Aunque en ocasiones parecer ser solo una molestia para quienes nos acompañan, los ronquidos durante el sueño son una afección muy frecuente en la población; principalmente en aquellos con antecedentes familiares de ronquidos, problemas otorrinolaringológicos y fundamentalmente en aquellos con sobrepeso u obesidad (que es el promotor más importante de esta enfermedad).
Los ronquidos en sí afectan la calidad del sueño tanto de quien lo padece como de los familiares y pareja. Pero lo más importante aún es el hecho de que muchos roncadores presentan, entre ronquido y ronquido, pausas parciales o totales de la respiración que generan disminución de los niveles de oxígeno intermitentemente durante la noche (Hipopneas o Apneas).
Son estas apneas las que llevan a una cascada de problemas que afectan nuestro metabolismo, cerebro y corazón; por lo cual esto no es simplemente un fenómeno molesto sino que puede constituir una enfermedad con nombre y apellido: “Síndrome de apneas obstructivas del sueño”.
Las apneas del sueño, al generar descensos del oxígeno, disparan entre otros trastornos la liberación refleja de adrenalina; lo hace más superficial el sueño, desestructurándolo y favoreciendo un despertar no reparador.
Esto lleva a cansancio y somnolencia diurna, a la sensación de fatiga diaria y su consecuente disminución de la atención, memoria, creatividad, humor y aumento de los niveles de ansiedad y riesgos de accidentes de tránsito.
Así mismo, estos descensos de oxígeno impactan negativamente en órganos fundamentales como el cerebro y el corazón; lo cual en conjunto con los niveles elevados de adrenalina nocturna favorecen eventos neurológicos y cardiovasculares como arritmias, infartos, accidentes cerebrovasculares y muerte súbita.
Esto también afecta nuestro metabolismo ya que eleva los niveles de insulina, grelina y leptina que favorecen aún más la ganancia de peso y la aparición de otras enfermedades como el hígado graso, la diabetes y la hipertensión arterial.
Cómo tratar la apnea del sueño
Por todo lo antedicho y sobre todo en personas mayores de 40 años o con enfermedades metabólicas o neuro-cardiovasculares, es fundamental ante la presencia de ronquidos realizar un simple estudio domiciliario para medir los niveles de oxígeno durante el sueño.
Este estudio se llama poligrafía respiratoria (Holter del sueño) que analizada por un especialista es suficiente para evaluar adecuadamente este fenómeno y confirmar o descartar la posible presencia de apneas del sueño.
Aquellos pacientes en quiénes se confirme la presencia de apneas del sueño, sobre todo en grado moderado o severo, se debe comenzar con un tratamiento multidisciplinario. Este buscará un descenso de peso saludable y sostenido con asesoría clínica especializada en nutrición y otorrinolaringología.
Además, el tratamiento debe ser acompañado por la utilización de CPAP, un equipo que emite aire para evitar la apneas hasta que el descenso de peso y eventualmente la intervención otorrinolaringológica (en caso de corresponder) logren resolver o mejorar significativamente el trastorno de base.
Los ronquidos y las apneas tienen solución y es muy importante no dejarlas de lado para poder mejorar así la salud y calidad de vida, siempre con un equipó de profesionales capacitados que te ayuden con este proceso.
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