En 2015, Eliana Guercio, Sergio “Chiquito” Romero y sus hijas vivieron un momento especial cuando conocieron al Papa Francisco y se tomaron una foto que, con el paso del tiempo, se volvió un objeto único dentro de la casa familiar.
La exvedette sorprendió al contar en el programa A la Barbarossa (Telefe) que con su marido, Chiquito Romero, mandaron a hacer un sillón en homenaje al Papa.
En 2015, Eliana Guercio, Sergio “Chiquito” Romero y sus hijas vivieron un momento especial cuando conocieron al Papa Francisco y se tomaron una foto que, con el paso del tiempo, se volvió un objeto único dentro de la casa familiar.
La exvedette sorprendió este lunes en el programa A la Barbarossa (Telefe) al contar que esa imagen fue elegida para tapizar un sillón, que mandaron a hacer en Italia.
Guercio recordó cómo surgió la idea y cómo su esposo apoyó el proyecto. “Ya vivíamos en Inglaterra, Sergio me decía que teníamos que tener algo en casa y le pedí a unos amigos gemelos que hacen sillones en Italia que nos hagan con la foto del Papa”, contó durante la charla en el ciclo que conduce Georgina Barbarossa.
La sorpresa llegó de la mano de los tapiceros. “Apareció un día de sorpresa con los sillones y el recuerdo de ese día cuando fuimos, en la parte de atrás tiene puesta la fecha. Estaba en la entrada de mi casa y nadie se sentaba, obviamente”, agregó Eliana.
La imagen del sillón, que muestra a la familia junto al Papa, incluye una inscripción bordada en la parte posterior del respaldo. “Papa Francisco, misa en la capilla Santa Marta, viernes 24 de abril del 2015, gracias”, dice la leyenda que acompaña la pieza decorativa.
El gesto, que para Guercio representa un recuerdo sagrado y emotivo, tuvo una recepción muy distinta en las redes. Usuarios de la plataforma X (ex Twitter) viralizaron la foto del sillón y lanzaron comentarios tan crueles como irónicos. “Es tan ordinaria como una empanada de mondongo y pan”, escribió una cuenta. Otros fueron más filosos: “Lo más grasa que vas a ver hoy”, o “Fino fino, monumento al buen gusto”, ironizaron.
Guercio, por su parte, se mostró orgullosa del recuerdo y no se expresó sobre los comentarios que circularon en redes. El gesto de tener en su casa un mueble con una imagen junto al sumo pontífice argentino no fue para ella un acto decorativo más, sino una manera de inmortalizar una experiencia espiritual que vivió con su familia.