Una fuga de gas en un complejo de 33 departamentos en Guaymallén provocó una tremenda explosión que pudo terminar en tragedia ayer por la mañana. El estallido dañó gravemente la estructura del edificio y los ocupantes fueron evacuados. Si bien en un principio se había ofrecido el polideportivo Nicolino Locche para albergar a las familias, finalmente se auto evacuaron y se instalaron todos en casas de familiares y amigos.
Los habitantes del complejo ubicado en Correa Saá 128 (San José, Guaymallén) no podrán regresar al menos por 5 días a sus viviendas, ya que -según especificaron desde Defensa Civil de la comuna- el inmueble está inhabitable y con riesgo de derrumbe. De hecho, ayer por la tarde pudieron ingresar algunas personas a retirar sus bienes más imprescindibles; aunque hubo 5 departamentos en los que ni siquiera esto fue posible ya que eran los más afectados.
"Los bomberos estuvieron apuntalando las vigas, pero el estado del inmueble es inhabitable ya que hay riesgo de derrumbe. Y todo parece indicar que la situación va a perdurar durante días", destacó el director de Defensa Civil de Guaymallén, Martín Ozán.
En cuanto a víctimas, hubo 2 lesionados, entre ellos un hombre de 44 años quien resultó más afectado. Sufrió quemaduras en 30% de su cuerpo y permanecía internado en la terapia intensiva del hospital Lagomaggiore. El otro fue un menor de edad, sufrió lesiones leves luego de ser alcanzados por esquirlas.
Impresionante
La semana empezó de una forma más que inesperada para las 33 familias que viven en el mencionado complejo. Pasadas las 8.30 de ayer se produjo en el lugar una impresionante explosión en seco (sin incendio), a tal punto que la onda expansiva alcanzó construcciones vecinas y el ruido fue percibido a varios kilómetros.
El estallido comenzó en el departamento 3, pero “continuó por las cañerías y terminó afectando a casi toda la planta baja. Es un complejo nuevo y, aparentemente, tenía todas las conexiones en regla”, confirmaron trabajadores de Ecogas que llegaron al lugar a revisar posibles fugas en viviendas aledañas.
En los minutos posteriores a la explosión todo fue caos, pánico e incertidumbre. La mayoría de los afectados estaban durmiendo al momento de la explosión, por lo que salieron a la calle con lo puesto y luego no pudieron regresar a buscar pertenencias básicas (abrigo, dinero o documentación).
Recién pasadas las 16 -y con autorización de Defensa Civil- pudieron ingresar (salvo en las 5 ya detalladas). “Yo tengo hasta el sueldo entero y no me dejan entrar”, contó un vecino del complejo por la mañana.
“Afortunadamente no había mucha gente en el interior, ya que muchos habían salido para sus tareas diarias. Tampoco había una denuncia previa por fuga de gas”, destacó Ozán.
Cuando el reloj marcaba las 9, la calle Correa Saá ya se había transformado en “zona de desastre”: dotaciones de Bomberos, policías y personal de Defensa Civil llegaron al lugar, que fue completamente aislado. Ya sin ocupantes dentro del edificio, los efectivos se concentraron en evaluar los daños y asistir a los afectados.
Los 5 departamentos que sufrieron daños casi totales estaban en la planta baja; mientras que los 28 restantes perdieron ventanas, puertas y parte de la mampostería (daños que no comprometen la habitabilidad). Sin embargo, la fuerte explosión afectó columnas en la base del edificio.
El drama de los afectados
Las postales de este amanecer guaymallino se tornaron caóticas, por momentos. Primero, el estruendo, y nadie entendía nada. Luego, los vecinos corriendo de un lado al otro intentando buscar un lugar seguro. No solamente los inquilinos del complejo afectado, sino también vecinos.
"Salí atontada. Mi departamento quedó completamente destruido. Hasta el techo está roto, la verdad no me explico cómo logré salir ilesa", aseguró Alicia Correa, la mujer que vive en el departamento número 1 (entre los más afectados).
"Estaba durmiendo, sentí una explosión y se me movió todo. En un principio pensé que había sido un choque. Me levanté y vi que mi puerta había explotado. Agarré lo primero que encontré y salí. Vivo al fondo del edificio, pero los departamentos de adelante estaban prácticamente derrumbados", relató Bárbara, otra vecina del complejo.
En el lugar viven muchos chicos y afortunadamente -por la hora- la mayoría ya estaba en el colegio. Lo mismo pasó con los adultos, quienes ya habían salido rumbo a sus trabajos. Al momento de la explosión, Sofía se preparaba un té en la cocina, su pareja -Juan- ya se había salido para el trabajo. En la habitación estaba su hija, una nena de un año y medio. “Una ventana estalló y los vidrios cayeron, gracias a Dios, al lado de la cuna. Pero la puerta de la lavandería salió volando. Fue horrible”, relató la mujer.
"Estábamos acostados y se nos cayó la ventana encima y después se empezó a mover todo. Primero pensé que era un terremoto. Sólo tengo un corte en la pierna", resumió por su parte Miguel, quien vive en el departamento 22 junto a su hijo de 4 años y su esposa.
Control de conexiones internas
Como cada año, la llegada de los días fríos traen consigo un aumento en el uso de calefacciones y estufas en los domicilios. La secretaria de la Asociación Centro Gas y Afines de Mendoza en (Acegam), Adelma Huanca destacó que es fundamental que la gente se asesore y realice sus conexiones domiciliarias de gas con gasistas matriculados, así como también las revisiones periódicas. "En lo que tiene que ver con conexiones externas, no suelen encontrarse clandestinas. Más teniendo en cuenta que permanentemente están expuestas a revisiones y lecturas, y las irregularidades son denunciadas en el acto. Pero en las conexiones internas es un poco más común y -al ser en un ámbito privado- no se detecta tan fácilmente", resumió Huanca.
La gasista matriculada destacó que las inmobiliarias están exigiendo que se entregue la documentación de instalación aprobada de los inmuebles con que trabajan.
En terapia intensiva
Fabián Ariel Renna (44), quien vive en el departamento donde comenzó la explosión (el 3) permanece internado en terapia intensiva con quemaduras en el 30% de su cuerpo, confirmaron desde el Ministerio de Salud. El paciente presenta "quemaduras tipo A y AB en la cabeza, en el rostro, cuello, ambos antebrazos y en la región lumbar", según detalla el parte médico. Actualmente está sedado y con respirador artificial por "probable compromiso de vías aéreas".