Después de un largo camino hasta cosechar a fines de 2023, el sector ajero tiene varios retos para aprovechar un mercado mundial con buenos precios. La devaluación del peso argentino y la menor producción de grandes competidores son luces verdes, pero el aumento de costos, los vaivenes nacionales y las desigualdades del sector son factores a tener en cuenta.
La semana pasada, el Instituto de Desarrollo Rural (IDR) presentó el informe “El cultivo de ajo en Mendoza. Temporada 2023″, donde estableció que se alcanzaron 13.841 hectáreas en esta importante hortaliza (4% más que en 2022). Con más de 1.500 productores, es la principal exportación agrícola de Mendoza fuera de la vitivinicultura y tiene un amplio período de venta.
Un dato importante de ese informe es que el 93 % de las ventas mundiales de ajo se reúnen en nueve países exportadores: China, España, Argentina, Francia, Egipto, Perú, EEUU, México e Irán. El mayor productor mundial es China y le sigue España, aunque también se puede hacer el análisis por conglomerado, es decir, dividiendo las hectáreas cultivadas de ajo por los kilómetros cuadrados de una región o provincia.
Así, según el análisis del IDR, el principal conglomerado ajero sería Guanajuato (México), con una relación de 4,44 ha de ajo por kilómetro cuadrado. En segundo lugar está Arequipa (Perú), con 1,5 ha/km2, y completa el podio Shandong (China), con 0,39 ha/km2. En cuarto lugar está Castilla La Mancha (España) con 0,26 ha/km2 y en quinto lugar aparece Mendoza, con 0,09 ha/km2, por encima de California (EE.UU.)
“Cada país tiene una o más regiones especializadas en la producción de ajo. En el caso particular de Mendoza, el Departamento de San Carlos, con 11.578 km2 de superficie, cultivó 3.901 ha esta temporada, lo que le adjudica una relación de 0,34 hectáreas de ajo por kilómetro cuadrado”, detallan desde la entidad provincial. Si se analizara sólo ese departamento, ocuparía el cuarto lugar mundial.
Por último, se destaca que las exportaciones ajeras de la última temporada (2022/23) alcanzaron 117 mil toneladas, un 34 % más respecto a la anterior. El mayor destino fue Brasil con 86 mil toneladas, un aumento mayor al 25 % respecto a la temporada pasada.
Oportunidades del ajo en el exterior
En el caso de China, siempre recordando el hermetismo de ese país, durante la temporada pasada distintos medios hablaron sobre problemas climáticos (puntualmente, de fuertes nevadas en zonas ajeras) y que en 2023 destinó una menor superficie para el cultivo de esta hortaliza. A eso se suma que, con el conflicto actual en el Mar Rojo por ataques a barcos, al gigante asiático le va a costar más caro llegar a los puertos europeos.
En cuanto a España, los problemas de sequía, por un lado, y de exceso de lluvias en la cosecha, por el otro, bajaron los rindes. Datos de la Asociación Nacional de Productores y Comercializadores de Ajo (Anpca) reflejan que la campaña española 2015 tuvo una superficie un 15% menor a la anterior y la producción final se redujo aún más por el clima.
En abril, durante la cosecha temprana en España, el sur de ese país vivió unas temperaturas muy altas con bajas lluvias, mientras que durante los meses de mayo y junio les afectó una serie de lluvias persistentes que afectaron los rendimientos de los cultivos más tardíos. “Este descenso en los rendimientos se calcula entre un 30-40% con respecto a una campaña normal”, sostiene Anpca en su web oficial.
Ordenar las cuentas
Puertas adentro, una ventaja para poder exportar se da por las devaluaciones de fines del año pasado, con un precio más competitivo. Lo que toca también es hacer bien las cuentas de costos, para que la inflación no termine licuando esa ventaja.
“Es innegable que la campaña anterior fue complicada, fundamentalmente por la brecha cambiaria, eso afectó mucho. Nosotros tuvimos toda la campaña anterior con una diferencia de tipo de cambio muy importante, vendíamos a un dólar oficial y pagábamos costos que se ajustaban al paralelo”, señaló Maximiliano Di Césare, gerente general de la Asociación de Empacadores y Exportadores de Ajos, Cebollas y Afines (Asocamen).
En el análisis de Di Césare, los volúmenes de ajo local se están manteniendo y por eso el sector puede responder a los clientes externos. Tras recordar que Argentina es el principal exportador luego de China y España, afirmó que los problemas climáticos y logísticos de esos países “son cuestiones de contexto internacional que pueden jugarnos a favor”.
De todos modos, para el gerente general de Asocamen es necesario primero ordenar las cuentas a nivel interno: “Desarrollamos nuestra actividad en un país muy complicado, en medio de una situación difícil. Imaginate lo que es contarle a tu cliente en el exterior que tuviste una inflación de 25% o 30% en un mes. Argentina tiene un desorden fenomenal”.
