El 2018 parecía destinado a romper el maleficio. Tras caídas en 2012, 2014 y 2016, 2010 fue el último año par en el que la economía argentina creció. A partir de ahí, un serrucho con expansiones en los años electorales y caídas en los pares.
Sin embargo, como dijo el presidente Macri, pasaron cosas. Según su óptica, externas: se redujo el financiamiento para las economías emergentes y la sequía perjudicó a la entrada de divisas. De esta forma, 2018 no fue la excepción y el producto se volvió a contraer.
El peso se devaluó de forma abrupta: empezó el año en $ 18,73 contra el dólar y llegó a tocar $ 41,86. La inflación se volvió a disparar -se espera que sea la más alta en un cuarto de siglo, superior al 45%- y la actividad se contrajo -los últimos cinco meses se registraron bajas interanuales-, lo que generó el peor escenario para el Gobierno: volvió a crecer la pobreza. El 27,3% que registró el Indec en el primer semestre será sin dudas superado, lo que implica un nuevo dolor de cabeza para la gestión.
El sector privado, está claro, no ha sido externo a esta situación. Eso es lo que expresan los empresarios en el relevamiento que CIO Creative Investigation hizo para El Cronista y que se publicó en la edición especial sobre La visión de los líderes sobre 2019 en el marco del 110 aniversario del periódico económico.
En la encuesta, el 21% de los empresarios cree que la economía crecerá 1% en 2019 mientras que el 61% entiende que no habrá números positivos para el año que viene.
Otra de las preocupaciones crecientes para el gobierno es el empleo. El último dato del Indec mostró un 9,6% de desocupación en el segundo trimestre del año. Hay que retroceder hasta 2006 para encontrar un segundo trimestre con un valor superior. En este tema, los empresarios tampoco prevén grandes mejoras. Consultados acerca de la evolución del propio plantel de la de la compañía, el 33% planea una expansión, mientras que el 10% considera lo contrario. El año pasado las respuestas mostraban un mayor optimismo: el 58% planificaba un incremento y sólo el 7% apuntaba en la dirección contraria.
No sólo hay un menor optimismo respecto de la cantidad de puestos de trabajo, sino que los trabajos se presentan como una de las posibles víctimas de la situación económica. La batalla entre los sueldos y la inflación parece un round para el lado de la inflación. Eso cree el 36% de los consultados, el año pasado sólo el 6% dio esa respuesta. Para tres de cada 100, en cambio, los sueldos se irán vencedores -en 2017, contestó eso el 17%-.
Finalmente, los que creen que habrá un empate entre salarios e inflación pasaron del 68 al 52%.
Sobre las inversiones, el 66% de los consultados indicó que realizará inversiones para aumentar su producción, el 32% lo hará para reducir costos, el 19% para incrementar exportaciones, el 13% para aumentar su producción actual y el 10% no realizará inversiones en 2019.
Para intentar contener el dólar, el Banco Central ha tenido una estrategia muy ofensiva respecto de las tasas de referencias, sobre todo desde la asunción de Guido Sandleris como Presidente del organismo. Tal es así que han llegado a superar el 70%. Sin dudas, esto repercute en las posibilidades de financiamiento para las empresas. Entre las que realizarán inversiones el año que viene, sólo el 20% recurrirá a entidades financieras -el porcentaje trepaba al 27 hace un año-. En cuanto a las demás vías, el 71% lo hará con capital propio y el 20%, con aportes de casas matrices -estos números crecieron desde el 65% y 18%, respectivamente-. El mercado de capitales local, a pesar de mostrar un leve incremento del 11 al 13%, sigue sin despegar como una alternativa mayoritaria.
Las preocupaciones de los empresarios son varias y consideran que el gobierno debe priorizar la baja de la inflación (80%), le sigue la estabilización del tipo de cambio (67%), reducir el déficit (63%), mayor previsibilidad para inversores (56%) y con igual porcentaje, preservar el empleo y reducir la pobreza.
Cómo se hizo la encuesta
El estudio fue dirigido por Ariel Mosto, de la consultora CIO Creative Investigation. El relevamiento se realizó entre el 1 y 22 de octubre de 2018. La metodología fue de tipo cuantitativo y la selección de casos se realizó a partir de un listado completo de CEOs, Gerentes Generales y Presidentes que desarrollan su actividad en empresas grandes y de primera línea. El cuestionario se realizó online semi-estructurado. La técnica se constituyó sobre un cuestionario diseñado por el equipo de El Cronista integrado por 19 preguntas cerradas y siete abiertas. Los datos fueron ingresados a una base de datos que permitió realizar los cruces pertinentes. La opinión de los encuestados, que alcanzó las 219 respuestas, se procesó de forma anónima y fue tratada de manera confidencial.