Hockey en las alturas

Paola Macia hace realidad el sueño de muchos chicos. Creó una escuelita en Uspallata y el sueño es formarse como un club. Un ejemplo.

Hockey en las alturas
Hockey en las alturas

Nahuí y sus hermanos Gualtarí, Yampa y Tao mueven el stick de una forma magistral pese a que entre todos los chicos no suman quince años de edad, de promedio. Todos pertenecen a la comunidad Huarpe Guaytamarí en San Alberto, se divierten bajo la sombra de unos eucaliptus ubicados en el camping de Uspallata.

Desde hace dos años en la villa cordillerana funciona una escuela de hockey sobre césped que es dirigida por Paola Macia, quien llegó en 2014 a esta localidad lasherina junto a su marido, funcionario de Gendarmería Nacional. Pero el cariño por este deporte es anterior y la relación entre Paola y el hockey comenzó hace mucho tiempo.

“Soy de Chimbas, San Juan, y en la escuela me encantaba jugar al hockey; lo hacíamos en baldosas. En una oportunidad me gané una beca para el club Amancay de Santa Lucía, pero eran otras épocas y mi padre no me dio permiso. Con el tiempo me fui de San Juan y recorrí muchas provincias por el trabajo de mi marido, hasta que llegué a Buenos Aires. Pasó el tiempo y mis hijas empezaron a jugar en el club San Miguel, pero un día a mi esposo lo trasladaron a Mendoza y necesitaba un club para ellos. Yo ni sabía de la existencia de Uspallata y mucho menos que no había dónde practicar hockey”, contó.

Paola tuvo que armarse de paciencia e ideó una escuela que para hacerla realidad tuvo que ir por la localidad cordillerana invitando a los chicos para que se sumaran a la iniciativa.

“Empecé de cero. Pedí ayuda al ex entrenador de mis hijas en San Miguel, Fabián Batistutti. Él empezó a mandarme materiales y me fue guiando.

Después, hice tres cursos on line de entrenadora de hockey, esos que hace la Confederación de Hockey (CAH), el de nivel inicial, junior y para mayores para poder entrenar a los chicos; los pagué de mi bolsillo.

También he comprado palos, máscaras y bochas”, apuntó, aunque ahora también recibe ayuda de la Municipalidad de Las Heras.

Cuesta mover a un plantel tan amplio de jugadores. Como pueden, se trasladan con los padres o en ómnibus. “Hemos realizado un par de encuentros en Las Heras y fuimos a ver las finales de caballeros entre Alemán y Vistalba en el estadio del Parque San Vicente. Ahí, Mariano Caicedo nos pagó un minibús y nos presentó a Priscila Jardel y Sofía Avendaño, que son jugadoras de Los Tordos y quienes fueron elegidas como madrinas de nuestra escuela”, contó Macia.

“Paola fue reclutando chicos para armar un club. A mí me encantó la idea y me vine con mis chicos a quienes les encantó, porque no me gusta que no hagan nada. Lo importante es que en estos años el plantel creció y atendemos a cerca de 35 jugadores de distintas edades, que van desde 1 a 16 años”, relató Cristina, madre de los pequeños que se divierten con los sticks durante un mediodía en el camping municipal de Uspallata y que recorren once kilómetros para entrenarse.

Con la fuerza de los padres, los chicos se han ido armando y muchas personas los ayudaron para conseguir materiales. “Un día supe de esta escuelita y me conecté con ellos. La idea es que compitan en la liga el próximo año, porque se generó un grupo de mamis”, nos dijo Sonia Ruocco, de la liga Ocho de Godoy Cruz.

Las mamis se generaron porque como acompañaban a los nenes, en vez de mirar, también quisieron aprender y ahora es Don Sidan el entrenador que las tendrá todo el verano entrenándolas para llegar en buena forma al torneo de liga.

Los padres consiguieron un espacio cerca del Cedrys de Uspallata. “Era un lugar con monte y yuyos. Tuvimos que desmalezar con ayuda de municipales y con máquinas de un particular movimos el piso y construimos la canchita”, dice Don Sidan uno de los padres que apoya la ilusión de que la escuelita se transforme en un club. “Está en camino la personería jurídica para que tengamos otros deportes como balonmano o vóleibol”, agregó Sidan.

Al lugar lo consiguió Paola con el intendente de Las Heras, Daniel Orozco. En algún momento en esa superficie de tierra habrá una cancha sintética para que los chicos puedan jugar en una carpeta de hockey, como corresponde.

En ese espacio los pibes se entrenan lunes y martes, el sábado lo hacen en una escuela, la Combate de Potrerillos. “Hasta ahora se entrenan en el patio de la escuela -sábados- que facilitó el director, pero eso será hasta que terminen las clases. La idea es hablar de nuevo el próximo año para que sigan ahí practicando en baldosas”, comentaron los padres.

Lo chicos de la escuelita de Uspallata tienen un alto rendimiento físico. Entrenarse a casi 2 mil metros de altura, ayuda. “Fuimos a jugar unos amistosos a Mendoza y nos dimos cuenta de que tenían una gran resistencia. Les falta técnica pero van por buen camino”, apuntó Don Sidan.

“Quiero que los chicos se superen. No quiero que mis hijos anden mirando el celular todo el día. El deporte es una herramienta para que sean buenas personas. Sabemos que no sacaremos todos leonas y leones, pero que tendremos buenos jugadores, seguro que sí”, puntualizó Paola, a quien su marido le dice la Leona.

Para elegir el nombre de la escuela de hockey y los colores del club fueron los mismos chicos los que votaron. “Eligieron el de escuela de montaña. Colores verdes y azules”.

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