El comercio mundial del heno de alfalfa alcanzó, en 2017, las 8,3 millones de toneladas por un valor de más USD 2.300 millones y su creciente demanda representa una oportunidad de negocio concreta para Argentina. De acuerdo con los especialistas del INTA, nuestro país tiene un gran potencial para transformarse en un proveedor mundial de megafardos, fardos pellets y otros productos de alfalfa.
En el marco del 2.° Congreso Mundial de Alfalfa, que se realizará en Córdoba -del 11 al 14 de noviembre-, los especialistas brindarán pautas de adecuación del producto a las características generales que demanda el mercado internacional.
Para Gastón Urrets Zavalía -investigador del INTA en Córdoba-, "El país tiene un enorme potencial para convertirse en un proveedor significativo de heno y otros productos de alfalfa". Además, puntualizó las posibilidades de mejorar la calidad media de los henos consumidos en el mercado interno.
Destacó la necesidad de "adecuar el producto a las características demandadas, valorando en forma objetiva su calidad en base a la Clasificación propuesta por INTA y basada en la tipificación del Departamento de Agricultura de Estados Unidos". Esto, sin dejar de considerar que cada mercado o cliente puedan solicitar especificaciones diferenciales. En este sentido se proponen cinco categorías: superior, premium, primera, segunda y tercera.
Asimismo, Urrets Zavalía se refirió a los parámetros químicos como elementos que contribuyen a determinar la calidad del producto y la categoría a la que pertenece. Por un lado, están la Fibra Detergente Neutro (FDN, %), que representa el total de componentes de la pared celular de las plantas y la Fibra Detergente Ácido (FDA, %), la parte indigestible.
"El contenido de FDN está asociado inversamente al potencial de consumo voluntario de ese forraje por parte del animal, mientras que el FDA está asociado a la digestibilidad", especificó el técnico de Manfredi. A su vez, está el Valor Nutritivo Relativo del forraje (VNR); una valoración o puntaje de la calidad que se basa en su digestibilidad y potencial de consumo, estimados a partir del FDA y el FDN, respectivamente.
Otros de los parámetros químicos son la Proteína Bruta (PB, %) y Total de Nutrientes Digestibles (TND). "La proteína es el principal nutriente que aporta la alfalfa a la dieta animal y el método de medición más utilizado se basa en la estimación de la concentración de nitrógeno en el forraje", explicó Zavalía.
El producto óptimo
“En términos generales, un heno de exportación, así como el requerido en las categorías más exigentes de los rodeos de leche y carne del mercado interno, debe presentar no más de 32 % FDA y de 40 % FDN, y no menos de 150 puntos VNR y de 18 % PB”, destacó el técnico del INTA. En este sentido, remarcó: “el mercado mundial demanda henos de alfalfa confeccionados en base a materia verde cortada en un estado de madurez muy temprano a temprano (pre-botón floral a 10 % de floración), con tallos finos y suaves, muy folioso, color verde brillante y sin evidencias de daño de blanqueado, presencia de malezas, hongos u otros”.
Además, el investigador se refirió al porcentaje de humedad y señaló que, si bien no se lo menciona en la clasificación, “es importante considerar que los henos destinados a exportación no deben superar el 14 % o, lo que es igual, tener no menos de 86 % de materia seca”.
Al servicio de la calidad
“Si bien los atributos químicos cuantificable son el criterio más importante para determinar el valor alimenticio y el precio de mercado, existen otras que no pueden ser definidas sólo por los análisis químicos. Es importante realizar una evaluación organoléptica mediante los sentidos de la vista, olfato y tacto”, reconoció Urrets Zavalía. Así, se podrán determinar la madurez, la foliosidad y los indicadores de daño.
Si bien la madurez no es fácil de ser estimada en forraje ya enfardado, la presencia de botones florales, flores y frutos en el heno da una idea del estado en el que fue cortado el cultivo, el cual está altamente correlacionado con el valor nutritivo que aporta la alfalfa.
En cuanto a la foliosidad, el especialista aseguró que la estimación de la proporción de hojas en el heno es un buen indicador, ya que las hojas son la porción de mayor calidad, porque contienen aproximadamente el 70 % de la proteína.