¿Conviene usar agua para combatir las heladas?

El combate activo de heladas con agua gana popularidad por su eficiencia, pero entra en discusión por la falta del recurso hídrico. Ventajas, desventajas y otros métodos de control.

El combate activo de heladas con agua gana popularidad por su eficiencia, pero entra en discusión por la falta del recurso hídrico. / Foto: Ignacio Blanco / Los Andes
El combate activo de heladas con agua gana popularidad por su eficiencia, pero entra en discusión por la falta del recurso hídrico. / Foto: Ignacio Blanco / Los Andes

Cada vez se escucha más sobre la eficiencia de la defensa por riego sub arbóreo o supra arbóreo como método activo contra las heladas. Ante la falta de agua pronosticada para la próxima temporada, vale preguntarse si realmente es conveniente, además de analizar sus costos y su relación con otros métodos.

Por un lado, se puede hablar de métodos de defensa pasiva, como mantener el suelo húmedo, compactado y libre de malezas. Por otro lado, los métodos de defensa activa se usan cuando ya está ocurriendo la helada, como la calefacción con tachos de gasoil (desaconsejado por la contaminación y los aumentos en combustibles).

Desde la Asociación para la Innovación Agrícola (AIA), su presidente, Alain Boulet, especifica que, además de la calefacción, existe un método de ventilación, con la idea de mezclar las capas de aire inferiores (más frías) con las superiores (más cálidas) para aumentar la temperatura de las capas de aire circundantes del cultivo y así atenuar el enfriamiento y congelación de los tejidos. Esto se hace, por lo general con ventiladores a gran altura, pero su costo es muy elevado -alrededor de US$ 45 mil-, para una instalación de 6 ha y por ello es poco rentable.

En cuanto al combate con agua, existen dos sistemas. El primero es el sub arbóreo: consiste en una aspersión debajo del árbol (distinto al riego por goteo), es agua que se convertirá en hielo. “Por un fenómeno físico, con esa transformación de líquido a sólido se liberan una cierta cantidad de calorías que neutralizan el efecto del enfriamiento del suelo y el aire adyacente y atenúa la helada”, explica Boulet. Lo negativo del sub arbóreo es que no puede levantar más de 3º centígrados y no funciona cuando ingresa aire frío al predio (heladas de advección).

El segundo sistema con agua es el supra arbóreo, que busca formar una capa de hielo sobre los órganos del vegetal (flores, frutos y hojas) para que los aísle del medio exterior y se evite el daño del frío. “La condición es que permanentemente tengo que suministrar agua hasta que el calor del sol derrita el hielo. Si se corta el suministro del agua, pierdo el 100% de la producción. Hay que tomar precauciones como tener una bomba de repuesto”, detalla el especialista.

¿Conviene aun teniendo en cuenta la falta de agua? El presidente de AIA responde que el sistema supra arbóreo de alto volumen consume 60 m3 de agua por ha y por hora, pero hay otro sistema de bajo volumen que sería ideal para Mendoza, con sólo 12 m3/ha/hora. El segundo tipo cuenta con un micro aspersor con tecnología más avanzada que genera una delgada capa de hielo. El costo de inversión es de U$S 7.000, pero “el costo operativo es prácticamente insignificante”.

“Si lo comparo, el equipo de riego por goteo aplica 20 m3/ha/hora, mientras que el supra arbóreo de bajo volumen pide 12 m3/ha/hora. La restricción es el costo de inversión, pero si analizamos las pérdidas, el repago de la inversión es en el primer año”, afirma Boulet teniendo en cuenta que, entre 2018 y 2019, por heladas se perdió un 35% de la producción de durazno industrial.

Agua y capital

Desde la dirección provincial de Agricultura destacan que, a través del programa Mendoza Activa I, se invirtieron $ 62.777.196 en sistemas de defensa activa contra heladas. Fueron alcanzadas 109 hectáreas de ciruela para industria, durazno (de industria y fresco) y uva (de mesa y para vinificar). Las zonas con mayores inversiones fueron General Alvear y San Rafael, y ahora en el programa Mendoza Activa II se planea destinar 400 millones a defensa agrícola: malla antigranizo y defensa contra heladas.

De todos modos, para Javier Chaar, ingeniero agrónomo del INTA Guaymallén, es muy baja la cantidad de productores que hoy aplican los métodos activos con agua. Si bien sería un método más efectivo y menos contaminante que, por ejemplo, quemar gasoil, muchos no combaten con agua por la falta del recurso hídrico.

El ingeniero agrónomo destaca a su vez la importancia del control pasivo y labores culturales como segar el interfilar, es decir, pasar una desmalezadora para que se mantenga corta la vegetación espontánea. Eso permite más almacenamiento de calor, porque los rayos solares llegan directamente al suelo (no a la vegetación) y se almacena calor.

Diego Aguilar, presidente de la Cámara de Cereza, comentó que ha escuchado de los combates con ventilación y agua, y que el sistema supra arbóreo es muy común en Santa Cruz, con mayor disponibilidad del recurso: “Sería lo ideal pero cada año tenemos menos agua. Necesitás una lluvia continua durante lo que dure la helada. En general las heladas se dan consecutivas, ¿cómo reponés el agua de un día para el otro?” Otro factor a tener en cuenta, según Chaar, es el de las cortinas forestales. Desde el INTA están analizando plantar árboles distintos al álamo, como el algarrobo, con diferentes alturas y follajes, para impedir la entrada de frío en las parcelas. Un punto a tener en cuenta, es que la cortina se debe implementar de manera correcta, en la parte superior de la pendiente, porque el aire frío se mueve como un fluido. Con el INTA Junín, ya tienen algunas plantaciones experimentales.

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