El aumento del precio del vino no logra cubrir el crecimiento de los costos

Un estudio realizado por Acovi analiza 5 escenarios de costos y cómo lograr el punto de equilibrio. Salvo en el blanco genérico, el resto está lejos de cubrir los costos anuales. Preocupación de productores.

El aumento del precio del vino no logra cubrir el crecimiento de los costos
Un estudio realizado por Acovi señala que se está lejos del punto de equilibrio para lograr rentabilidad. Los ingresos del viñatero están por debajo de su inversión anual. / Foto: Mariana Villa

El Observatorio de Acovi (Asociación de Cooperativas Vitivinícolas Argentinas) elaboró un estudio comparando los costos promedio de un productor, con los precios vigentes a mayo de este año. En cinco escenarios que plantea en base a producciones de 10 hectáreas, sólo con el vino blanco genérico, se logra cierto punto de equilibrio, mientras que en los otros cuatro escenarios no se alcanzan a cubrir los costos.

Pese a que el precio del vino en general aumentó durante los últimos meses, la inflación y otros factores parecen no dar tregua. Eduardo Sancho, presidente de Acovi, menciona que algunos costos, que de por sí eran en dólares, se han duplicado, además de recordar que antes de esta última subida, el precio del vino estaba en valores muy bajos.

“Recién a fines de 2020 es cuando el precio del vino se empezó a recuperar. Después, el precio se estabilizó, pero la inflación siguió en aumento. Además cayó el consumo de vino, así que no podés aumentar el precio”, apunta Sancho. El informe también señala que el rubro impuestos y servicios tuvo un incremento interanual del 224%, incluyendo saldos de IVA débito, impuestos a los débitos y créditos bancarios e ingresos brutos.

El dirigente vitivinícola agregó que el informe de Acovi plantea cuánto habría que mejorar el rendimiento para llegar al punto de equilibrio, según cada escenario. “Hacia adentro, los productores necesitamos mayor mecanización, porque la falta de mano de obra se hace más evidente y ayuda a ahorrar costos”, menciona Sancho. Para esto y para mejorar el riego, apunta, se necesita crédito a largo plazo de 10 a 15 años.

En el Centro de Viñateros y Bodegueros del Este, no han estudiado el análisis de Acovi pero no les sorprende que, a pesar del incremento de precios, las producciones no lleguen a cubrir los costos. Así lo comenta Mauro Sosa, director ejecutivo del centro: “No he visto el trabajo de Acovi, pero calculo que en general les debe dar que no se cubren los gastos de producción, o quizás sí los gastos pero no los costos (que incluye los gastos de labores culturales más las amortizaciones)”.

Si bien ese Centro ha realizado otras veces análisis de costos, por ejemplo con el aumento de la tarifa eléctrica, de momento esperan para hacer un análisis de toda la cadena de valor vitivinícola con las entidades de la Mesa Vitivinícola Nacional. Quieren, de esa forma, determinar una rentabilidad general y la de cada eslabón.

Un estudio realizado por Acovi señala que se está lejos del punto de equilibrio para lograr rentabilidad. Los ingresos del viñatero están por debajo de su inversión anual.
Un estudio realizado por Acovi señala que se está lejos del punto de equilibrio para lograr rentabilidad. Los ingresos del viñatero están por debajo de su inversión anual.

Costos y equilibrio

Al momento de enumerar los principales escollos para la rentabilidad, Nicolás Vicchi, subgerente de Acovi, coincide en el aumento interanual de impuestos y servicios (224%) que, en promedio, aumentó su participación en los costos desde el 12% al 19%. Se contrasta así la recuperación percibida con mayores ingresos con el sofoque de la presión tributaria.

“También se debe hacer mención al fuerte incremento que ha tenido el combustible en el último año, generando un aumento de 66% en promedio en los costos asociados a maquinarias”, señala el subgerente de Acovi.

El aspecto positivo que destaca el informe es que, en términos generales, el poder de compra del vino se encuentra en una fase de recuperación respecto del año pasado. Los precios de tinto genérico, Malbec y Chardonay están en niveles cercanos al promedio de los últimos 20 años y el precio del blanco, sin inflación, es superior al de 2017.

“Durante los años en los que el precio del vino disminuyó en términos reales, esto contribuyó a la desaparición de casi 2.000 viñedos en los últimos 5 años, que representan casi 10.000 hectáreas menos de producción. Por esto, la recuperación que viene teniendo el precio del vino debe continuar”, afirma Vicchi.

Como se comentaba, el escenario que para mayo de 2021 sí estaría en un punto de equilibrio es el del blanco genérico. Con un precio de $37,37 por litro (promedio en la Bolsa de Comercio sin IVA) y 200 quintales por ha, se estima al productor un ingreso anual de $433.434 por hectárea. El costo por hectárea que calcula ACOVI (con amortizaciones) en este caso es de $436.418, una diferencia de $2.928 por debajo y con un virtual punto de equilibrio alcanzado.