La revancha del ajo
Desde la Sociedad Rural del Valle de Uco, principal zona ajera, recordaron que el 2022 tuvo muy malos precios y que varios buscaron “revancha” en la temporada 2023/2024. Así lo consideró Gabriel Testa, productor y parte de la comisión directiva de esa entidad, para quien los grandes productores o galponeros (quienes acopian y venden) “tenían todas las expectativas puestas en que podría llegar a haber una devaluación en función del cambio de gobierno o por ser un año electoral”.
Además, continuó Testa, la menor oferta a nivel mundial fue clave para que a fines del 2023 hayan mejorado los precios. Como se comentaba, en España los problemas climáticos hicieron que algunas zonas perdieran hasta el 70% de la producción, mientras que China (principal productor mundial) realizó una menor siembra.
“Todo eso generó buenas expectativas de venta, por ende el año fue a mi criterio fue bueno”, analizó el directivo de la Sociedad Rural del Valle de Uco. En su mirada, las expectativas a favor se mantienen para el 2024, “quizás no a los valores que se llegaron a pagar, pero sí con un incremento sostenido de las ventas y afianzándose en la exportación”.
Aún así, Testa señaló una gran disparidad en los precios, de $150 a $350 el kilo de ajo en verde (sin secar), según cómo se pagara: en pesos, dólar billete, contado, etcétera. “Habría que volver a la mesa de concertación y hacer valer la ley 9.133, que es importante a la hora de poder negociar los productores con los empacadores y conciliar algún precio base o algún precio de referencia que pueda guiar a todos”, afirmó este productor.
La distribución en el sector
Si bien los ajeros en general ven con buenos ojos la exportación, la crítica de varios es que la ganancia no termina llegando a todos. Pedro Manzano, productor mediano de ajo, coincidió en las buenas oportunidades para Mendoza, sin embargo, “el precio se quedó estancado para el productor, pero para el galponero no, siempre se benefician y no transmiten parte de la ganancia”.
“O sea, la oportunidad es para el del galpón ya que recibe dólares, para los productores no fue gran oportunidad”, apuntó Manzano, recordando que el agricultor entrega el ajo en noviembre y diciembre. Él armó grupos de WhatsApp que incluyen a 900 productores, como una cooperativa informal, para tener referencias de precios y varios empezaron a preparar cajas de ajo, para defender la calidad y no tener precios totalmente pesificados.
Las dificultades y los costos para producir, apuntó Manzano, son una incógnita para la mayoría de los productores, más con los aumentos de insumos (gasoil, abonos, etcétera) y de la mano de obra. “Estamos pensando en hacer, pero creemos en producir menos, y siempre apostando a la calidad es la única forma de obtener al menos el empate, tratar de no perder”, afirmó sobre las perspectivas hacia adelante.
Para Johana Vaccari, productora chica del Valle de Uco, esta temporada se dio una cosecha interesante con ajos de buen calibre: “Se generó una gran expectativa para lo que fue el 2023, entonces los productores le pusimos mucho empeño para que la mercadería sea buena”. En cuanto a precios se pagó aproximadamente de $ 700 a $ 1000 el kilo seco.
Las expectativas de esta productora para 2024 es que será un año difícil por los costos de siembra, la economía nacional y la dificultad para conseguir algunos insumos. “Uno invierte pero no sabemos lo que vamos a ganar, entonces estamos a la espera de fin de año siempre”, analizó Vaccari.
“Le ponemos mucha dedicación porque el trayecto es largo, son aproximadamente nueve meses de trabajo, dónde también luchamos con las inclemencias del tiempo, mucha lluvia, piedra y viento zonda también dependiendo de la zona”, remarcó Vaccari al recordar el gran labor que hacen “para que se vea reflejado a fin de año”.
Reunión con Cancillería por las exportaciones
El pasado lunes (22 de enero), se dio una reunión en Buenos Aires con Diana Mondino, la actual ministra de Relaciones Exteriores, y el diplomático argentino Marcelo Cima. De Mendoza participaron el gerente general de Asocamen, Maximiliano Di Césare; el Subsecretario de Relaciones Institucionales, José María Videla; y la Diputada provincial, María Eugenia De Marchi.
“Hablamos mucho. La canciller es una persona que conoce y entiende perfectamente la complejidad de nuestra actividad. Como es lógico, la reunión se desarrolló en torno a temas de comercio exterior: Mercosur, Unión Europea, cupos de ingreso, aranceles, etcétera”, comentó Di Césare.
El gerente general de Asocamen agregó que el interés de Mondino los llevó a dialogar “sobre otras cuestiones de gran relevancia, por ejemplo, lo referente a la logística en la exportación del ajo y las distintas variables que impactan en ella”. Por su parte, Mondino resaltó el compromiso de la Cancillería a fin de buscar nuevos mercados, mejorar condiciones de acceso y promover los productos de las economías regionales