Una constante cuando se habla de producción es mencionar la importancia de la innovación, para obtener una mayor calidad e incrementar la rentabilidad. En Finca Bautem, ésta ha sido una búsqueda constante, además del cuidado del medio ambiente. La propiedad de 220 hectáreas, ubicada en Barrancas (Maipú), tiene viñedos, almendras y una plantación experimental de pistacho que esta primavera, por primera vez, florecería. Cuenta con el primer parque solar en la provincia destinado a alimentar un sistema de riego y sumaron diversas maquinarias.
Hasta 2011, el terreno era de monte nativo. Un año antes, David Mayo, arquitecto de profesión y uno de los dueños de Sommier Center, viajó con su esposa Carina, desde Buenos Aires a Mendoza, invitado por un amigo que tenía olivos cerca de El Carrizal. Como resultado de la visita, decidió empezar a buscar un lugar para desarrollar un proyecto vitivinícola.
Mayo volvió a la provincia en 2011 con algunos amigos y decidieron comprar, en conjunto, el predio en Barrancas. De ahí viene el nombre de Bautem (Buenos Amigos Unidos Trabajando en Mendoza). Finalmente, los socios se retiraron y se convirtió en un proyecto familiar.
Como siempre le había atraído la vitivinicultura, hay 70 hectáreas implantadas con viñedos. Pero como también quería diversificar la inversión y no estar atado a los vaivenes productivos, incursionó en el cultivo de frutos secos, por lo que hay 40 hectáreas de almendras de variedades españolas y una de pistachos, que entraría en producción recién este año, con la que pretenden ver cómo se adapta este fruto seco al clima y suelo del distrito maipucino.
En lo que a las vides se refieren, hay diversas variedades -malbec, cabernet franc, petit verdot, bonarda, tanat y moscatel- que tuvieron como destino inicial proveer a la industria de uvas de calidad. Sin embargo, para mostrar qué producto se podía lograr con esta materia prima, elaboraron un vino sin etiqueta y, como el resultado fue bueno, nació la marca Abito Wines, de vinos single vineyard.
Valeria Bonomo, la ingeniera agrónoma al frente de Finca Bautem, comentó que, durante la pandemia, le dieron mucho auge a la línea de vinos. Y como ella, de modo personal, con su esposo, Sergio Montiel, desarrollaban la marca Bonomo y Montiel, decidieron fusionar la elaboración, la compra de insumos y el equipo de comercialización con Abito Wines. Esto, con el objetivo de mostrar cómo se expresaban, con el mismo criterio técnico, las variedades que se producen en Barrancas y las que se obtienen en Valle de Uco. Pero también, incrementar los márgenes de rentabilidad por compartir equipos y realizar compras y vender con mayor escala.
Por otra parte, el año pasado trajeron una línea de partido de almendras de cáscara dura, como son las españolas, de floración tardía, que hay en la finca, para reducir la probabilidad de pérdidas por heladas. Es que hasta ahora tercerizaban esta tarea, que se realizaba con máquinas diseñadas para frutos de cáscara blanda. Pero decidieron comprar una específica, para mejorar la calidad y evitar roturas o que falte una parte de la cáscara marrón que recubre a la almendra.
Con las restricciones por la cuarentena, tuvieron que realizar la puesta en marcha de forma remota y la calibraron con un remanente de producción, que habían guardado. Pero este año ya están procesando lo que terminaron de cosechar hace poco y, cuando finalicen ese proceso, van a ofrecer el servicio a otros productores, para amortizar un poco más rápido la inversión. De hecho, ya tienen turnos asignados entre socios de la Asociación de Frutos Secos de Mendoza.
Bonomo señaló que, con el partidero, tuvieron que casi duplicar el personal, ya que demanda mucha mano de obra, por lo que recurrieron a gente de la zona, muchas de ellas mujeres. Agregó que también incorporaron una cosechadora de almendras y uvas, con la idea de ser cada día más eficientes.
En la propiedad, la totalidad de los cultivos tiene riego por goteo y herramientas tecnológicas para medir la humedad del suelo y la necesidad de agua de las plantas, de manera de hacer un uso más eficiente de este recurso. También cuentan con una pulverizadora, que reduce el uso de agroquímicos en un 20%, y ajustaron las aplicaciones y el tipo de productos para utilizar menor cantidad. Además, conservaron la flora nativa, que aporta materia orgánica a los suelos pedregosos, facilita el drenaje cuando llueve y favorece la presencia de insectos benéficos que combaten las plagas.
Además, en agosto de 2019, inauguraron el primer parque solar de la provincia que abastece las dos perforaciones de agua de la finca. Los 216 paneles fotovoltaicos de 330w les significan un ahorro de 25% en el uso de la energía eléctrica, ya que, en el invierno, cuando no se riega, aportan a la red, lo que se traduce en un crédito con la distribuidora. El objetivo es amortizar el valor de la infraestructura en unos 5 años –que financiaron con una línea de crédito del Banco BICE, a través del IDR y Cuyo Aval-, para luego contar con 20 a 25% de energía limpia y sin costo.
La ingeniera agrónoma comentó que, durante la cuarentena, incorporaron las ventas directas y dieron mayor relevancia a la web. Se fijaron la meta de llegar con los vinos a los consumidores de Buenos Aires en no más de 48 horas. En el caso de las almendras, sumaron un packaging especial. De esta manera, apuntaron a que los compradores pudieran acceder a un alimento sano a un precio directo del productor.