Con más de 8.500 hectáreas y un crecimiento continuo, el sector de los frutos secos es de los más dinámicos en la provincia. Un referente es Francisco Arturo Soriano, productor de San Carlos y presidente de la Asociación de Frutos Secos de Mendoza (AFSM).
Soriano inició su camino en los nogales a mediados de los ’90, pero la tradición agrícola familiar se remonta a sus bisabuelos en España. Su abuelo llegaría al Valle de Uco para radicarse en 1942 en la finca desde donde ahora Soriano mantiene esta entrevista. Como uno de los fundadores de la AFSM, cuenta sus perspectivas del sector y también los problemas vinculados a la inseguridad.
-¿Cómo empezó la AFSM?
-En 2015, la Nación dio presupuestos para crear los distintos clústers de producción en el país. Acá se inició el clúster ganadero y el nogalero, se hizo un muy buen trabajo. Además estaba la Federación de Frutos Secos en Buenos Aires y nosotros colaboramos con un censo que hicieron a nivel nacional
Cuando se terminó el financiamiento, en 2017, se retiraron varios contratados y las instituciones del gobierno, pero algunos productores quisimos seguir adelante. Se sumaron otros, éramos alrededor de 17 que veíamos la necesidad de asociarnos. Ahora estamos llegando a los 50 asociados.
-¿Por qué querían asociarse?
Buscamos integrarnos y mejorar la forma de comercializar. Tenemos una gran diversidad, desde productores de 3 hectáreas hasta productores de 200 hectáreas. Buscamos capacitarnos. A través del Zoom hemos tenido participantes de distintas provincias e incluso de otros países. Queremos mejorar el manejo de cosecha y post cosecha, y trabajamos con la comercialización a nivel nacional e internacional.
-¿Cómo les afecta la inseguridad?
-Muchas nogaleras están cerca de ríos y barrancas. La gente que “vive de lo ajeno” entra y roba ya sea remesando las plantas o después que un viento Zonda tira nueces al suelo. Esa mercadería entra a circular en un precio más bajo y nos hacen una competencia desleal, ¡y con nuestra propia mercadería!
Se busca controlar la circulación de mercadería, que tenga un emisor y un receptor que reciba la mercadería de forma oficial. No dejar muchas puertas abiertas para que los vendedores ocasionales puedan llegar ahí. De esa forma, desalentar el robo.
-¿Cree que en este sector el robo es más grave que en otros cultivos?
-Nadie se interesa en robar uva, porque si la querés mandar a la bodega tenés todo un registro con el INV. En cambio, juntan unos 30 kilos de nueces en bolsas y los llevan en una moto hasta algún acopiador, que también están los ilegales. Si un kilo de nuez está entre $250 - $300, ellos lo venden a $200, por eso además es competencia desleal. Con dos horas de “trabajo”, ellos se llevaron $6.000.
La asociación está trabajando con el ministerio de Economía, puntualmente con la Dirección de Agricultura, y con el Ministerio de Seguridad en ver cómo tener una especie de remito a nivel provincial para que sean más efectivos los controles.
-¿Qué otras acciones trabajan para enfrentar el tema?
-Se aspira también a controlar los partideros familiares. Queremos que todo el mundo trabaje según las normas de seguridad e higiene en productos alimenticios.
La municipalidad de Tunuyán está empezando a hacer algo desde la cosecha 2021. Además, la de Tupungato empezó un proyecto con la policía. Se quiere hacer un tipo de remito para la circulación con nueces a nivel departamental.
El municipio de San Carlos empezó en 2019 a elaborar un proyecto de ordenanza municipal con la cual la policía pueda controlar mejor. Durante 2020 avanzamos mucho con gente de bromatología y ahora el proyecto está listo para que sea aprobado en el Concejo Deliberante. El intendente nos ha expresado su apoyo.
Un sector en crecimiento
En 2020, el Instituto de Desarrollo Rural estimaba unas 600 propiedades con frutos secos y un incremento sostenido. Para 2018, había unas 5.000 ha de nogales, 2.085 ha de almendros y 32 ha con pistacho. Si bien la cosecha de este año se vio afectada por las heladas de 2020, Soriano coincide en el crecimiento continuo.
-¿Qué tal ve al sector a nivel general?
-Por causa de las heladas, que afectaron la floración, este año la cosecha fue alrededor de un 15 o 20% menos. Yo además tuve problemas de granizo y coseché sólo un 30%. Como en toda actividad agrícola, uno sabe que esto puede pasar.
A nivel general hay interés y crecimiento, hemos mejorado el rendimiento. Las nogaleras, de antes de 2008, con un sistema tradicional, tienen un rendimiento de entre 4.000 y 4.500 kilos. Las nogaleras hechas a partir de 2010, con riego presurizado y otras técnicas, pasan los 5,000-5,500 kilos. Aparte de la vitivinicultura, la nogalicultura es la principal fuente de inversiones agrícolas para la provincia.
-¿Cómo ve la llegada de inversiones nuevas?
-Aparecen empresas nuevas, incluso de Misiones o Santa Fe, que trabajan con nogales y postcosecha para exportar. Incluso hay argentinos que viven en Arabia Saudita y decidieron invertir en San Rafael. Se han abierto varios galpones para preparar mercadería para exportación. Toda esta gente es un apoyo.
A nivel personal lo veo como algo positivo, porque ellos exportan y nos encontramos con la sorpresa de que el mundo recibe bien la mercadería argentina por la calidad. Creo que es beneficioso porque traen recursos, dan mano de obra y compran en la zona.
-¿Qué otros apoyos tiene el sector?
-El gobierno provincial y el nacional incentivan la producción de frutos secos porque les ven un buen futuro, es un gran recurso económico. No sólo nueces, sino almendras (Mendoza es de las principales productoras en el país) y se prueba con pistachos, aunque es un negocio a largo plazo porque te demora unos 7 años.
La Facultad de Ciencias Agrarias de la UNCuyo nos ha brindado mucho apoyo, como una cartilla de calidades de nueces y asesoramiento en la parte administrativa y social. También tenemos una relación muy fluida con el INTA, y se ha conseguido un financiamiento para hacer una investigación científica sobre frutos secos.
Perfil
Con sus 67 años, Francisco Arturo Soriano es parte de una familia agrícola reconocida en San Carlos. Incluso, una escuela de la localidad Casas Viejas, en La Consulta, lleva el nombre de su abuelo Francisco Soriano.
A mediados de los ’90 probó suerte con los nogales, y recuerda con emoción que en 2001 tuvieron su primera cosecha, que su padre pudo disfrutar antes de partir. Soriano continuó la producción con su hermano unos años más y actualmente lleva adelante la finca con su hijo y su hija.
