La sequía que afectó con dureza a la pampa húmeda también le pegó fuerte, aunque indirectamente, a Mendoza: los fondos provenientes de las retenciones a las exportaciones de la soja bajaron 2,33% en el primer semestre del año respecto del mismo período del año pasado.
No parece una caída muy marcada en términos nominales, pero es una complicación financiera notable en términos reales si se tiene en cuenta que la inflación general fue del 29,5% en los últimos doce meses hasta junio.
Además, la devaluación del peso que se registró en el segundo trimestre de 2018 le pegó con dureza a los precios mayoristas. Según reportes del Indec, el Índice de Precios Internos al por Mayor (IPIM) se ajustó un 44,1% al alza en el último año.
No obstante, esa misma devaluación hizo que la caída de los giros en moneda nacional a las provincias no fuera tan profunda dado que por cada dólar liquidado por las grandes exportadoras, el Estado recaudó más pesos en concepto de retenciones.
Como los fondos de la soja son para obras públicas, también se puede observar lo que ocurrió con los precios del sector de la construcción, que si bien se relevan en Buenos Aires, sirven de parámetro para toda la Argentina.
Los precios de los materiales se incrementaron un 36,8% en los últimos doce meses hasta junio. La mano de obra avanzó 24,4%. Y los gastos generales (combustible, logística, entre otros) subieron 31%, también de acuerdo al Indec.
La caída en el giro de recursos del Fondo Federal Solidario (FFS) respondió exclusivamente a la sequía por la que se perdieron 18 millones de toneladas de soja en la campaña 2017/2018, equivalentes a unos 4.200 millones de dólares.
Según datos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, la producción de soja cerró con un volumen de 36 millones de toneladas, cuando se esperaban 54 millones de toneladas en el inicio de la campaña.
Fue una baja de 37,4% respecto de lo recolectado el año pasado, cuando la cosecha se ubicó en 57,5 millones de toneladas.
Esta sequía es considerada la peor en los últimos 50 años para toda la agricultura, y se prolongó desde noviembre de 2017 hasta abril pasado, afectando las etapas de desarrollo del cultivo, provocó un golpe en la economía del país, explicó la Bolsa.
Esa situación determinó una menor recaudación en términos reales para el Fondo Federal Solidario, que desde enero se reconfiguró y se distribuye entre las jurisdicciones que adhirieron al Pacto Fiscal.
Desde entonces, por el artículo 117 de la Ley Nº 27.431 de Presupuesto votado por el Congreso, la distribución de recursos de la soja se acrecienta para las provincias que se sumaron al Pacto Fiscal y en desmedro de las que no lo hicieron, como San Luis.
El FFS fue creado mediante Decreto Nº 206/2009, con la finalidad de transferir recursos a las Provincias, a la Capital Federal y a los municipios, para financiar obras que acrecentaran la infraestructura sanitaria, educativa, hospitalaria, de vivienda y vial, tanto en ámbitos urbanos como en los rurales.
De acuerdo a la base de datos de la Dirección Nacional de Asuntos provinciales (DNAP) a la que accedió este diario, la administración de Alfredo Cornejo recibió 385.093.340 pesos en el primer semestre de 2018, un 2,33% menos que en el mismo período del año pasado.
Cautela oficial por la cosecha de 2019
Según pudo saber Los Andes de calificadas fuentes oficiales, en el Gobierno son optimistas sobre lo que ocurrirá en 2019 debido a que se espera una cosecha notablemente mejor a la de 2018, dado que ya no se espera una sequía.
No obstante, las apreciaciones oficiales mantienen la cautela en torno a los pronósticos, sin dar precisiones son cuáles son los registros que espera obtener la Administración.
El Departamento de Agricultura de los Estados Unidos publicó su nuevo informe mensual sobre oferta y demanda de granos. Sin datos capaces de modificar el rumbo inmediato de los precios, el organismo redujo de 40 a 39 millones de toneladas su cálculo para la producción argentina de soja.
Un grupo de economistas de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) proyectaron una campaña 2018/2019 con expansión: una cosecha total de 120 millones de toneladas de grano y oleaginosas, un 22% por encima de la campaña anterior. De esta manera se lograría el segundo mayor registro en la historia argentina.
En ese escenario, la soja recuperaría su lugar con cerca de 51 millones de toneladas, quince más que en la campaña recientemente terminada.
Esto mejoraría los giros a las provincias por dos variables: un precio de dólar más alto que el del año anterior y un cronograma de baja progresiva para las alícuotas de las retenciones.