Las trabas a las importaciones, otro parche que golpea a Mendoza

Las restricciones a las importaciones afectan a todas las actividades económicas de Argentina, una de las provincias más afectadas es Mendoza, sin lugar a dudas.

Las trabas a las importaciones, otro parche que golpea a Mendoza
Las restricciones a las importaciones afectan a todas las actividades económicas de Argentina, una de las provincias más afectadas es Mendoza, sin lugar a dudas.

Directa o indirectamente, las restricciones a las importaciones afectan a todas las actividades económicas de Argentina, pero en un contexto económico tan complejo como el que atraviesa el país hoy, una de las provincias más afectadas es Mendoza, sin lugar a dudas.

El propio ministro de Economía de la Provincia, Enrique Vaquié, explicó en una entrevista para Radio Nihuil que Mendoza se ve particularmente perjudicada por las limitaciones para importar, debido a que se trata de una economía que está integrada al mundo y compra mucho fuera del país.

“Si no se puede comprar y traer insumos, les va a costar vender (a las empresas). Si las limitaciones a las importaciones siguen dos meses más, todo dependerá del stock que tengan cada fábrica o cada empresa. Vamos a tener problemas”, amplió Vaquié.

El análisis del funcionario es duro, pero justo. Es que una vez más, la política de cuidar dólares restringiendo el ingreso de importaciones se está haciendo casi a “quemarropa”, sin un análisis minucioso de las necesidades del sector productivo. El Gobierno nacional está poniendo trabas y limitaciones a toda clase de insumos, sin importar si tienen remplazo en el país o si son una pieza fundamental para alguna actividad económica local. Eso lleva a muchas fábricas a mermar su producción, lo que se traduce en desabastecimiento y posteriormente, en caídas de consumo.

Lo más paradójico, es que gran parte de las compañías que tienen problemas para producir, son las mismas que elaboran productos para exportar. Se puede poner de ejemplo a las bodegas, que han tenido inconvenientes para ingresar cápsulas, botellas y hasta algunos químicos necesarios para la elaboración del vino. Si los problemas persisten, tarde o temprano habrá menos producción y, por tanto, menos ventas al mercado interno y menos despachos al sector externo. Esto último se traduce automáticamente en “menor ingreso de dólares al país”, exactamente lo contrario a lo que busca el Estado nacional.

En resumen, las restricciones a las importaciones son otro parche más, que no solo no resuelve el problema de fondo, sino que además conspira contra la propia economía argentina. Mientras tanto, el déficit fiscal persiste y la máquina de imprimir billetes trabaja sin descanso.

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