El incremento de las prestaciones de alta gama en las actividades ecoturísticas marca una tendencia mundial en los últimos años. Hoy en día es posible, incluso en la Argentina, pasar unos días de vacaciones en un camping sin necesidad de resignar lujo, confort e instalaciones impecables y muy cómodas. La modalidad glamping alcanza ese equilibrio entre camping, glamour y contacto directo con la naturaleza.
El hospedaje consiste en espacios rústicos de bajo impacto ambiental, como tiendas de campaña -surgidas como base de los safaris que se realizan en África-, domos o contenedores al aire libre, provistos de prestaciones de primera categoría, que, en algunos casos, son similares a los servicios presentados por los hoteles de cinco estrellas.
Por ejemplo, pensión completa, calefacción, salamandra a leña, comida orgánica, jacuzzi, piscina, spa, servicio de mucama, lcd, ropa blanca y actividades de aventura organizadas. Si bien se trata de la forma más costosa de acampar, una de sus mayores ventajas radica en que el turista llega al destino elegido y encuentra la carpa ya preparada, dispuesta a ser utilizada.
El espectacular paisaje de la Cordillera y los lagos patagónicos enmarca los domos del lujoso camping Río Arrayanes (www.rioarrayanes.com), en el Parque Nacional Los Alerces, cerca de Esquel, Chubut. Otra deslumbrante maravilla natural del Sur del país -la región de los glaciares- rodea las instalaciones del campamento Adventure Domes Ecocamp (adventure-domes.com), diseñado entre los lagos Roca y Rico, a 50 kilómetros de Calafate, en el sudoeste de Santa Cruz.
Cerca de allí, 12 km al norte de El Chaltén, los tres domos de Eco Camping Bonanza son una confortable alternativa de descanso junto al río Las Vueltas (www.campingbonanzachalten.com).
Una zona agreste del paraje Las Loicas cobija unidades con piso de madera a 2.400 m de altura y a 100 km de Malargüe, Mendoza (www.malargue.gov.ar). Por su parte, Geo Glamping Dos Aguas (www.dosaguas.ar.com) se levanta al pie del cerro Uritorco, en Capilla del Monte, al norte del Valle de Punilla, Córdoba.
Más al sur, en San Huberto -a 4 km de Nono y cerca del dique La Viña, Valle de Traslasierra, El Refugio sorprende con tres domos construidos en las copas de los árboles. Los huéspedes disponen de baño privado, ducha, cocina y piscina con jacuzzi.
También la provincia de Buenos Aires se sumó a la moda del glamping con el complejo Alterra, cuyos cuatro contenedores -adaptados para brindar un alojamiento de categoría- y la piscina fueron instalados en medio del bosque de Pinamar. En la moderna administración, diseñada por el arquitecto Clorindo Testa, funciona una galería de arte (www.alterrapinamar.com.ar).
Más sencillos, con una atmósfera familiar orientada hacia las actividades de aventura, los seis domos del ecocamping Sierra La Vigilancia -en Laguna Brava, cerca de Balcarce- funcionan como dormys, ideales para descansar antes o después de una salida guiada de escalada, trekking, rappel o tirolesa (www.sierralavigilancia.com).
Más cerca de la ciudad de Buenos Aires, las comodidades del glamping también se pueden experimentar en el recreo con spa Refugio 31, extendido junto al canal del Este, en el Delta de Tigre (www.refugio31.com).
A su vez, la estancia Puesto Viejo, en Cañuelas, cuenta con 21 carpas africanas, equipadas con camas, alfombra, sábanas, mesas de luz, toallas, baños y duchas de campaña con agua fría y caliente. El sector destinado a glamping está ubicado a metros de un laberinto de pinos y los corrales de los caballos de polo (www.puestoviejoestancia.com. ar).
Distintos ejemplos de un nuevo concepto para el turismo.