En 2006 se volvió a reactivar el hockey masculino en la UNCuyo, desde ese momento y hasta ahora no habían tenido campeones en alguna de sus divisiones. Hasta este certamen de Apertura que coronó a la séptima masculina como la mejor del sistema de competencias.
Desde la época dorada del ese gran equipo universitario que tuvo como a sus exponentes máximos, a fines de los noventa, a Gómez, los hermanos Carmona, Cortez, Carparelli, Rizzato, Mur, Orozco, González, Correas, Mercado, Arditti, Araujo, Luque y Corvalán, entre otros, que un equipo masculino de la “U” no daba la vuelta olímpica. En 1997, los Duendes ganaron un Regional y pudieron jugar el antiguo Torneo Nacional de Clubes.
“Estamos muy contentos porque hace mucho no se lograba un campeonato en la rama masculina”, apuntó Miguel Luque, actual coach de los Duendecitos de la Séptima.
Y luego el entrenador apuntó: “Destaco el buen comportamiento que tienen en los entrenamientos y en cada uno de los partidos. Además son muy unidos, van juntos a las prácticas, salen en grupo y además no faltan en ningún momento”.
Los entrenadores Luque y Bosso destacaron que la formación se acomodó a la estructura que se utiliza en la Primera del club, para que cuando lleguen al plantel superior sepan cual es el equipo de juego que tiene la UN Cuyo.
Sobre ese estilo de juego que implementaron entre las huestes Verdes del Challao, el ayudante técnico y arquero de Primera, Emiliano Bosso indicó: “Es un juego asociado con movimientos, rotación y con verticalidad en los últimos metros”.
Bosso, indicó además: “Estoy contento porque llegamos a una altura del año donde vemos que nuestro muchachos tienen una calidad interesante y además es una cantidad importante ya que en Mendoza cuesta tener equipos con muchos chicos en hockey. Este es un trabajo de mucho tiempo que se viene buscando y que rindió frutos gracias a los entrenadores, los padres y autoridades del club e integrantes de la Primera, que siempre colaboran y son un gran aporte”.
Los entrenadores destacaron que estos logros ayudan a todos estos chicos a desempeñarse también en su vida cotidiana. “Lo importante es que no se quedan con esto y que sepan que su techo es alto”, cerró Luque.