Escenarios a mejorar

Aparte del vino blanco genérico, son cuatro los escenarios con dificultades del informe. El primero es el vino tinto genérico que, en mayo de 2021, alcanzó un precio de $37,87 por litro. Considerando un productor de tinto genérico, con un rendimiento de 150 quintales por hectárea y sin contingencias, se estima que el ingreso anual asciende a $340.867 por hectárea.

El costo total anual del primer escenario negativo es de $399.781 por hectárea, siendo la mano de obra el mayor de los componentes. Si al ingreso anual se le resta el costo (340.867 - 399.781) queda un saldo negativo de $58.914 anuales/ha. Considerando un mismo precio del vino, para llegar al equilibrio habría que mejorar la productividad de 150 qq/ha a 192 qq/ha.

El segundo escenario negativo es el vino tinto Malbec (zona Norte-Este) y, en función de los datos del INV, se le asigna un precio de $46,02 por litro. Con un rendimiento de 120 qq/ha y sin contingencias, este productor alcanzaría con el valor de mayo 2021 un ingreso anual/ha por hectárea de $331.374, sin IVA.

En este panorama de varietal, el costo total, incluyendo costos administrativos y las amortizaciones, alcanza los $402.870/ha. Restando ganancia y costo (331.374 - 402.870) queda un saldo negativo de $71.496 por hectárea. Para no tener pérdidas, habría que pasar de un rendimiento de 120 qq/ha a otro de 163 qq/ha (un aumento del 35,8%).

El tercer escenario preocupante es el vino tinto Malbec (zona Valle de Uco), con un mejor precio según los datos del INV ($58,16/litro) pero con un menor rendimiento por hectárea (80 qq/ha). Se estima para este productor un ingreso por hectárea anual sin contingencias de $279.175.

En este tercer panorama, el costo total por hectárea alcanza los $384.850. Se hace la resta entre ganancia y costo (279.175-384.850) y se obtiene un resultado negativo de $105.675 anuales/ha, el más bajo de todos los planteados. Con un mismo precio, para alcanzar el punto de equilibrio debería aumentar su producción de 80 qq/ha a 128 qq/ha, un aumento del 60%.

El cuarto escenario negativo es el del vino Chardonnay, con un valor a mayo de $53,54 por litro (promedio Bolsa de Comercio). Asumiendo una productividad de 90 qq/ha y sin pérdidas por contingencias, los ingresos de este productor se estiman en $279.463 por hectárea.

Los costos totales anuales en este último escenario son de $374.668/ha. Con la cuenta entre ganancia y costo (279.463 – 374.668), el productor tiene una pérdida de $95.205 anuales por hectárea. Para cubrir sus costos, este productor de Chardonnay debería mejorar el rendimiento y que pase de 90 qq/ha a 139 qq/ha, un aumento del 54,4%.

Un estudio realizado por Acovi señala que se está lejos del punto de equilibrio para lograr rentabilidad. Los ingresos del viñatero están por debajo de su inversión anual.
Un estudio realizado por Acovi señala que se está lejos del punto de equilibrio para lograr rentabilidad. Los ingresos del viñatero están por debajo de su inversión anual.

Más allá de la producción primaria

Un punto en el que coinciden distintas entidades es que no se trata sólo de observar un único eslabón de la cadena, sino en mirar a la totalidad de la industria vitivinícola. Eduardo Sancho, presidente de Acovi afirma, con los datos del informe, que la presión tributaria es un grave problema para el sector primario y que afecta al resto de la cadena.

“La parte impositiva es muy alta en Argentina y es un tema que debemos trabajar fuertemente. El país debe revisar su estructura de comercialización, para que un producto sea más accesible al consumidor y que el productor reciba más dinero”, sostiene el presidente de Acovi.

Así como se propone al productor mejorar su rendimiento, Sancho cree que esto debe estar acompañado de una reducción impositiva, una tecnificación en la elaboración y un financiamiento a largo plazo: “Creo que tenemos que plantear el tema en perspectivas, donde todo en su parte ajusta al costo. Pasa por todos los eslabones de la cadena, no podemos solucionarlo sólo desde el productor”.

Desde el Centro de Viñateros y Bodegueros del Este, su director ejecutivo, Mauro Sosa, coincide en que hace falta tener una mirada amplia sobre la cadena vitivinícola y luego aparte una mirada específica de cada eslabón, con sus componentes variables como mano de obra, energía, trabajos culturales, etcétera.

Es por ello que, reitera, desde la Mesa Vitivinícola Nacional quieren hacer un análisis integral de costos y ya han presentado la idea al Ministerio de Producción de la Nación. “Este trabajo nos parece de base esencial para analizar cualquier situación que devenga importante para la cadena de comercialización. Para analizar la cadena de rentabilidad”, comenta Sosa.

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