Durante años se criticó la Brasil-dependencia de ciertos de productos mendocinos, con las exportaciones de ajo a la cabeza de esa queja. Sin embargo, tras la misión comercial del mes pasado de la provincia de Mendoza y a la luz otras inversiones privadas, es bueno repensar cuánto puede mejorar la colación agroindustrial en el país carioca y si realmente eso no constituye un peligro.
Si analizamos las exportaciones de ajo, la gran mayoría tiene como destino Brasil. En tanto, si analizamos el destino de vino argentino, en lo que va del año, Brasil solo representa el 7,6% de las exportaciones de totales analizadas en dólares FOB y el 7,5% analizadas en volumen. Es el tercer mercado después de Estados Unidos y Canadá según datos del Observatorio Vitivinícola Argentino.
Es esperable que el vino de nuestro país pueda generar condiciones para seguir creciendo allí. De hecho, en línea con su estrategia institucional orientada a profundizar los vínculos comerciales con el trade internacional, Wines of Argentina participó por primera vez de la 3° edición de ProWine São Paulo, la principal feria de la industria de vinos y licores de América Latina.
Desde Pro Mendoza aseguran que en Brasil, “en función de las condiciones geopolíticas post-pandemia, hay un proceso de relocalización de industrias e inversiones de occidente fruto de fenómenos tales como el colapso logístico global, el incremento de las tensiones políticas y económicas entre EEUU y China y la invasión de Rusia a Ucrania, que pueden beneficiar al país vecino. Todo esto genera una mejora del panorama.
Los privados también están viendo un repunte de las condiciones y en ese sentido, se sabe que grandes corporaciones de bebidas están trabajando sobre una plataforma de distribución de bebidas. Se estima que se podría sumar el vino a esa propuesta.
Lo cierto es que Brasil siempre resultó un mercado de cercanía para Mendoza y muy atractivo. Es interesante ver cómo se puede crecer en un mercado en donde tomar vino es caro, pero donde hay mucho poder adquisitivo. Sin embargo, la sola mirada en un solo mercado siempre termina siendo perjudicial... ya conocemos el refrán “cuando Brasil estornuda, Argentina se resfría” y eso tampoco es bueno para la agroindustria mendocina, que busca colocar sus productos en el mundo.
