo. Reparar los daños de una tormenta no puede ser la razón de ser de un gobierno. Nosotros estamos acá para construir. Tenemos convicciones y certezas muy firmes”, dijo Macri.