Sigue el misterio en relación al presunto femicidio de Cecilia Cortez (39), quien habría sido estrangulada en agosto de 2016 mientras dormía en la cama que compartía con su hija de 15 años, quien no se dio cuenta del crimen.
Por el extraño caso está siendo juzgado su ex pareja, Celso Ibarra Lemos (45), imputado por homicidio doblemente agravado por violencia de género y por haber mantenido una relación de pareja con la víctima.
Los jueces Belén Salido, Agustín Chacón y Rafael Escot, junto al fiscal Javier Pascua y el defensor Gilberto Altamira, esperaban la declaración de la médica que realizó la necropsia. Algunos con la esperanza de que la profesional del Cuerpo Médico Forense admitiera un error en el "diagnóstico", ya que externamente el cuerpo no presentaba lesiones para los policías y la médica del Servicio de Emergencias Coordinado.
Fue estrangulada
Lo cierto es que la médica sostuvo que se trató de un caso de "asfixia por estrangulamiento manual".
La forense determinó que los signos de asfixia que encontró fueron externos e internos por lo que afirmó que hubo "compresión en los costados de la tráquea que afectaron los vasos sanguíneos al punto que se produjo una asfixia".
Para la médica, a Cecilia Cortez la estrangularon con una sola mano y también observó que la mujer había sido golpeada.
Ante este panorama el fiscal Pascua le contó a la forense que la hija menor de la víctima había declarado que estaba durmiendo en la misma cama de su madre y no sintió nada, salvo que a las 5 de la mañana la despertaron unos ronquidos y que respiraba “de manera agónica”.
El fiscal agregó que Cortez había consumido cocaína, en una forma que un bioquímico del forense había definido al declarar como "bastante": 7,98 microgramos marcó un análisis de orina.
"La causa puede ser el estrangulamiento, los golpes y el consumo de cocaína", especuló entonces la forense.
Ayer también declaró la doctora del Servicio de Emergencias Coordinado (SEC). Esta médica hizo un relato algo confuso porque inicialmente le pareció que era un caso de sobredosis y, en el acto posterior, consignó que le parecía violencia de género.
Hipótesis del crimen
La hipótesis de los investigadores es que el 29 de agosto de 2016 entre las 2.30 y las 5.30, Ibarra habría entrado sigilosamente en la casa de Rodeo de la Cruz de su ex pareja -cuando ella se encontraba durmiendo- aprovechando que tenía una llave de la vivienda.
Luego, habría entrado al dormitorio y la habría golpeado violentamente en distintas partes del cuerpo para luego tomarla del cuello y provocarle una muerte por asfixia.