En este primer semestre se han registrado 70 homicidios en Mendoza, cifra que supera los 53 ocurridos en el mismo período del año pasado. El aumento representa un 32%. La cifra surge de un conteo realizado por Los Andes, que luego fue confirmado con cifras del Ministerio de Seguridad.
Si bien las estadísticas oficiales sobre homicidios para el primer semestre de este año no están terminadas, un estudio sobre el primer trimestre permite conocer al menos las tendencias que marcarán a 2018.
Según la motivación y el contexto situacional, un 75% de los asesinatos del primer trimestre son por conflictos anteriores (y se resuelven en riñas o ajustes de cuentas, o peleas domésticas). Luego vienen homicidios en situación de robo (8,1%).
La mayoría de la víctimas son hombres jóvenes (78%) y sólo el 22 % mujeres. Las armas más utilizadas son las de fuego (54%), las blancas (19%), y los objetos contundentes (14%).
La mitad de los crímenes ocurrieron en la vía pública (51,35%), seguidos por casas particulares (18,9%) y, muy por debajo, en comercios (5,4%).
Desde Seguridad, el jefe de Gabinete, Hugo Sánchez, indicó a Los Andes que si bien hay una tendencia en alza de los homicidios para esta primera parte del año, "han bajado los homicidios en ocasión de robo".
"Las estadísticas marcan un aumento de homicidios donde hay un vínculo anterior entre víctima y victimario y de los homicidios en riñas o peleas entre bandas o gente "que se desconoce", afirmó.
Lugo sostuvo que como en los casos de homicidios no permiten hacer acciones preventivas -salvo en peleas entre bandas- el trabajo de prevención está centrado en el control de los robos agravados con arma. A propósito, muestra un gráfico que indica una tendencia decreciente de estos delitos desde enero de 2016 al presente. Y a modo de muestra marca que en junio de 2016 se produjeron 777 asaltos con armas; en 2017, 528; y este año, 317.
Bajar el robo violento
"El centro de la política de seguridad está en el robo agravado y hemos tenido resultados porque los robos han bajado", explicó el funcionario. Luego indicó cuáles son los dos objetivos principales del trabajo: secuestrar armas y decomisar droga. Sin armas, el delito -los robos y las agresiones- son menos violentos y "estamos secuestrando 5 o 6 armas por día y llevamos 7 mil en dos años y medio".
En cuanto a las drogas, generan dos polos de violencia: la de los narcos (con sus ajustes de cuentas) y la de un grupo menor de consumidores que delinquen con el fin de conseguir dinero para comprar narcóticos. Aunque "decomisar droga produce nuevos conflictos, ya sea para ganar territorios o bien para pagar la droga secuestrada", advierte el funcionario.
La zona roja es el Centro
"La gente cree que una zona roja puede ser un barrio marginal pero para nosotros la zona roja es el centro de Mendoza, porque ahí hay cosas que se pueden robar, ahí está el árbol con manzanas", sostiene Sánchez, basado en las estadísticas de geolocalización del delito.
"Nosotros mapeamos, hacemos georreferencias, vemos los horarios en los que más se roba, establecemos patrones de trabajo y con esas herramientas trabaja la policía en la calle".
Otro elemento que ha dado resultados es el uso de la tecnología, las cámaras de seguridad que están en la vía pública, pero también las que están en los móviles policiales que permiten controlar cómo se desempeña la Policía.
"La mayoría de las armas secuestradas se hacen con ayuda de las cámaras de videovigilancia, que permiten también enviar un móvil cuando se está produciendo un robo o situación de violencia", afirmó el jefe del Gabinete de Seguridad.