Alejandro Vigil fue electo como el nuevo presidente de Wines of Argentina (WofA), en remplazo de Maximiliano Hernández Toso, quien asumiera el cargo en mayo de 2020. El nombre del winemaker sorprendió y ya se muestra como una ficha clave para encarar algunos cambios.
“Soy una figura conciliadora y con una visión amplia en el ámbito de los negocios. He hecho un recorrido en el ámbito internacional y puedo ayudar en momentos difíciles”, explicó Alejandro Vigil, ante la consulta de por qué cree él que fue elegido como presidente de WofA, a pesar de la sorpresa que aseguró haber tenido luego del anuncio.
Alejandro Vigil, winemaker de Catena Zapata y copropietario de Bodega Aleanna, destacó que no estará solo en esta tarea sino con un equipo con quien comparte intereses y una visión de hacia dónde tiene que ir la industria mendocina para ganar terreno tanto dentro del país como afuera del mismo. El CEO de la bodega A16, Mauricio Boullaude, lo acompañará desde la vicepresidencia y, para Vigil, esto es una garantía de que se podrá comenzar a acercar posiciones entre los representantes de las distintas Cámaras que influyen en el comercio y el mundo del vino.
- ¿Cómo te encontró la noticia de que sos el nuevo presidente de Wines of Argentina?
-Yo no esperaba ser presidente, pero se dio una lógica distinta a la que pensaba y pasó. Estoy honrado de ser parte y poder sumar también en un momento en el que la coyuntura interna y externa es complicada para la vitivinicultura argentina, especialmente por la caída de las exportaciones.
-Si sacaras una fotografía general, ¿cómo es hoy esa coyuntura interna?
-WofA estaba pasando un momento turbulento, con desacuerdos u opiniones distintas que luego pasaban a convertirse en conflictos.
Creo que el estar junto a Mauricio nos permite aunar criterios, tenemos conceptos parecidos y podemos trabajar en función de un objetivo común que incluya objetivos en los que todos pensamos medianamente lo mismo.
En donde los puntos de desencuentro pasen a ser anecdóticos o discutibles y podamos llegar a soluciones superadoras.
En la unión de las bodegas y empresas va a primar la actividad por encima de lo personal, y eso para mí es fundamental.
- ¿Cuáles son las acciones que deben ser tomadas ya, según tu criterio, para empezar a trabajar en esos puntos?
-Desde el punto de vista interno: códigos de ética y cambios de estatuto, trabajando en función del aprendizaje que se ha tenido anteriormente.
Desde el punto de vista externo: estamos viviendo una caída de las exportaciones del vino argentino, por distintos motivos: económicos, pero también por crisis internacionales. Tenemos que evitar que eso suceda y para ello, WofA es fundamental desde la promoción del vino argentino.
Tenemos que trabajar fuertemente en nuevas líneas de financiación, y recuperar terreno perdido en cuanto al capital para poder hacer tareas de promoción.
-En lo que respecta a esa promoción, ¿cuánto influye ser un hombre conocido, con nombre y apellido en el mundo vitivinícola?
WofA siempre ha tenido presidentes con nombre propio en la vitivinicultura. El desafío es poner eso en función de la vitivinicultura en general y en todos los ámbitos. La única forma que tenemos de seguir exportando es hacerlo a buen precio, tener estructuras sustentables hacia adentro, y que todo eso nos permita estar presentes en el mundo.
-En unos días es el Día Mundial del Malbec (17 de abril), un evento muy importante para la vitivinicultura argentina, y la oportunidad de estar presentes. ¿Qué planes tienen para ese día?
-WofA ya tenía un plan aprobado, trabajado. Nosotros (el nuevo equipo directivo), vamos a acoplarnos y a hacer sugerencias en función de los lineamientos que tenemos pero el plan ya se diseñó, tenemos grandes profesionales que conocen y entienden hacia dónde tenemos que ir. Nosotros tenemos que guiar por el río.
Por temas económicos, no podemos hacer cosas masivas, pero sí actividades que ponen al Malbec por encima de cualquier otra cosa.
- ¿Cuál es la imagen que tienen afuera del Vino Argentino?
-La imagen es buena, cada vez crece más y gana terreno por la calidad de sus vinos, en todos los segmentos, bajos y en los de altísima calidad. Esa pirámide nos permite tener una variedad de productores y elaboradores de vino y a eso es a lo que tenemos que apuntar para sostener nuestra economía.
- ¿Cuál es el mayor error que se comete hoy en la industria?
No creo que sea un error, pero tenemos vientos en contra, factores externos que no podemos evitar. Después tenemos que aunar todos los esfuerzos en función del comercio externo e interno, todo con un mismo vertical de promoción. Trabajar de forma separada es un error y tenemos que prever esa situación.
Por otro lado, no tenemos que dejar de lado los procesos de sustentabilidad, de organización, institución, logística y distribución. Hay una serie de cosas que tenemos que ir revisando y, desde nuestro lugar, ayudar a que mejore nuestra vitivinicultura.
-¿Este trabajo en conjunto implica aliarse con Bodegas de Argentina, la Coviar, o con cualquier tipo de organización?
-Sí, es fundamental Bodegas de Argentina, pero ese organismo tiene otra función y tenemos que participar todos juntos. Hay puntos de encuentro que podemos potenciar, como que la promoción de mercado interno y exportación tengan los mismos lineamientos.
Hoy nuestro mayor promotor es el mismo argentino que toma vino, y el argentino tiene que ser “evangelizador” para el turista. Esos puntos en común van a sumar y no a restar.
La Coviar también es fundamental porque forma parte de nuestra financiación. Será fundamental tener voz y voto en la mesa de Coviar.