Eusebia Isabel "Chabela" Díaz es jefa del Servicio de Tocoginecología del hospital de Formosa. Oriunda de Salta, pasó por diversas situaciones que forjaron su carácter y marcaron su vida. Tiene cuatro hijos y relata todo lo que debió superar tras la violencia de género. Estudió para salir adelante y ahora ocupa un lugar importante en el sistema de Salud de la Argentina.
"A la mujer que se hace valer nadie le pega ni la pasa por encima", dice Eusebia, quien prefiere que la llamen "Chabela" en un artículo publicado en diario Clarín.
Desde muy pequeña Chabela fue huérfana y además se convirtió en madre de su primer hijo a los 14 años de edad. Su primera pareja la agredía verbal y físicamente, al punto que ella optaba por "esconderse hasta que los hematomas desaparecieran".
"No tuve adolescencia", cuenta Chabela y relata que un día la golpiza que le propinó su ex cónyuge le provocó una herida en la cabeza que debió ser suturada con ocho puntos en un centro asistencial. Para ella, esa fue la gota que rebalsó el vaso para la mujer oriunda de Salta. Le puso una denuncia a su ex marido, se divorció y solicitó una perimetral.
No obstante, se avecinaban años difíciles para Chabela quien tenía por ese entonces 24 años, era madre de tres menores y solo había alcanzado la educación básica hasta 6° grado. Le cortaron el servicio de luz por falta de pago, ya que su ex pareja se encargaba de los gastos de la casa.
Como no tenía trabajo y su ex no le pagaba la cuota alimentaria, tuvo que vender los ladrillos que estaban en el fondo de su casa. Luego hizo changas y lavó ropa de los vecinos para mantener la familia.
Pero Chabela no se quedó atrás y tomó la decisión de terminar sus estudios. Estudiaba por las noches, con la luz de la calle, cuando sus hijos dormían. "A las 21 se encendía el poste que daba directo a mi casa", recuerda el poste de alumbrado público del barrio Eva Perón.
Rindió libre la primaria y luego se anotó en el curso de auxiliar de Enfermería. Cuando lo terminó, también completó la secundaria y continuó con su entusiasmo por la salud. A sus 58 años, Chabela es jefa del Servicio de Tocoginecología del hospital de la Madre y el Niño de Formosa.
"Pasé cinco meses sin trabajo hasta que me contrataron en el hospital y me enteré que estaba embarazada de mi nueva pareja", relata feliz la anécdota. Pudo finalizar la carrera de Licenciada en Enfermería en tres años gracias a que "no le importó nada con tal de ser independiente", ni siquiera los rumores de su vecindario por salir desde la madrugada y regresar tarde a su casa.
"No me importó nada, mi mensaje para las mujeres es que estudien y salgan adelante", cerró.